Capítulo 64

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~ Relata Javier 

-¿Qué? Aún ni he puesto un pie en la casa –El muchacho mostró una amplia sonrisa. 

-¡LÁRGATE! –Unos pies descalzos sonaron y cuando me dí la media vuelta, ella ya se había levantado. -_________(tn), tu…

-¿Quién es él? –preguntó ella. No quería darle explicaciones. El tipo me empujó con la palma de su mano en el pecho y entró sin consideración a la casa, e igualmente descortés le puse un brazo enfrente para que no se acercara a ella. -¿Javier? –arqueó una ceja.

Me puse en sus zapatos de ver pasar a un tipo que no conoce a su casa, y yo comportándome con tal naturalidad. Moví mi cuerpo y el hombro derecho enfrente de él. 

-Hola, pequeña. –Empezó a merodear por la casa y hacer ruido con sus zapatos de charol y el suelo de madera obscura. –Qué extraño que tu no sepas nada de mí y yo lo sé todo sobre ti. Hasta te puedo decir que shampoo usas… -Una mirada suspicaz salió de sus ojos hacia la inmóvil personita de enfrente.

-Quién eres tú. –ordenó saber.

-No te puedo decir mi verdadera… identidad. Puedo decirte que te he observado muy de cerca, _________(tu apellido). Vi muchas cosas, entre ellas, vi lo que sufriste. Y tengo varias cosas que opinar al respecto, -titubeó -como que eres una cobarde por ejemplo.

-¡BASTA! –Di un paso seguro y le estampé el maldito puño en la nariz. Tambaleó hacia atrás y me miró con furia, apretando los puños. -¡NO LE HABLES ASÍ, IDIOTA! –Por más que él quería darme otro puñetazo, se retrajo, lo cual me puso confundido.

-No vine aquí a pelear con tarados como tú, Javier –puso sus dedos en su nariz como simulando acomodarla. 

-Marica.

-Basta chicos. –dijo ella, y después lo vio a él. –Tienes 30 segundos para irte de esta casa.

-Ratoncita… -Se acercó y le dio una vuelta por la cintura. Me sentí repentinamente celoso de esa acción. 

-No me toques. –interrumpió enfadada.

-Vine porque tengo una gran propuesta. Sé quién es ese… muchachito… que te mandó al hospital. Así como a ti, los tengo vigilados hace tiempo ya. Y vengo a ofrecerte algo que te puede interesar, algo así como… una venganza.

-No le interesa. –musité.

-No te hablo a ti, idiota.

-Deja de hablarle así a Javier. –Nadie contestó hacia ella. 

Solo se podía oír el sonido de una canción de Journey cantada por los chicos de Glee en la TV, desde lejos. 

-Ni siquiera… ni siquiera te conozco –tartamudeó, y me vi obligado a ponerme en medio de ellos dos y quitarle esa estúpida mano de la cintura de mi amiga. 

-Lo sé. –Añadió, dándome mala cara –Por eso vine acá: a presentarme. Pero, es muy importante que sepas que esto lo tenemos que dejar entre nosotros. ¿De acuerdo? –No hubo respuesta. –Mi nombre es Carlos.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora