Alianza,alianza

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La pareja de Geraldine y Santiago era envidiable en muchos aspectos, las parejas jóvenes no se entregaban tanto al amor, la mayoría de las veces solo era un sentimiento vago que se disolvía a los pocos meses pero ese no era el caso para esta pareja entregada. Disfrutaban enormemente estar juntos ya que debido al estudio y otras cosas pasarla juntos a veces se complicaba. Esa tarde decidieron ir a dar un paseo al parque de atracciones, sin amigos solamente ellos.
Muchas personas coinciden en que la juventud es la mejor etapa de la vida donde tienes suficiente energía para hacer muchas cosas, los primeros amores también desamores. Te montas en la montaña rusa de las emociones creando una época hermosa con bellos y feos recuerdos. Geraldine lo vivía a plenitud junto a su pareja, ella creció bajo una familia de buenas costumbres eso forjó su carácter humilde.
—¿Recuerdas cómo nos conocimos? —Preguntó Geraldine.

—Claro que sí. Cómo olvidarlo.

La historia de Santiago Y Geraldine nos lleva al momento cuando el chico tenía mucha prisa para llegar a un evento que no podía perderse. Había esperado por ese reunión demasiado tiempo y en sus planes no estaba dejarlo ir. Santiago era un aficionado de la robótica y ese día iba a tener lugar una de las más grandes convenciones del país en cuanto a robótica se refiere.
Salió de su casa con la esperanza de conseguir un taxi o algún medio de transporte que lo llevará. Veía los mensajes de sus amigos avisando que estaba pronto a comenzar. Él los ignoraba.

—¡Mierda dejen de enviarme mensajes! No puedo encontrar el puto taxi.

Gritó a la orilla de la calle. Desvío sus miradas para ver si alguien lo había escuchado. La aplicación de transporte no le mostraba ningún automóvil cercano y ya estaba desesperado.

A unos cuantos metros de ahí, el conductor de un auto recibió un aviso en su teléfono.

—¿Te importa si llevo a esta persona? —Preguntó el conductor— Es más dinero.

—No Jodas Mike, dijiste que no llevarías a nadie. ¿Y si a la otra persona no le gusta?

—¿Dinero extra? —Mike le sonrió.

—No me vuelvo a montar contigo.

—Que graciosa —Uso una risa sarcástica.

—Deja de ser tan idiota.

A lo lejos se veía a Santiago con su cara de desesperanza.

—Mira a Santiago. Esta guapo.

—Pues no lo voy a negar. No creo que sea gay —Dijo ella quitándole esperanzas a Mike.

—Yo menos pero bueno... aquí estás tú —Sonrió y la empujó con el codo.

El chico entró al auto.

—Hola, déjame ver si puse la dirección bien. Sí.

—Hola mi nombre es Mike, antes de partir. ¿No te molesta que lleve a otra persona?

—En lo absoluto. Necesito llegar. Así que ponle turbo a esto.

—Ella es Geraldine.

—Un gusto Geraldine.

—Igualmente Santiago.

Ese fue su primer contacto. Después de eso siguieron recordando que Santiago seguía viajando con Mike y en múltiples ocasiones coincidían hasta que empezó la química entre ellos. Una historia simple sin grandes aventuras pero que se convirtió en una hermoso cuento de amor.
Santiago de alguna manera inculcó un poco el amor por la robótica a Geraldine que poco a poco iba tomándole el gusto.

La noche había llegado y con ella la hora de partir. Pensaron en llamar un taxi. Pensaron en Mike.

—No trabaja hoy —Dijo Geraldine.

Universidad de Asesinos IIWhere stories live. Discover now