6. Punto de quiebre

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Esa mañana, todos los Karmaliences se encontraban murmurando entre las calles y avenidas.

"Esto es una barbaridad"

"Se lo merecen por lo que le están haciendo al pueblo"

"¿Quién es el Robin Hood psicópata?"

Esa mañana, las cabezas de aquellos hombres que ayer cobraban impuestos sin consideración,  ahora adornaban el ayuntamiento...

Los carteles advertían que esto seguiría si Luzu no renunciaba a su puesto.

Y aún que nadie entre los aldeanos supiera quien era aquel anónimo vengador, Luzu si lo sabía.

Por supuesto que lo sabía.

No sólo porque conocía a la perfección la letra del autor, si no porque había dejado deliberadamente el aroma a pay de manzana.

Quackity.

¿En que momento su olor a Jazmín cambió completamente? ¿Cómo se había atrevido a hacer algo así?

¿Se había dejado marcar por un Alfa y por eso ahora olía diferente? No lo sabía, pero el solo pensamiento le revolvió el estómago e hizo hervir su sangre.

Sabía que Quackity no era ningun maldito santo... Pero esto...

Probablemente si Rubius no fuese un Beta, Luzu lo haría morir degollado en la plaza del pueblo.

Ordenó limpiar el desastre al resto de los secuaces y entró a la alcaldía directamente a su oficina...

"¿Qué estas haciendo Quackity? "

Lo estaba obligado a tomar medidas, y lo que menos quería era al omega involucrado en ese mundo...

Luzu no tenía idea de quién era Quackity.

Luzu estaba siendo ciego.

Muy ciego...

No quería ver que el azabache no era simplemente un Omega llorón.

Aquel angelical Omega que había matado a sangre fría de tres de sus hombres no era ningun chiste.

O simplemente se negaba a reconocer su obvio error.

Tal vez ni siquiera era sobre Quackity.

Pasó sus manos con frustración por su rosto y se tumbó en aquella silla.

Dios, cuanto había deseado esa silla...

Pero ahora se sentía como un trono en el infierno.

Sea como sea, por mucho que lo único que tenía en mente era  buscar a Quackity y rebuscar en su cuello una marca, para arrancarla de ser necesario, debía tomar medidas en el asunto. No podía dejar que el pequeño chico sugiera jugando.

No quería realmente tener que tomar decisiones que no le gustasen...

El castaño tomo un papel y pluma.

Tenía que hacer algo al respecto...

Tenía que armar aún más a sus trabajadores, tenía que aumentar la seguridad porque si Quackity había podido hacer eso sin ningún problema, signifaba que la seguridad era muy vulnerable.

"PETICIÓN DE AUNMENTO DE LA DEFENSA Y ARMAMENTO"

Ese era el encabezado de aquel documento.

Tan pronto terminó de redactarlo llamo a su asistente y convocó una junta extraordinaria con los líderes de las cuadrillas para advertir la amenaza.

"La ruina de mi existencia" -LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora