Capítulo 47: Él, de nuevo.

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Hola chic@s!!!!! Aquí os dejo el capítulo 47, en un tiempo récord!!!!!

Espero que os lleveís una alegría cuándo lo veaís!!! A mi gusto, es un capítulo la mar de intensito, con muchas cosas pero que de nuevo se centra en Clay!!!

Es a mi manera, vuestro regalo de reyes!!!

Espero que os guste!!!!! Un gran beso!!!!! ;D

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Dave. 

Y ahí estábamos los cinco. Esperando como ilusos.

Ya llevábamos así cerca de media hora, y no teníamos ni idea de lo que sucedía allí arriba. Solo que Aria, claramente había subido con Clay para hablar de algo serio, y que todavía no habían bajado. 

Jenn volvía a estar al lado mío, había sido ella la que estos días me había curado las heridas cuándo se había pasado por mi casa, y realmente se lo agradecía. Ella también parecía nerviosa. 

Pasé un brazo alrededor de su cintura y la atrajé hacía mí, era como mi hermana. Y es que echaba en falta a Laia, tantas  veces había pensado en ella que su infantil recuerdo se había ido desgastando. 

¿Cómo estaría ella ahora?

Suspiré pesadamente, más alto de lo que quería, atrayendo así todas las miradas. Incluida la de él. 

Se me secó la garganta cuándo nuestros ojos se encontraron. Los de Ryan, parecían brillar de una manera inusual. 

-Nosotros también tenemos que hablar.- dijo con voz inespresiva, y fue suficiente para que la mayoría de las respiraciones se entrecortaran, la mía también. 

Yo asentí, sin demasiado impetú, noté los dedos de Jenn en mi costado, apretándolo ligeramente, dándome ánimos. 

Me incorporé, poniéndome de pie, quedándo casi a la misma altura que él. 

Malditos sean esos tres centímetros que me sacaba. 

Ryan, sin mediar más palabra, comenzó a andar hacía alguna dirreción de la casa, mirándo a Mason, quién asintió dando su permiso. Al fin y al cabo, seguíamos en su casa. 

Salimos silenciosamente del salón, mientras que Ryan me guiaba a alguna parte recondita de aquel hogar, él por los años, se la conocía mejor que yo. 

Cerró la puerta de la pequeña salita a la que habíamos entrado, que solo disponía de una pequeña mesilla con un bonita sofá. 

Respiré hondo. Iba a comenzar a hablar. 

Debía pedirle perdón. Le había fallado. 

Pero antes de que yo pudiera hacer algo, él me interrumpió, fijando sus ojos en los míos. 

-Lo siento. 

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Clay.

-Sabes que tú también puedes desahogarte, ¿Verdad?- le propuse yo, secándo las últimas lágrimas que caían por mis mejillas. 

Ella asintió lentamente, para luego girar su cabeza hacía la mía, y esbozar una pequeña sonrisa. 

Yo hice lo mismo. 

-Todavía no estoy preparada para eso.- fue lo único que me dijo en ese momento, pero comprendí rápidamente a la que se refería. No estaba preparada para contarle a alguien más lo que había sufrido. Lo que ella había pasado. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora