Capítulo 31: Encuentros sobre hielo.

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Hola¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ 

¿Qué tal?????

Aquí estamos con el capítulo 31¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Espero que os guste¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Como ya he ducho este capítulo es algo más largo que los demás, y a mi parecer un poco más emocionante que el anterior.... XD

¿Qué ocurrira en la pista de patinaje?

¿Ryan y Aria se encontraran?

¿Y Clay y Débora? ¿Se darán cuenta de que tienen más en común que simples gustos?

Todo lo que puede ocurrrir sobre hielo... 

Que os guste y os divirtaís¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Capítulo 31: Encuentros sobre hielo.

A leer¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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Aria. 

Curiosamente en la pista de hielo, no había demasiada gente, lo que a mi gusto era mucho mejor, menos agobio. 

Débora parecía emocionada por la idea de poner en sus pies un par de patines de hielo, ya que por lo que me había contado era la primera vez que haría aquello. 

En mi caso era diferente, Dafne adoraba aquel deporte y cuándo nos conocimos me obligaba a ir todos los días a la pista, ya que decía que despejaba mi mente. 

Tenía razón. 

Era como un soplo de aire fresco a mis pensamientos, se quedaba nada. Solo me fijaba en el brillante y duro hielo, y en el sonido que producían las cuchillas de los patines, cortándolo, al pasar sobre él. 

Nos acercamos hacía el mostrador dónde el chico que repartía los patines, nos sonreía abiertamente. 

-Hola, guapas.- saludó él claramente coqueteando. Le miré severamente, y él me volvió a sonreír como si esperara que se la devolviese. 

-39 y 41- dije las tallas de nuestros zapatos. Observé como el chico nos echaba una ojeada de nuevo, y luego se volvía en dirección a las estanterías dónde los patines estaban agrupados unos con otros. Un minuto después el mismo chico pelirrojo volvió a aparecer con los patines en su mano. 

Debía reconocer que aquel chico era guapo de cara, incluso podía resultar atractivo, pero ni mucho menos era el mejor. Conocía a otros chicos muchos más apuestos que él, nada más cercano que Ryan, con su pelo castaño, y esos ojos color chocolate tan interesantes que tenía. Y sus amigos también, tanto Mason, Clay como Dave, junto a mi hermanastro eran lo posiblemente más deseados de mi instituto y de aquel pueblo. 

Él me guiñó el ojo, solo le ignoré.

Cogí con brusquedad de sus manos, intentándo no rozarle, los patines y junto a Débora, me alejé de allí. A lo lejos le oí gritar:

-¡Si necesitaís ayuda avisadme! - se ofreció el pelirrojo claramente haciendo un intento de firlteo, totalmente fallido. 

Débora con un leve codazo me señaló un banco libre en el que poder sentarnos y colocarnos adecuadamente los patines. Nos dirigimos hacía allí rapidamente, y aunque no me gustaba reconocerlo, posiblemente yo estaba igual de emocionada que Débora, y es que aunque no fuera mi primera vez, adoraba aquel deporte. Aquella relajación que conseguía practicándolo. La anhelaba, y ahora estaba apunto de sentirla de nuevo.

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora