16. Calma

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Hoy, hay calma.

Hoy las calles, campos y hogares de Karmaland tienen calma.

Hoy, Luzu tenía calma.

Había pasado una semana y media desde su encuentro con Vegetta a unos metros del refugio de Quackity, y parece ser que cumplió su palabra de convencer al híbrido de parar esta tontería de revolución.

Desde ese día, nada más había sucedido, pudo cubrir rápidamente los carteles de protesta y no hubo ningún escándalo.

Más importante aún, no hubo ninguna respuesta de parte de los revolucionarios ante la clausura de la Iglesia...

Por qué sí, los secuaces de Luzu habían descubierto que el padre Alexby estaba apoyando al equipo equivocado. No capturaron al Cura, pero le quitaron el acceso a los pueblerinos.

Luzu disfrutaba el día, autorizaba algunos proyectos y supervisaba costos con tranquilidad.

Aún no saben quiénes eran los chicos que estaban apoyando de cerca a Quackity, pero sabe que están siendo alojados en su casa. El Alfa decidió que no tomaría cartas en el asunto si todo seguía en paz... Si esto se quedaba como un desquite y un mal sabor de boca.

Esta era la tranquilidad.

Sin embargo el Alcalde creyó que la estabilidad había perecido cuando escuchó la voz de Sapo Peta tras la puerta de su oficina solicitando una audiencia con él.

El Alfa no había visto al hombre desde el día de las elecciones y las únicas noticias que tenía sobre el eran que había estado visitando a Quackity a la isla artificial.

Y aún que creía que aquel Alfa moreno era un buen hombre, en su corazón aún guardaba algo de resentimiento, de celos.

Algo de tristeza.

Por que en realidad sabía que él sí se merecía a Quackity, después de todo él era un Semi-Dios.

No le tenía rencor por besarse con Quackity, después de todo, nadie sabía los sentimientos que tenía hacia el híbrido. Pero era inevitable que su corazón y sus instintos tuvieran un poco de molestia ante su presencia.

Luzu dejó pasar al hombre.

Cuando el Alfa moreno entró a la sala ambos se sonrieron

— ¡Sapo Peta, querido amigo, ¿cómo estás? — preguntó primero el castaño.

— ¡Qué tal? Muy bien, gracias — contestó — ¡Dame un abrazo! — Dijo mientras envolvía al Alcalde de manera algo cómica.

Inmediatamente  después se sentó en el sofá de aquella habitación y con la misma sonrisa soltó un  "Veo que estás muy bien"

El Alfa de ojos carmín se sentó frente a él y el moreno retomó su palabra

— Veo que estas bien... Haciendo mucho trabajo muy laborioso... Y un tanto extraño la verdad.

Sapo Peta no estaba de acuerdo con la revolución. Admitía que lo único y que lo mantenía guardando el secreto de Quackity era su mismo amor por él.

Pero intentaba buscar una forma en la que ambos pudieran solucionar las cosas.

— El trabajo que estas haciendo es cuando menos increíble... No son mis gustos algunos colores oscuros y sangrientos... Pero sin duda una gran labor. — halagó el moreno

Y el ego de Luzu se sintió satisfecho. Fue inevitable sonreír.

— Muchas gracias Sapo Peta... Nadie me ha comentado de los cambios aún, pero estoy trabajando muy duro todos los días para hacer de Karmaland un lugar mejor.

"La ruina de mi existencia" -LuckityWhere stories live. Discover now