Double Life.

Ya no más Alicia.

           

— ¡Es el mensaje número 67 que te dejo, BB! ¡Contesta el maldito teléfono! -Dijo Rafa y luego colgó. Se encontraba dentro de la camioneta, en frente del edificio de Louise y Brandon para ver si ellos aparecían en algún momento.

La noche anterior estuvo forcejeando las puertas de ambos departamentos e inclusive intentó derribar las puertas, pero su poca fuerza y la policía (los vecinos la habían llamado al oír los ruidos) lo sacaron del lugar luego de varios intentos.

—A ver si nos entendemos, BB -dijo Rafa cuando fue mandado al correo de voz, otra vez—, o contestas el teléfono, ¡o dile sayonara a todos tus trajes! ¡Tú te lo estás buscando! -Y luego cortó para volver a marcar, pero en ese mismo instante un auto negro se estacionó delante de él.

Rafa sacó sus binoculares y comenzó a ver quién salía del auto. Para su sorpresa, Brandon y Louise salieron por la puerta del vehículo, saludaron al chofer y luego se acercaron a Lulú.

— ¿Me explican qué fue todo eso? -Dijo Rafa mientras Louise y Brandon entraban en la camioneta y cerraban la puerta tras ellos.

—Nada que te importe, Rafa -Dijo Brandon—. ¿Qué haces aquí? ¿Ocurrió algo malo?

Rafa miró a Brandon con una expresión de enojo mezclada con cansancio.

—Si tuvieras tu estúpido celular sabrías que Nicholas habló con George y le dijo que sabe que es un mafioso y ahora George lo tiene atrapado en su guarida desde ayer por la tarde -Dijo Rafa esperando una respuesta de parte de Brandon, pero él se encontraba mirando a Louise—. ¡BB! -Brandon se sobresaltó debido al grito y miró a Rafa.

— ¡Sí, sí! -Dijo Brandon —Nicholas le contó a George y él lo secuestró, entendido. Vayamos para allá.

Rafa agarró a Brandon de su saco e hizo que este se sentase en el asiento de copiloto, Rafa se sentó en el del conductor.

— ¿Qué te sucede? -Le susurró Rafa.

— ¿De qué hablas? -Susurró Brandon.

—Primero te desapareces con Louise, ahora no puedes dejar de mirarla, ¿me puedes explicar algo?

—En otro momento te cuento -Dijo Brandon en voz baja y luego subió más su tono de voz para que Louise también lo escuchase—. ¿Tenemos que pasar por Jonathan?

—No, él tiene que hablar con Samantha -dijo Rafa—. Niña, ¿oíste lo que pasó?

—Sí -dijo Louise—, y estoy hace rato esperando que hagamos algo, estamos hablando de una persona secuestrada y ustedes se lo están tomando muy a la ligera.

Sin más charla Rafa puso en marcha a Lulú y los tres emprendieron viaje hacia el escondite de George.

(...)

Jonathan se encontraba frente a la puerta de entrada de la casa de Samantha.

—Buenos días -Dijo ella luego de que Jonathan tocara timbre.

Tenía los ojos rojos e hinchados, se notaba que estuvo llorando.

—Buenos días, señora Crawford. Me presento, yo soy Jonathan Simmons, trabajo en la CIA -Dijo y sacó su placa por unos segundos y luego la volvió a guardar en su saco—. Estoy aquí para hablar sobre Alicia Hamilton (o como usted ya sabe, Louise Shepard) y sobre su hijo, Nicholas Crawford.

Samantha se quedó perdida por un segundo para luego hacerse a un lado y dejarle espacio a Jonathan para que entre a la casa.

—Póngase cómodo, señor Simmons -Dijo Samantha cerrando la puerta.