Capítulo 38: Pintadas.

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  • Dedicado a los que te hacen reír, cuándo estás preocupado.
                                    

hola¡¡¡¡ Lectores¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ 

Aquí os dejo el capítulo 38: Pintadas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Sí lo sé, debeís estar matándome con la mirada por haber tardado tanto en colgarlo.... Pero...'¡¡¡¡¡ Ya esta aquí¡¡¡ 

Y además es algo larguillo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Debo decir que narran muchos personajes de la historia, y cuenta un poco la vuelta de todos a sus vidas después de las Navidades... Pero eso no quiere decir, que las vueltas no sean interesantes .... ¿NO?

Un beso¡¡¡¡¡¡¡ Y espero que lo disfruteís¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Por cierto muchísimas gracias por los 12.800 visitantes los más de 320 votos y los 150 comentarios ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Además de mis 37 seguidores¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Bye Bye¡¡¡ ;D

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Clay.

Aquel día, en el que puse los pies en el suelo siendo libre supuestamente, ante las atentas miradas de seis personas, de alguna forma u otra, me sentí algo... ¿Observado? ¿Vigilado? ¿Agobiado?

¿Cúal era la mejor palabra para describir aquella sensación?

Aquellos tres médicos, Mason y el matrimonio Ritcher contenían la respiración, realmente parecían esperar que me cayera en cualquier momento, como esas cartas que intentabas que se quedaran una apoyada contra otra, solo para comenzar hacer un castillo, y una corriente de aire las echaba rapidamente hacía abajo. 

Pero en aquello había una ligera diferencia, yo, no era una carta de una baraja para forma castillitos cuándo estabas aburrido, yo era Clay, un ser humano que después de haber estado en aquella cama inmovilizado durante días y días, quería moverse, quería espacio, y lo quería ya. 

Di otro paso, y alcé las cejas en demostración, de que no, no me iba a morir. El aire volvió a salir de aquellos seis pares de pulmones, expulsándolo aliviados. 

Decidí ser algo malo. Relajar un poco el ambiente, o al menos, mi ambiente. 

-¡Ahh!- grité mientras con una gran actuación ponía mi peor cara, ya ensayada, llevaba un mano a mi corazón, y me trastabillaba hacía atrás en busca de la cama para luego caer sobre ella, con un brazo extendido por encima de mi cabeza-.

Los ojos alarmados, y ese reflejo de paso hacía delante no tardó en venir por todos los presentes.

-¡Clay!- escuché como gritaba un preocupado Mason con los ojos saliendose de sus cuencas. Apreté mis labios intentando realmente contener la risa pero mi intento fue fallido en su totalidad y rompí en carcajadas, ante los atónitos ojos de todos, mientras me incorporaba de nuevo levántandome del cochón. 

Vale, podía reconocer que había sido algo cruel, pero no todos los días podías hacer bromas como aquellas y menos que todos se la creyeran. 

-Me cago en...- oí como maldecía Mason entendiendo que todo era una misera actuación de las mías. Otra risa no tardó en acompañarme y me sorprendí al comprobar que era del mismisimo Marcus Ritcher, su padre.

 -¡Chico, eso ha estado genial!- me felicitó él secándose una pequeña lágrima del ojo al haber estado riendo. 

¿Quién era el más perplejo ahora de la sala? 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora