Capítulo 50: 30 de Mayo.

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Hola chic@s!!!! Ya os dejo aquí el capítulo 50!!!

Capítulo  50: 30 de Mayo!!!

 Increíble lo rápido que ha llegado ya a este número, y eso que para mí hace tan poco que la empecé!!! XD

 Bueno, espero que os guste, y que no os decepcione!!!!

 Un gran beso a todos, y como ya avisé, se descubren cosas del pasado de Aria. la mayoría Flashbacks!!!! 

 

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Aria. 

"La lluvia primaveral de mayo fue lo primero que me despertó aquella mañana. Tumbada en una cama, con nuevas ropas, y acogida entre el calor de las mantas. Lo primero que hice fue asustarme, y  ponerme alerta. 

Me tensé rápidamente, como un autoreflejo, ya estaba acostumbrada a ello. Me incorporé consiguiendo así un leve vaivén de mi cuerpo por culpa de los efectos del mareo, y apoyé de nuevo mis manos en el duro colchón en un intento de estabilizarme. 

Cuando me di cuenta de que mi respiración volvía a ser normal,  y que mi corazón volvía a latir tranquilo, la borrosa vista que había tenido hasta el momento se disipó. 

 Observé mi alrededor, confundida. 

 ¿Dónde estaba?

 Era una habitación con paredes azules, y varias literas. Una ventana en uno de sus lados la iluminaba a través de unas amarillentas cortinas, dando así un aspecto relajante al cuarto. Lo que a mí, especialmente, no me ayudó demasiado. 

 Esta vez, si que me levanté completamente, sin ningún tipo de desvanecimiento, pero si se hizo presente el doloroso pinchazo de mi brazo. Lo miré aturdida, sin entender el porqué del origen del  quemazón. 

 Estaba envuelto en gasas y vendas, desde un poco más arriba de la muñeca hasta casi mi hombro, dejando así poca oportunidad de movimiento para mi extremidad derecha. 

 Lo levanté con cuidado, e intenté recordar el motivo de porqué estaba así. 

 Imágenes de la noche anterior, y aquella semana completa, invadieron mi cabeza haciéndola temblar. 

 Me estremecí ante el recuerdo de aquella manos acariciándome y tocándome bajo la camiseta, parecido a él.  

Me abracé como pude a mí misma. Aquel chico que me había ayudado era el que me había traído aquí, pero ni si quiera le conocía, quizás también fuera un depredador mental. 

Necesitaba salir de allí. 

Busqué la puerta con mis ojos nerviosos, y suspiré al encontrarla en uno de los laterales, marrón, y discreta.

Caminé con cuidado, y abrí la puerta, sintiendo la libertad llegando a mí.  

Respiré profundo  y mis manos dejaron de temblar por unos segundos, la entorné sin hacer ruido y observé a dónde había salido ahora.  

Era un pasillo, largo con varias puertas y habitaciones también, pintado de color marrón caoba, en dónde las oscuras puertas de madera apenas sobresalían. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora