Universidad de Asesinos II

El último respiro

—Samantha... —Dijo Alma sin quitar la vista del camino, tomando la atención de los que iban en el auto—Fue la mujer que de alguna forma creó a Ángel.

—¿En qué forma lo creó? —Preguntó Erick que en el asiento del copiloto con su arma en las piernas.

—Ella lo incitó a matar y Ángel ya estaba quebrado...

Alma si dejarse nada contó la historia de Ángel de principio a fin los demás solo interrumpieron para hacer unas cuantas preguntas pero nada más. ¿Samantha era el verdadero monstruo o solo era una idea de Alma para quitar la atención de Ángel?

—Emmanuel Cross, su padre, terminó de formar al monstruo. Al grado de tenernos aquí ahora. Espero sepan hacia dónde nos dirigimos, y no lo digo por el lugar sino lo que está por suceder —Alma no quitaba la mirada del camino.

—¿Qué pasó allá? —Pregunto Chayrina.

—Fue el lugar donde se rompió la cuerda, me he estado preguntado porque diablos Ángel me dejó viva ese día para que luego sea testigo de esto.

—¿Enamorado de ti? —Dijo Erilyn.

—Un asesino como él no se enamora. Un asesino como él se enamora de algo mucho más fuerte que el amor. Una promesa tal vez.

Ella regresará a ti pronto, ella regresará a ti pronto.

—Ya estamos por llegar. Espero que tengan sus cinco sentidos en su sitio.

Alma aparcó el auto en el mismo lugar. Los recuerdos comenzaron a surgir: la soga rota, la debilidad y la nueva luz del día. Cribeiry observó la autopista y también tuvo sus recuerdos: La huida, la bala, la sangre. Alma alertó y aconsejó que tuvieran cuidado, el sol ya se empezaba a ocultar y la noche con su oscuridad pronto llegaría al igual que la oscuridad de aquel Ángel.

Entraron y encontraron lo mismo de la primera vez, la silla, la soga; todo en su lugar. Los pasos eran lentos una mujer los esperaba, Erick alzó su rifle y apuntó:

—Soy Megan, el rifle... estamos aquí para conversar.

—La chica que nunca llegó a la reunión —Dijo Chayrina.

—Esa misma, me uni a nuestro verdugo.

Las cabezas se movían de lado a lado esperando ver a hombre que se convirtió en sus pesadillas.

—¿Dónde está? —Preguntó Alma.

—Aquí, mi querida Alma.

Ángel apareció detrás de ellos con los brazos cruzados hacia abajo. Erick en cuanto lo vio le apuntó en la cabeza.

—Debería explotarte la cabeza. —Dijo Erick enfurecido.

—Creí que veníamos a hablar, Megan—Ordenó Ángel asintiendo con la cabeza levemente en señal de permiso.

Mega tomó a Erilyn de rehén la cual no opuso resistencia.

—Por el bien de Erilyn, Alma dile que quite eso de mi cara. Le tiembla el pulso y si sigue así se va a lastimar el solo.

—Erick bajala.

—¡No lo haré! Este tipo debe morir aquí.

—¡Erick bajala!

—Si tenían un plan no creo que sea este, no creo que seas el único con un arma. ¿Te gusta Tarantino?

—¿Chayrina tú qué dices? —Erick no bajaba el arma.

—Que le explotes la cabeza a ese maldito pedazo de basura. —El odio de Chayrina era enorme.

—¡No! —Alma trató de tranquilizarlos.

—Erick, ¿Te gusta Tarantino?

—No responderé a esa mierda —Contestó Erick con el dedo en el gatillo.

—Si no bajas esa arma ahora. Vivirás una escena de una de sus películas en carne viva.

—Erick última vez que te lo digo

Los ojos de Erick se abrieron sentía el frío del metal en su espalda pero aún lo sorprendió más la persona que sostenía el cuchillo.

—¿Alma?

—Baja el maldito rifle. —Ordenó Alma con rudeza, Erick accedió.

—¿Seguiste los caminos Sami? —Dijo Ángel.

—Dile a tu amiga que suelte a Erilyn.

—Espera un momento —Dijo Chayrina —¿Te llamó Sami? ¿Tú eres...?

—El señor Emmanuel me prometió que un día regresarías pero tenía mis dudas.

—Erick creo que debes explotarle la cabeza a Alma o Samantha. Ya ni se quien es —Dijo a Crisbeiry.

—¡A los dos! —Gritó Chayrina.

—¡Megan! —Gritó Ángel.

2 disparos y un cuchillazo hicieron su acto de presencia. Erilyn fue asesinada de un tiro en la cabeza cayó al suelo. Erick se desangraba en el suelo luego de que Ángel cortara su garganta.

—Otro vez —Crisbeiry se agarra su pierna y se desangraba también.

—Pero esta vez moriras desangrada Crisbeiry —Dijo Ángel.

Megan en el revuelo tomó a Chayrina de rehen y la subio a la soga por orden de Ángel. Alma no hizo nada para impedirlo, solo se quedo estática.

—¿¡No vas a hacer nada Alma!? —Gritó Chayrina con la soga en el cuello—Al final estuviste de su lado, eres la creadora del monstruo.

—No le hagas caso Samantha. Yo me hice solo.

—No puedo creer lo que sucede —Crisbeiry estaba en el suelo—Al final los dos son unos monstruos.

—Eso no me lo esperaba Ángel, ella es la gran Samantha Cross la chica de la cual siempre me hablabas —Dijo Megan.

Ángel cogió el rifle y abrazó a Megan con un brazo.

—¿Qué pasa? —Megan se asustó muchísimo—Ángel noo. Yo no...

—Gracias por todo Megan me fuiste muy útil.

Megan se soltó y al hacerlo el asesino le disparó en la cara sin piedad. Los demás quitaron la cara.

—Solo quedamos cu...

Un corte en el estómago, Ángel podía ver su sangre salir y se vio las manos.

—Déjame terminar mi último trabajo.

—Yo lo haré —Dijo Alma quitando la silla y ahorcando a Chayrina.

Ángel cayó al suelo agonizando.

—¿Con que... esto se siente morir?

—Aún no mueres... estás agonizando. Te dije que me debías una y aquí estoy cobrando. Te dejé terminar tus asuntos con mi padre.

—Por eso... no te mate... tú debías ser la que me eliminará y aún debía cumplir el último deseo de nuestro padre.

—Ahora sí lo llamas padre.

—Yo también... soy un Cross —Sonrió.

—Te felicito por fingir que no me conocías del todo.

—Tú... igual...hiciste un buen trabajo. —Ángel comenzó a cerrar sus ojos.

—Debo irme antes de que los encuentren. Duerme bien Ángel tengo una pregunta ¿Sabes algo del chico que falta en la lista?

Ángel sonrió con los ojos cerrados y dijo:

—Vendrás pronto conmigo... —Los entreabrió— no sé de qué me hablas.

Samantha se asustó un poco pero creyó que Ángel deliraba. Usó su cuchillo y lo clavó en su cuello terminando con él. Lo mismo hizo con Crisbeiry al salir.

Entró al auto dispuesta a irse. Ya había asesinado a su pasado. Era el momento se recapacitar abrió las hojas de la lista y vio el número once, un chico que no estaba entre ellos.

—¿Quien eres?