Capítulo 24

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~Relata _____________(tn).

En el carro vamos en silencio, escuchando una radio de oldies en español: baladas lentas con letras de amor directo. Si no estuviera tan emocionada por el hecho de que es año nuevo y voy a una fiesta –en donde está el chico que me gusta- tal vez estuviera pensando en qué pasaría si las viejas baladas de antes tuvieran las letras del reggeatón de ahora, “Mueve tu cuerpo duro, perrea perrea, levantate la minifalda hasta la espalda”… Un asco, pero suena divertido. 

Muevo mis dedos desesperadamente, formando un ritmo totalmente fuera de contexto con la canción que estamos escuchando mi madre y yo. No sé si se estará dando cuenta de mi estado emocional, pero si pudiera soltarlo sin que se viera raro, probablemente ya habríamos chocado. Quise reír con mi pensamiento, pero solo solté una pequeña sonrisita frustrada. 

El local a donde iba se llama “Fetch”, es un antro para menores que acaban de abrir. Me han dicho que no ha tenido mucho éxito, pero cuando compré los boletos para el evento, me dijeron que eran de los últimos.

Los últimos boletos de casi 650 en total, y si, recuerdo haber salido más que satisfecha de la taquilla.

Mi madre le cambia a la radio ya que el himno nacional –que siempre pasan a las 9- empezó a sonar. Esta vez puso una estación de canciones viejas, pero en inglés. Sonaba “Dust in the wind” de Kansas, que trajo una armonía a mis sentimientos revueltos. Cerré los ojos por un momento, para darme cuenta de lo mucho que quiero verlo. Es como si dentro de mi cabeza, todo fuera rojo en este momento: Estoy enamorada. 

La verdad es que me han llamado la atención muchos, gustado pocos y enamorado casi nadie. Sin embargo, casi nadie dentro del “casi nadie” me ha correspondido. Supongo que por fea, o gorda, o lo que sea. Hoy no me siento así. Hasta podría decir que soy modelo y la gente me creería… supongo. Si, si me creerían. Estoy deslumbrante. 

Cuando llego a Fetch, bajo todo el volumen a la radio. Volteo a ver a mi madre y me despido de un beso en la mejilla, y estoy segura que cuando me di la vuelta estaba sonriendo. Mis zapatillas tocaron por primera vez el local cuando dí el boleto de entrada y caminé por la alfombra roja rodeada de espejos en la entrada. Pensé que todo iba a ser más difícil, pero cuando terminé de avanzar por el pasillo, fue él lo primero que vi. Igual de deslumbrante que yo o más aún: Pantalones que apenas se distinguía que podían ser azul marino y una camisa remangada, gris claro con rayas blancas y delgadas. También traía un moño azul marino igual a su pantalón, y zapatos negros. Su cabello estaba de lado en su frente, y se lo acomodó pasando sus dedos entre los mechones. Cuando levantó la cara, se volteó de frente a mí y me sonrojé por la manera en que me miraba, ya casi me comía. Avancé hasta donde estaba con timidez y no volteé a verlo a la cara. Sin embargo, me tomó de la cintura y me acercó hacia él.

-Te vez hermosa. Todavía más de lo que eres. 

Y cuando quise sonreírle a los ojos y decir gracias, sus labios se estamparon contra los míos.

Enferma e Inteligente / NovelaWhere stories live. Discover now