17. Una vez más

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Aquella noche, llena de estrellas, Quackity terminó dormido sobre el pecho de Luzu, fundiendo su cuerpo en el otro, haciendo que sus corazones bomben al compás, en unísono, como una suave melodía. El Alfa  acariciaba la cabeza del azabache con tranquilidad, ligero y protector.

Y era todo lo que  habían necesitado ese día...

Ese día, esa semana, ese mes, ese año, esa vida.

Ambos envueltos en aquella embriagadora combinación de sus feromonas.

El castaño deseó esto, deseaba esto todos los días...

Pero su burbuja se rompió con la punta de la realidad.

El sonido de la puerta, sólo eso fue suficiente para recordar todo lo que se estaba desmoronado entre ellos.

El sonido de la puerta, avisando al Alfa que era momento de irse.

No pudo llevar a Quackity a su habitación por que se arriesgaba a no poder salir.

Escapó por una de las ventanas.

Y esa mañana, cuando el sol se coló por las ventanas, fue el turno de Quackity de despertar sin el amor de su vida a lado.

Estaba en su nido, Cochi y Beni lo dejaron ahí cuando lo hallaron dormido en el sofá, donde el castaño lo había acomodado con cuidado antes de huir.

Ese día, esa tan superflua  mañana, ni Luzu, ni Quackity pudieron dejar de sonreír.

Ninguno pudo borrar el calor del otro.

No pudieron borrar el recuerdo del aroma.

Y ninguno pudo borrarse de la cabeza la idea de volver a verse... De encontrarse otra vez de manera furtiva, besarse y decirse que NO se necesitaban el uno al otro, que esa extraña relación no iría a ningún lugar mientras sus cuerpos desnudos se volvían uno.

Pero como era su costumbre, ninguno se atrevía a dar uno paso.

Asi, entre miradas perdidas en la nada, anhelos, suspiros  y peticiones a los dioses, la semana terminó, y una nueva comenzó.

Nos encontrábamos en medio de esta.

Cochi y Beni habían salido nuevamente a ver a sus furtivos amantes, aquellos secuaces que habían faltado su juramento.

Mientras que Rubius había ido a una misión con Vegetta, a petición de Merlon, prometiendo volver en 2 días.

Quackity estaba solo en la piramide. Estaba disfrutando tranquilamente de un cochomilk , y se levantó a tomar algunos polvorones... El tarro se había quedado en la mesa de la sala de estar, donde residía también la pizarra con la estrategia de la toma del ayuntamiento, el azabache la miró unos segundos y luego, cuando quiso tomar aquellos dulces, el manojo de hojas que había junto al tarro lo dejó quieto.

Era aquello que había estado escribiendo días atrás.

"LA CONSTITUCIÓN FEDERAL REVOLUCIONARIA DE KARMALAND"

El híbrido dejó el vaso de lo que estaba tomando y sostuvo entre sus manos aquellos papeles.

Y por primera vez, desde que empezó este plan, dudó sobre lo que estaba haciendo.

Por primera vez su corazón se sintió inquieto y su pecho se oprimió. Miraba las hojas con concentración, pasando las orillas con sus dedos.

¿Y si de verdad se detenía?

Quackity se mordió el labio y apretó las hojas entre sus manos.

Tal vez, y solo tal vez, si se detiene ahora, si rompe estas páginas y borra su pizarra, si le dice a Cochi y Beni que vuelvan a México... Tal vez todo esté bien.

"La ruina de mi existencia" -LuckityWhere stories live. Discover now