Vínculo (Part2 Hera)

Capítulo Extra: Antes de volver

¡Hola! No me extenderé demasiado. Solo decir que este capítulo, pese a poner "extra" es la continuación del capítulo anterior. Me explico por qué razón es un capítulo extra; Como he estado tan concentrada en la historia, no ha habido oportunidad de poner ninguna escena subida de tono como en la novela anterior "HERA". Pensaba no poner ninguna, pero la tensión sexual entre los protagonistas estaba bastante clara al principio, así que he decidido poner un capítulo extra con lo último que sucedió en el pasado, antes de regresar al presente. 

Quien no quiera leerlo, es libre de saltarse este capítulo. De hecho, si no se lee no perderéis ningún detalle importante de la historia.

Como es corto, añado seguidamente el capítulo XXXIII. Y debo decir que es el último capítulo en sí mismo. El siguiente ya será el Epilogo y final de la historia.

¡Gracias!

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Este capítulo puede contener escenas sexuales explícitas.

***

Tatiana sintió apenas una leve brisa como señal de que ya no se encontraban en ese pequeño claro. Levantó la mirada un instante, volviéndose asombrada hacia Hermes. El dios esbozó una sonrisa.

― ¿No pensarás que voy a arriesgarme a que Ares regrese a fastidiarme otra vez? ―Tatiana se sonrojó ante su comentario.

― Pero... ¿No es peligroso que te teletransportes aquí?

― Solo nos he trasladado a pocos metros de donde estábamos. En esta cueva en el bosque no creo que nadie nos encuentre ―aseguró. Tatiana pareció dudar de nuevo, observando entonces el lugar con atención. La cueva estaba iluminada por el exterior, pero oculta tras una cascada que daba frescor al interior y volvía prácticamente imposible que nadie pudiera escuchar más que el sonido del agua al caer.

― Pero... deberíamos regresar al presente. Quiero decir, ya he cumplido con mi misión aquí. Lo correcto es regresar ahora, ¿no? ―Hermes enarcó una ceja ante tal despliegue inusual de responsabilidad.

― Estoy harto de hacer siempre lo correcto. ¿Y por qué de repente te has vuelto tan legal? ―escudriñó sin poder evitar reírse ante su rostro sonrojado.

― Es que... hay algo que deberías saber... ―dijo avergonzada. Hermes frunció el ceño, entre asustado y extrañado.

― Tiana, seré sincero. Llevo meses negándomelo a mí mismo, pero pese a todo, esas discusiones que teníamos constantemente me enfurecían por una razón mucho más... simple ―confesó, avergonzado por sus propias palabras―. Supongo que lo debes suponer, pero por mucho que yo sea un dios, o tal vez precisamente por ello, no soy inmune a ti. Y discutir contigo conseguía más veces excitarme que enfadarme. Te lo puedo asegurar.

Tatiana parecía haber llegado a su punto más álgido de rojez. Si bien era cierto que le habían dicho antes que la deseaban, jamás lo había dicho nadie a quien ella deseara a su vez. Era asombroso y extraño.

― No soy tonta. Sé porque nos has traído aquí ―aseguró avergonzada―. Quizás parezca que soy muy madura en ese sentido, pero lo cierto es que todavía tengo diecisiete años, Hermes... Quiero decir, cuando nos conocimos, aún tenía quince, y dieciséis cuando nos volvimos a ver. Y apenas hace unos días que cumplí los diecisiete. Durante los cuatro años anteriores, he vivido sola con mi hermana, pese a que nadie más lo recuerda. Y he pasado mi adolescencia pensando que mis padres estaban muertos ―explicó atropelladamente, confundiendo a Hermes―. Lo que intento decir es que, a pesar de lo que pueda parecer por fuera, yo...