23. Sapo Peta

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El ambiente en la ciudad era tenso, la madrugada se extendía en silencio, impregnada de densidad.

El antiguo ayuntamiento había sido transformado en el nuevo campamento revolucionario.

Quackity no podía conciliar el sueño, al igual que casi todos allí presentes. Beni y Cochi custodiaban la entrada de la oficina que antes pertenecía al Alfa y ahora ocupaba el Omega.

El corsé lo sofocaba, pero las sutiles feromonas en el aire lo mantenían lúcido.

Quackity se levantó del sofá en el que reposaba y comenzó a husmear por la oficina. No solo debido al insomnio, también necesitaba descubrir cómo había logrado Luzu escapar. Sabía que algo había sucedido entre sus filas para que el Alcalde pudiera burlar a sus hombres.

En primer lugar, admiró los estantes de libros. Reconoció algunos de su propia casa y otros que nunca antes había visto. Movió algunos libros esperando desvelar un pasadizo secreto, pero todo fue en vano.

Luego revisó el escritorio. Había varios documentos, los hojeó rápidamente, pero ninguno parecía de gran importancia. Revolvió los cajones, examinando cada pedazo de papel hasta que, en un movimiento brusco, descubrió un escondite oculto en uno de ellos: una tabla de madera cubría un espacio oculto.

Cuando vio lo que había dentro, sintió náuseas.

Era una de sus plumas junto con un montón de fotos que, recuerda perfectamente cuando se tomaron.

Luzu podía irse a la verga.

Su respiración se entrecortó, sintiéndose mareado. Tal vez fuese el embarazo, pero el caos que lo envolvía no parecía ser el único responsable. Con ira, cerró de golpe el cajón y regresó a sentarse en aquel sofá de tela color vino, intentando recobrar la calma.

No solamente el Omega o los ciudadanos revolucionarios perdían el aliento aquella noche... Luzu también lo hacía.

El Alcade, qué ahora mismo estaba tenso, se encontraba refugiado en la comisaría gracias a que uno de los hombres en las filas de Quackity lo había traicionado.

Rápidamente fue informado qué tendría que abandonar aquella guarida también, pues al amanecer siguiente la facción liderada por el Padre Alexby haría toma de el edificio.

Pero esta tonta rabieta no había puesto tenso al Alfa.

Era su casa.

Era la niña Tirra en peligro lo que hacía morir de estrés cada célula de su cuerpo.

En unos momentos más tendría que atravesar el pueblo entero de la forma más cautelosa posible y refugiarse en si hogar.

Tierra ahora mismo estaba con una niñera, una mujer de entera confianza para el Alcalde...

Lo único que lo mantenía cuerdo era tener a esa niña de vuelta en sus brazos.

_________

Los Héroes de Karmland, la manada destinada a proteger al pueblo, se encontraba en medio de un caos.

En ese momento, solo Fargan e Illojuan estaban presentes.

StaxX había decidido apartarse temporalmente del pueblo para superar la pérdida de su hijo.

Mientras tanto, Lolito y Mangel decidieron hacer un recorrido por las ciudades vecinas antes de casarse.

El resto de los héroes eran meras piezas en el tablero.

Cuando el caos comenzó a expandirse, Fargan intentó comunicarse con los demás, pero los telegramas mágicos estaban siendo bloqueados por alguna extraña razón.

"La ruina de mi existencia" -LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora