3. Presente ausencia.

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Rubius había vuelto de patrullar los alrededores. Ya había faltado demasiado, los demás se darían cuenta si seguía faltando. No quería dejar a Quackity solo... Sin embargo este último desde que se enteró de su embarazo parecía mucho mejor. Vegetta había ayudado mucho con todas las infusiones para mantener sano al pato.

Estaba muy cansado, Quackity había usado su cama todo el tiempo y estaba algo cansado de usar su sofá. Además, ni siquiera podía dormir porque acompañaba al pequeño en su insomnio y lo ayudaba cada que devolvía la comida.

Pero ese día, al atravesar la puerta de su casa, lo que observó lo dejó felizmente sorprendido.

Todo estaba impecable y un olor agradable y picante llegó a su nariz.

Avanzó hasta la cocina y sonrió al ver aquella escena.

El híbrido pato estaba cantando mientras cocinaba algo. Tenía puesta una sudadera del híbrido oso y una toalla enredada en la cabeza, pero se salían algunos mechones mojados.

— ¡Será simpre una belleza de Cantinaaa! — entonaba el azabache cuando observó al beta en el marco de la puerta. — ¡Rubiaaa! ¡Ira lo qué hice! ¡Son unos riquísimos Chilaquiles, me quedaron mamalones!

El azabache apagó la estufa mirando al más alto.

Rubius salió de su pequeña ensoñación y avanzó hasta el más bajo envolviéndolo entre sus brazos, en un cálido abrazo.

Quackity se sobresaltó un poco pero rápidamente río.

— Pato, me alegra tanto que estés bien —lo apretó un poco — Creí que no saldrías de ahí.

Rubius realmente apreciaba a Quackity, aunque al principio no lo aceptaba tanto... Pero es que ahora, sentía que después de Titi y Vegetta, aquel omega era lo único que tenía.

El azabache río – ¡Oraaa, no nos desconozcamos, rubia! — El pato llevó sus manos a los hombros del Oso separandolo unos centímetros — Quien tiene de padrino al Diablo no muere tan fácil... — Bromeó y se alegró de oir también la risa de Beta.

Quackity suspiro y lo miró a los ojos.

— Gracias, Rubia, por abrirme las puertas de tu casa...

El corazón de Rubius dio un vuelco.

— Joder Quackity, como dicen en tu tierra natal "Mi casa es tu casa"

Ambos se sonrieron y comenzaron a poner la mesa para cenar. Sirvieron la comida, pasaron un buen rato hablando de cosas sin demasiada importancia, disfrutando aquella comida...

Cuando la noche cayó, los dos se sentaron en el sofá y aunque rubius no quisiera, tenía que tocar el tema.

— ¿Sabes?.. Luzu ahora usa un estúpido traje con camisa roja.

Quackity se tensó.

— Él rojo debe quedarle bien. – contestó con simpleza.

El oso suspiró — ¿Le vas a decir?

En el fondo el beta esperaba que no, que Quackity simplemente se quedara ahí con él, escondido en del mundo, a salvo...

Él no era un alfa pero podía ofrecerle un lindo hogar...

El híbrido pato por su lado suspiró

— ¿Qué verga se supone que haga? ¿Qué llegue muy chingon después de desaparecer una semana y decirle: "Hola, ¿qué crees wey?  vas a ser papá, ahora tendrás que marcarme y casarte conmigo  de ahuevo porque si no seré un omega deshonrado"? — negó varias veces — No, gracias.

"La ruina de mi existencia" -LuckityWhere stories live. Discover now