4. Infierno

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Traición.

Lo que implica esa palabra para cualquier persona es la mezcla de sentimientos más desgarrante que un alma puede experimentar...

Porque significa que aquel lugar seguro ha sido profanado.

Era la forma más angustiante de destruir algo que alguna vez se amo.

Te hace sentir tan roto y pequeño.

Cada palabra que salía de la boca de Willy era una puñalada en el pecho.

Una puñalada tajante, profunda, abrumadora.

Su cuerpo estaba contraído, como si sus músculos pudieran desafiar las leyes de la física y volverlo tan pequeño hasta desaparecer.

Era algo tan abrumador que Quackity simplemente podía usar su poca cordura en no dejar de respirar....

Después de unos minutos dejó de escuchar, de percibir cualquier cosa a su alrededor, de sentir el sofá donde estaba sentado, se sentir el aire de la ventana, de sentir cualquier cosa que no fuera el latido de su propio corazón. Veía a willy comenzar a llorar y a Rubius intentar abrazarlo... Pero Quackity simplemente estaba quieto, respirando lento, con el rostro serio, sin un solo rastro de ninguna emoción.

Tal vez porque si alguna vez existió, ahora está ardiendo en llamas, fundiéndose en su alma.

Ardiendo...

Todo dentro de él estaba ardiendo.

Quackity se levantó de golpe de donde estaba y corrió hacia la habitación del Oso, cerrando la puerta con seguro detrás de él.

Rubius y Willy tocaron desesperadamente, suplicando al azabache que abriera la puerta, que les permitiera estar ahí...

"Quackity, por favor, te lo ruego, abre la puerta... Por favor no te lastimes"

Oía los llantos de Willy y los ruegos del oso.

Pero no abriría la puerta. Necesitaba estar solo.

Se sentó en la cama, mirando la puerta.

Las ganas de vómitar volvieron.

"No, no estoy solo"  se recordó tocando su vientre.

Loco. Se estaba volviendo malditamente loco.

"Puta madre, puta madre ¿como terminé aquí?"

Se sentía asfixiando por el aire.

"Debí deshacerme de ti"  dijo enterrando sus uñas en aquel lugar que un segundo antes tocó con amor.

Sin embargo, cuando vio la sangre escurrir de sus manos se se asustó, limpiandolas  en las sabanas blancas...

"Mierda, mierda, mierda, no, no, no"

Se levantó de golpe de la cama.

Roto. Estaba roto.

Pero no por Luzu, no , Quackity siempre ha estado roto.

Siempre fue un niño roto.

El azabache miró de reojo su reflejo en un espejo colgado en medio de aquella melancólica habitación.

Se veía tan... Patético.

No, esto no era él.

Se acercó a ese reflejo y se desconoció tanto...

Quackity se quitó la sudadera blanca manchada de sangre con desesperación y se observó. Observó las cicatrices en todo su cuerpo y las recientes heridas abiertas.

"La ruina de mi existencia" -LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora