Capítulo 22

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~Relata ____________(tn)

-A ver, responde en mi libro –Me dijo Javier, mi compañero de enfrente, en clase de Cívica (Valores, ética, como le digan en tu país). Estábamos resolviendo un ejercicio donde tenías que preguntarle a tus compañeros que eran para ti los otros compañeros, y en el caso de Javier, tenía que escribir sobre Fernando.

Él me puso su libro enfrente, pero mientras mi lápiz se acercaba a la hoja, no se me ocurría nada. “Fernando es para mí… ‘¿Mi amor?’ No. Aún no somos novios, no puedo decirlo así, suena tan formal… Veamos… ¿Mi persona especial? No. Suena demasiado estúpido. ¿Mi razón para existir? Muy cursi. ¿Mi osito? ¿Mi…? No lo sé. ¡No lo sé! Simplemente es mi todo.

Mi todo.

¡Claro, mi todo!

Puse eso en el libro y solté una risita. Me sentía muy muy muy feliz de tenerlo cerca y poder decir eso de él, realmente es todas esas cosas y más.

-Nunca te había visto ruborizarte –me dijo Javier. Saber que estaba roja solo me hizo sonrojar aún más, no pude contenerlo. Yo miraba hacia el piso pero Javier me veía detenidamente, como si fuera algo nuevo de mí; y realmente lo era… Cuando alcé la vista Javy me seguía viendo. Sus ojos no eran tan intensos como los de Fernando, pero esta vez era la intención que él le ponía lo que lo hacía ver tan profundo. Desviamos la mirada después de unos segundos.

El timbre del receso sonó y todos salimos como manada de rinocerontes africanos, como siempre. La ventaja de ser la segunda de la primera fila era que podía salir primero que todos, menos que Javier claro. Sin embargo, Javier se quedó en su lugar y me dejó salir primero. Esperando a mis amigas en la puerta, pude oír que dijo quedito: 

-Hey Fer, ve lo que puso _______(tn) en mi libro –dijo riendo, pero de una manera de añoranza. No pude evitar oírlo, por eso me quedé unos segundos más en la puerta del salón. Y no tengo idea de que pasó después, pero oí la risita tímida de mi Fernando mientras yo me disparaba al pasillo para disimular que no escuche nada. A pesar de eso, pude ver en el reflejo de la ventana frente al pasillo la sonrisa de par en par en sus labios.

Obviamente eso me sacó una a mí también. 

Ese mismo día en la salida del colegio, yo iba hacia el auto de Emilio, y justo cuando estaba en la puerta alguien detrás de mí me susurra: 

-Tú también eres mi todo, princesa.

Asustada y asombrada, volteé con pánico hacia atrás pero la gente que pasaba me empujó, y solo logré tropezarme con el escalón de la camioneta. Aún un poco paniqueada, rejunté mi chaqueta del piso y subí, pero ya dentro, corrí la ventana antes de que partiera. Y sí, era él, sonriendo ya del otro lado de la calle.

Enferma e Inteligente / NovelaWhere stories live. Discover now