¿Louise?

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El lunes por la mañana Louise había ido a la oficina de Jonathan para informarle sobre el dinero que ella iba a tener que pagar por la fuente que había roto. Su jefe actuó extrañamente tranquilo y pacífico, para nada a como solía ser él, se tomó la información muy bien y accedió a ir dándole el dinero a Louise para que ella fuera pagando, poco a poco, el daño que había causado en la escuela.

—¿Así que no te gritó? –Le preguntó Rafa a Louise una vez que los tres compañeros se encontraban en Lulú camino a la escuela.

—No –Louise hizo una pausa mirando hacia nada en especial mientras fruncía el ceño con confusión—. Y fue extraño, estaba demasiado tranquilo, como si hubiese recibido otra noticia peor que la mía.

—¿Segura? –Preguntó Brandon —No creo que haya peor noticia que enterarte que tu agente necesita 15.000 dólares.

—Yo tengo que pagar la mitad y Nicholas la otra, así que no es tan grave –Se defendió Louise.

Los tres continuaron el viaje hacia la escuela discutiendo sobre el tema.

Nicholas, quien ya se encontraba en el instituto, se quedó en la puerta de entrada esperando a que sus amigos aparecieran, pero, a lo lejos, vio a Willa discutiendo con un hombre. Nicholas supuso que era su padre y no le tomó mucha importancia, pero aun así continuó observando la escena. Willa le estaba entregando algo a escondidas mientras miraba a su alrededor para asegurarse de que nadie la estuviese observando, y el hombre agarró lo que ella le entregó para luego comenzar a irse.

Nicholas frunció el ceño cuando vio que Willa estaba entrando a la escuela, y la detuvo.

—¿Qué le diste a aquel hombre? –Preguntó Nicholas y Willa lo miró de mala manera para luego alejarse unos pasos de él.

—Son asuntos míos –Dijo ella cruzándose de brazos.

Nicholas la observó fijamente con su ceño todavía fruncido.

—No estarás haciendo lo que creo que estás haciendo, ¿verdad? –Preguntó él.

—Y eso quiere decir... -Dijo Willa moviendo sus manos hacia adelante en una señal de que continúe hablando.

Nicholas se acercó a su oído.

—¿Vendes droga? –Le preguntó en un susurro y Willa se alejó de él con cara de impresionada.

—¿Me crees capaz?

—Sinceramente, no, es por eso que pregunto –Respondió Nicholas.

—No, no vendo droga ni nada por el estilo y lo que hago no es de tu incumbencia –Dijo Willa y comenzó a adentrarse en la escuela. Nicholas la siguió por detrás y la tomó de su brazo derecho haciendo que ella tuviera que reprimir un gemido de dolor—. ¿Pero qué haces? ¿Acaso te falta el cerebro? –Le preguntó tratando de bajar su voz y quitó su brazo rápidamente de las manos de Nicholas —Sabes perfectamente que me he golpeado el brazo.

—Y yo reviví ayer –Dijo Nicholas, incrédulo.

—No me importa que no me creas, mi brazo está sanando de a poco y ya no tendrás que preocuparte por él –Dijo Willa mientras masajeaba su zona lastimada.

—Algún día me enteraré de todos estos secretos tuyos, Willa Felton –Dijo Nicholas.

—No esperes de pie.

(...)

Las clases se habían dado muy tranquilas. Louise seguía respondiendo a la mayoría de las preguntas que los profesores hacían, y el maestro de historia seguía recordándole a toda la clase que sólo quedaban dos semanas para presentar el trabajo. Louise automáticamente se planteó otro problema a su lista: ver una nueva forma de entrar a la casa de Nicholas.

Double Life.Where stories live. Discover now