Capítulo 6

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>Relata _________(tn)

Hoy tomo una hoja en la que empiezo a escribir letras de canciones que me gustan. "Química, química, química. La peor clase de todas." La frase daba vueltas en mi cabeza hasta que me llamaron la atención.

-¡_________(tu apellido)! –Me gritó la profesora de ciencias con esa horrible voz que tiene. –Ponga atención a la clase por favor. –“Púdrase.” contestaron ambos lados de mi conciencia. -¿Podría contestarme en que se convierten estos elementos al combinarlos con OH-? –"¡No mames, la más difícil me quizo poner!"

-No sé. –Contesté secamente, y volví a lo mío, que ya casi terminaba la canción que estaba escribiendo. Se llama ‘Ignorance’, de Paramore: una de mis bandas favoritas. 

-¿Por qué no sabe? –Preguntó la maestra. Ni siquiera sé cómo se llama la maestra, solo sé que le dicen "La Pocahontas", porque se parece mucho a la princesa Disney, aunque de princesa no tenga ni una sola pizca. Seguro es porque iguales de indias. -¿Qué no estaba poniendo atención?

Ruedo los ojos. Claro que no estaba poniendo atención, ¿Quién si te está poniendo? "Es más divertido ver carreras de caracoles, lo juro". Levanto mis hombros en señal de un ‘No lo sé’ muy indiferente. Ella también me rueda los ojos y yo sonrío de haberla hecho estresarse, se lo merece.

Mi compañero de enfrente, Javier, estaba dormido y me daba lástima despertarlo solo para hablar de tontadas. De hecho, era de lo único que hablábamos, pendejadas. Nunca lo he visto como un amigo encerio, es demasiado… “Irresponsable. Travieso. Desmadrozo. Payaso. Incluso algo estúpido… Pero desastrozo en su mayoría” pensé. No creo que exista una palabra que defina todas las anteriores en una misma. 

Terminé de escribir la canción y cuando estaba pensando en cual otra escribir, suena el timbre. Al fin, la salida. Así que agarro el papel y lo hago puño para tirarlo a la basura, no me sirve de nada ya. Cuando salimos del salón, Me fui con mi bolita de amigos, pero todos se fueron en pocos minutos, así que me quedé sola, sentada en una banca, con todo el calor encima mío. Pero en eso, veo algo con lo que tuve que frotarme los ojos para saber si era cierto…

“¿Fer?” pienso sorprendida al verlo entrar con una señora por la puerta del colegio. Supongo que es señora es su madre. 

-Que mierda… -digo en voz alta, pero al mismo tiempo lo suficientemente bajo para solo oírla yo. Observo, y él se encuentra con amigos suyos y se saludan de puño y abrazo, mientras su mamá avanza directo a la oficina. Cuando él se desocupa, sus amigos de preparatoria salen y Fer sigue avanzando hasta encontrar a su mamá en la dirección. La puerta era transparente, pero estaba demasiado lejos y no podía ver para adentro con claridad.

Así que esperé, sola, en el sol, quemándome, a que saliera mi viejo amigo de la oficina de mi escuela. Ya casi todos de habían ido, pero yo me voy con un compañero de mi clase porque mis papás aun no salen de trabajar, y él me deja en casa. El único y molesto detalle es que la señora, la madre de Emilio, se tardaba siempre una infinidad en aparecer. Ví a Javier a lo lejos sentado con él, pero me daba vergüenza acercarme, así que no despegué mi vista de la oficina. 

-¡__________(tn)! –Alguien me llamó, y sinceramente me asustó debido a que yo ya estaba en mi pacífico y tranquilo mundo. Era Emilio, y supuse lo que iba a decir después: -¡Ya llegaron por nosotros! 

Desesperada porque Fer no había salido de la oficina, y yo quería ver qué rayos hacia en "mi territorio", tomé mi mochila y traté de ir lo más lento posible, arrastrando los pies, por si tenía una posibilidad de verlo. Pero no; ya estaba en la puerta y él aún no salía. Suspiré y abrí el portón del carro del chico. Me subí a la camioneta plateada y cuando cerré la puerta, sucedió. 

Ese maldito tipo que de repente apareció de nuevo en mi vida salió cargando con una inmensidad de libros, que en efecto, eran de tercero de secundaria. “Mierda… ojala no sean porque…” Pero mi pensamiento fue interrumpido cuando el carro empezó a avanzar. “No, no no no, ¡NO! ¡ALTO! ¡Necesito ver esto, Por favor!” Pero era muy tarde, estábamos demasiado lejos y una barda me estorbaba… Lo último que alcanzé a ver era lo necesario para confirmar esta tragedia. 

Su madre cargando el nuevo uniforme de Fer. El mismo que el mío. “No puedo creerlo… ¿La vida solo me quiere joder cada vez más, o que pasa?” Ahora, ese chico que volvió para prometerme algo que yo sé que no sucederá, estará en el mismo colegio que yo. 

Lo que faltaba. "Mieeeeeerda".

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora