2. Esperanza.

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Una semana había pasado...

Habían sucedido demasiados cambios desde el día de las elecciones.

¿Qué tanto podía cambiar todo en 7 días?

Bueno...

La casa de Luzu dejó de oler a Quackity.

A pesar de que luzu no había movido ni una sola de sus cosas. Ni siquiera había vuelto a tocar el lado de su cama desde que este se fue.

Sus sudaderas azules se mantenían colgadas, y sus zapatos acomodados. Su cepillo de dientes seguía ahí... Pero ya no se podía sentir su olor en el ambiente.

A veces, cuando despertaba, el olor de la almohada de a lado le daba la esperanza de que el estaría ahí.

Que sus plumas lo golpearían en la cara cuando estiraba sus alas.

Pero no. No había sabido nada de él en una semana.

Había ido a visitar a todos con excusa de escuchar propuestas, para saber si estaba en alguna parte.

Sin embargo, todos los omegas le cerraron la puerta en la cara... Excepto Lolito y Willy. También Rubius lo echó.

Aún así no logro percibir ningún olor.

Vegetta parecía saber en donde estaba, pero Luzu no lo convencerá de decirle tan fácilmente.

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— Y por esa razón, debe de haber más escuelas en Karmaland...

Luzu se encontraba con Vegetta en la enorme sala de aquel solitario y lejano palacio, escuchando sus propuestas.

Ambos estaban sentados uno frente a otro.

Vegetta suspiró — Pero eso ya lo sabias, porque también se lo expliqué a Quackity... Tú estabas ahí y escuchaste a todos... — Vegetta hizo una pausa y miró a luzu cruzándose de piernas — ¿Porque está aquí en realidad, alcalde?

Joder, Vegetta es muy perspicaz.

Luzu sonrió intentado ocultar en vano sus intenciones.

— En serio viene a oir tus propuestas... Ese día no puse la atención que merecía.

Vegetta levantó una ceja.

— ¿Entonces no se trata del pato? — El Alfa de ojos violeta vio al castaño tensarse un momento y sonrió — Estoy seguro que está a salvo, Luzu. — Dijo como consuelo para el castaño. Sabía qué estaba preocupado por Quackity, sabía que entré ellos había esa chispa qué pocas personas tenían.

El castaño apretó los puños. — ¿Sabes dónde está? — Preguntó sin ocultar más su desesperación.

Ya era inútil ocultar aquello.

Pero entonces Vegetta simplemente sirvió una taza de té, con serenidad y pulcritud, como si no hubiera escuchado la pregunta del mayor, como si la eternidad estuviera a su disposición.

Finalmente, con la taza de té rozando sus labios contestó un desentendido, juguetón y agudo "Nop"

Luzu rodó los ojos y paso sus manos por su rostro con fastidio.

— Vegetta... — llamó en advertencia de que no jugara con su paciencia.

El nombrado simplemente dio un sorbo al té, con ese sonido  molesto hecho a propósito y luego con una cara seria le dijo:

— Luzu, solo digo que esta en un lugar seguro porque el pato no es tonto... No es que en realidad sepa en donde está.

Luzu simplemente dio media vuelta, con la mandíbula tensa y salió del castillo azotando las grandes puestas detrás suyo.

"La ruina de mi existencia" -LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora