20. Movimiento.

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Y aquí es donde todo comienza.

Con Quackity cumpliendo cinco meses. Dos semanas después del encuentro con Luzu.

Donde las fichas del tablero tenían que comenzar a moverse.

Y se podía sentir en el ambiente el dolor de la traición de los enamorados. Era como si el pueblo entero sufriera de la misma forma en la que aquellos torpes amantes lo hacían.

Pero, en la guerra y el amor todo se vale ¿no?

Quackity había movido sus primeras piezas.

Un movimiento tranquilo, y poco invasivo a vista del contrincante.

Pues los ciudadanos se estaban organizando de manera silenciosa y sin bullicio. Eran sólo los murmullos bajitos en los callejones, y las sombras durante la madrugada.

Beni y Cochi aseguraban su ventaja con algunos secuaces de su lado.

Y Rubius se encaraba de tener suficientes armas para cuando todo estalle.

No había demasiada complejidad en aquella jugada, era apenas el movimiento de un peón en el tablero.

Pero así era como comenzaban las partidas, y no iba a tomarse nada a la ligera, aún que su cuerpo entero muriera de ansiedad, necesitaba todo cada pieza en su lugar.

Ahora mismo no podía parar de dar vueltas al rededor de su habitación, perfectamente podría hacer un agujero en el suelo después de pasar de un lado a otro tantas veces.

No tenía tiempo que perder.

Tina había dicho que tal vez sus hijos nazcan un poco antes, lo que reducía de manera significativa su tiempo, especialmente cuando había prometido que se retiraría del juego al cumplir los siete meses. Además, su vientre era significativamente más grande. Si no usaba el corset y su saco cerrado, era obvio su embarazo.

Para su suerte, algunas piezas simplemente se acomodaban por sí solas al compás de la melodía que dirigía.

Vegetta se iría en dos días. Es decir, una vez Vegetta diera un paso fuera de Karmland, Quackity desatará el infierno que tiene guardado bajo el tórax.

Usaría la presión en el pecho para gritar con furia, los mareos y las náuseas para vomitar el desespero de su alma y el imparable apetito para comerse a quien se atreviera a meterse en su camino y... ¡Oh! ¡Que los dioses tengan piedad del pobre hijo de perra que se atreva a meterse en su camino!

Las piezas del lado de Quackity habían sido colocadas.

Ahora, era turno de Luzu.

Y como era su costumbre, sus jugadas fueron totalmente indiscretas. Un ataque directo, preciso, y al centro.

Buscando acabar con esto de la manera más rápida  y extremista posible.

El alcalde había comenzado una campaña de apoyo al gobierno. Una especie de propaganda para alentar su dictadura, una forma imponente y tajante de dejar claro quién tenía el poder.

Carteles y letreros con frases como "Ayúdanos a protejer el pueblo de Karmland" o "Viva el alcalde Luzu"

Necesitaba convencer público que tenía personas que lo apoyan. Necesita meter en su cabeza que todo lo que hacía lo hacía por el bien del pueblo y no sólo por capricho.

Asi que por eso, la estatua de su régimen estaba siendo construida al centro del pueblo.

Un símbolo de su grandeza.

Por eso mismo, el Alfa paseaba por el pueblo verificando todos y cada uno de sus proyectos, incluidos los privados.

Como el centro de ocio y cultura, donde Fargan estaba ayudando a a administrar.

"La ruina de mi existencia" -LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora