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Bajé los últimos escalones con Nadia, los chicos tomaban una copa de vino mientras nos esperaban, Athan nos apuró a que nos cambiáramos porque nos tenía una sorpresa de la cual no teníamos ninguna idea de que era, me vestí con un pantalón Palazzo rosa pastel, una blusa blanca de tirantes y de seda, para el calzado opté por unos zapatitos color blancos.

—¿Entonces cuál es la sorpresa? –digo llamado la atención de los chicos.

—Debemos ir hasta ella –me responde Athan dejando su copa de vino en la mesa de centro.

—¿En serio? –digo, pero él me ignora tomando paso a la entrada principal de la casa.

—Andando, no sabemos si encontramos algo interesante –dice Klaus pasando una de sus manos por mis hombros.

No le respondí, antes de salir tome una gabardina que estaba en los ganchos del pasillo de entrada y salimos, emprendimos un viaje en auto de unos 10 minutos, al final llegamos a un edificio del cual solo podía opinar sobre su fachada evidentemente remodelada reciente, apenas nos acercamos al edificio pude escuchar música navideña que se reproducía desde su interior, instantáneamente mire a Athan con mala cara.

Él nos insisto a que entráramos, mi corazón se llenó de alegría cuando entramos. Niños corrían por todas partes y el interior era cálido, al parecer si se encontró un milagro navideño, en mi campo de visión pude ver una gran barra tipo bufete con una gran variedad de comida, un árbol de navidad delicadamente decorado, sonreí y juro que en mis ojos se había instalado un brillo indudable.

—Tarde comprando regalos, debía terminar de comprar las cosas para ellos –dice Athan mientras se acercaba a mí, mientras los demás miraban el lugar –¿te gusta el milagro navideño? –susurra solo para mí.

—Me encanta, ¿Robert cocinaba para ellos? –le pregunto mirándolo a los ojos.

—Algunas cosas, otras están preparadas en la casa para cuando terminemos aquí.

Asiento con la cabeza, Athan me explico que serviríamos comida, como también socializaríamos un rato con los niños, no se me hizo difícil jugar y hablar con los pequeños ya que me llevo bien con los niños. Cuando servíamos la comida no paraba de mirar de reojo a Athan, se veía súper tierno siendo amable con los pequeños, para ser sincera no me esperaba este grato detalle de su parte.

Al terminar de servir seguí jugando con algunos de los pequeños, principalmente con una pequeña que llamó mucho mi atención, por un momento se desapareció de mi campo de visión pero poco después de buscarla la encontré sentada como indio frente al árbol de navidad, me acerqué a ella, la tome de los hombros para sorprenderla.

—Así que aquí estás, estuve buscándote –le digo sentándome igual que ella a su lado.

—Apreciaba las luces –sus palabras tenían un tono tierno que me derretía de amor, quitó su vista de las luces y me miró a mí –¿te gusta navidad? –su sonrisa era cálida.

—¿A quién no?, mira cuanta alegría hay –le digo hipócritamente, a fin de cuentas, es solo una niña.

—A mí no me gusta –sus palabras quitaron mi sonrisa de la cara.

—¿Por qué, pequeña? –le pregunto confundida.

—Porque no tengo papás que me quieran, dicen que la navidad es para pasarla en familia –sus palabras chocaron con mi corazón, sin pensarlo la atraje a mí, envolviéndola entre mis brazos.

—Hey, no es así, tienes una gran familia aquí y a lo que puedo ver le agradas a todos –ella no me respondió.


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Un Crimen Perfecto (libro 1)Where stories live. Discover now