Capítulo 23

104 5 0
                                    

~Relata Fernando

Un año nuevo se acerca, 2012. Ya va a ser un inicio de todo, otra vez, y en este momento estoy vestido de traje sentado frente al ordenador (computadora) hablando con ella. Mis padres siempre ponen un reloj especial en la sala donde se lleva el conteo de las horas para que empiece el nuevo año, y que mi hermana, Mireya, todos los años checa con desesperación esperando que avance más rápido. 

El año pasado pretendía ir a una fiesta, pero mis padres y sus planes familiares no me permitieron asistir a celebrarlo con mis amigos. Este año, tuve que rogarles –Casi de rodillas, de hecho- para que pudiera ir tan siquiera un rato. Tuve que lavar el auto de mi padre, la cocina, barrer, trapear, y cumplir en otras cosas de la casa para poder convencerlos, Aunque la última pelea con mi hermana estuvo a punto de recaer en mi permiso. Me permitieron ir de 9 a 12, justo después del año nuevo. Y bueno, algo es algo. 

Pero lo mejor de esta noche es que no es cualquier fiesta: es la fiesta de los Ashton, la familia más rica de este lado de la cuidad. Vive en la cerrada más lujosa en la colonia más privada, reservada y por supuesto, adinerada de la ciudad entera. Ahí estarán todos mis amigos, mis amigas, y por supuesto, ___________(tn), y debido a ella no puedo esperar. 

Sí, tengo un plan. Por facebook se ha estado regando la pregunta “¿Quieres un 2012 conmigo?” que todas las chicas esperan. Yo se que _________(tn) no es de esas chicas, pero quiero demostrarle que la quiero de verdad… Y hoy es la noche perfecta.

Porque si quiero un 2012 con ella.

~Relata ____________(tn)

Fernando me habla por facebook y al oir el timbre de la conversación, me disparo corriendo del baño a mi habitación. 

Estaba atareada ya que ya casi eran las 8 pm. Y yo aún no estaba lista: acababa de salir de ducharme, mi cabello aún estaba enredado y mojado, mis uñas estaban mal pintadas y mi vestido arrugado. 

-_______(tn)! –Alguien tocó mi puerta. Mis ojos se sobresaltaron y corrí para ponerle seguro antes de que se pudieran abrir y verme en ropa interior -¿Ya terminaste? ¿No vas a cenar primero? –preguntó, era mi madre. 

-Eeeeh –tartamudeé –Si ya voy solo me termino de arreglar –dije, despegandome de la puerta. Eché un vistazo a mi vestido negro arrugado en la esquina de mi cuarto y decidí correr a tomarlo y pasárselo por un hoyito en la puerta semi-abierta. –¿Me lo podrías planchar? 

-Ay mijita. –Mi madre casi me lo arrebata bruscamente –Me imagino que te falta mucho para terminar de alistarte, ¿no? –Solté un ruñido bajito. –Mmmm. Cerré la puerta despacito. El “trin” de facebook me hizo dar un saltito, que no definí si era de alegría o de nervios. 

“Ya casi son las 9 :D” tecleó Fer. Abrí mis ojos como platos y miré la hora: ¡Las 8:25! Ni siquiera contesté su mensaje y corrí al espejo a maquillarme. 

Unas horas más tarde, ya peinada y maquillada, con el vestido y las zapatillas puestas, sabía que por una vez en la vida me veía hermosa. Era un sentimiento que jamás experimenté: mi conciencia siempre estaba ahí para estropearlo; pero esta vez no había duda: realmente quedé preciosísima. 

En ese momento me di cuenta que desde que Fer y yo traemos algo –Porque aún no somos nada- mi conciencia se ha quedado en segundo plano. ¿Segundo? Más bien Vigésimo. Último plano. Ya no tenía más voz en mi cabeza: hubo un cambio y no lo pude evitar, un cambio para bien, un cambio que me hizo feliz por una vez de mi existencia. Me hizo recordar a cuando era niña y en año nuevo solía brincar de felicidad en todos lados, con mis padres, abuelos, primos y tíos, porque año nuevo significaba fiesta, comida y regalos, y sonrisas: muchas sonrisas. Conforme fui creciendo, los año nuevos se volvieron más monótonos, y no tuve claro si fue mi madurez o que realmente año nuevo se estaba volviendo muy malo. El último año fue aburridísimo y muy vergonzoso, mis primas, que son todas unas divas, fueron con sus vestidos más elegantes y hermosos con sus cabellos lacios y tacones que parecía que se irían a caer de boca; mientras yo usaba una modesta y sencilla falda que hacía que ellas se me quedaran viendo con superioridad ante mí. Como siempre, yo tan débil e insegura, me la pasé terrible y con mi conciencia arriba de mí toda la noche. Mi primera sonrisa del 2011 fue bastante falsa.

Pero ahora, voy a pasar la noche con alguien muy muy muy especial, y talvez, tengo la esperanza, de que me pida ser algo más. Igual no me ilusiono, pero sería algo especial. 

Esta noche, ¡Es especial!

Enferma e Inteligente / NovelaWhere stories live. Discover now