Primera Noche Solo.

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En la guarida de George se encontraban todos reunidos. Sus ayudantes y algunos hombres nuevos que se había ofrecido a participar del plan. Mañana sería el gran día y todos estaban bastante precipitados tratando de conseguir todos los materiales que necesitarían.

— ¡Muchachos, quiero que me escuchen! –Dijo George y todos hicieron silencio. Se encontraban en el patio trasero del lugar —Mañana es un gran día y todos sabemos que nuestro plan tiene que salir perfecto, ¿de acuerdo?

— ¡Sí! –Gritaron todos al unísono.

—El otro día unos chiquillos de la CIA me dieron una sorpresa aquí, así que quiero que me informen si ven algún movimiento sospechoso ¿sí? A la primera que vean que alguien nos quiere arruinar, sacan sus armas y no tengan miedo de ensuciar nada, seremos ricos para cuando salgamos de allí.

(...)

Louise se despertó rápidamente, se higienizó, vistió y desayunó. Luego corrió hasta el elevador, bajó de él corriendo y se encontró con Rafa y Brandon en la puerta de entrada con Lulú.

—Buenos días –Le dijo Brandon y Louise lo besó (lo único que no hizo rápidamente, decidió tomarse un tiempo para saludarlo).

— ¡Disculpen! –Dijo Rafa haciendo que se separen —Primero tienen el atrevimiento de no contarle a su buen amigo Rafa que están juntos. Segundo, me están atrasando y si yo me atraso ustedes se atrasan y si los tres nos atrasamos ya saben qué nos va a hacer Jonathan, ¿verdad? ¡Así que rápido, muévanse! –Y dicho eso, los tres entraron apresuradamente en la camioneta y cerraron las puertas.

Rafa comenzó a conducir en dirección a la escuela lo más rápido y prudente que pudo porque si la policía los detenía la pasaría muy mal.

—Bien, niña, ya sabes que hacer –Dijo Rafa una vez que llegaron y Louise abrió la puerta de la camioneta, luego se dirigió apresuradamente hacia la puerta de entrada de la escuela donde, afortunadamente, Willa se encontraba.

— ¡Hola, Willa! –Dijo Louise.

—Hola, Alicia –dijo Willa volteándose y luego la saludó.

—Ven, quiero mostraste algo –Le dijo Louise y ambas se dirigieron fuera de la escuela.

—Muéstrame –dijo Willa ansiosa.

Louise sacó una botella de jugo de su bolso.

— ¿Y eso? –Preguntó Willa.

—Lo acabo de comprar y creo que es lo mejor que he probado.

—Que rico, Alicia, pero llegaremos tarde a clase, ¿no quieres que lo pruebe en el almuerzo?

— ¡Por favor! No te hará daño perder 10 segundos por tomar este jugo, te digo que es genial.

Willa, algo dudosa y desganada, toma la botella y bebe unos sorbos de ella.

— ¿Contenta ahora? –Dijo Willa y sus ojos empezaron a cerrarse.

—Ahora lo estoy –Dijo Louise volviendo a guardar la botella en su bolso —3, 2, 1 –y dicho esto Willa cayó justo en sus brazos profundamente dormida. Justo en ese momento dos chicas pasaron junto a ellas—. Nunca salgan hasta tarde un domingo en la noche –dijo Louise riendo y las chicas rieron también mientras se dirigían a la escuela.

Louise, como pudo, llevó a Willa dentro de la camioneta y cerró la puerta.

—Bien hecho –dijo Rafa y comenzó a conducir hacia las oficinas de la CIA.

(...)

Willa se despertó sobresaltada debido a canciones de heavy metal.

— ¿Vio, señor? Le dije que iba a funcionar –dijo Rafa pausando la música y guardando su iPod devuelta en su bolsillo.

Double Life.Where stories live. Discover now