10. Nuestros planes.

545K 16.1K 2.3K
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Hablé con papá, como cada domingo. Nuestra relación en general, y más los últimos años, se limitó a llamadas por teléfono. Mantenía una excelente comunicación con mamá, siempre se hizo cargo de mí, pero no nos veíamos con frecuencia. Me informó que pasaría por el condado. Iría a Florida por algo de trabajo, deseaba desviarse para saludarme.

Llegaría el viernes siguiente a la casa para poder pasar unas horas conmigo y darme mis presentes navideños. Sabía que yo en esas fechas no me despegaba de mi madre. Mis abuelos a veces iban a California o si no, pasábamos las festividades con amigos. Para mamá su trabajo esos días era muy pesado y no podía alejarse de la agencia. Tenía que verificar que sus proyectos salieran perfectamente. Por lo mismo Nochebuena la pasaríamos en casa junto con Ralph.

La semana pasó sin darme cuenta, los exámenes me mantuvieron entretenida, ocupada y atareada. Ya saben, por muy enamorada que estuviera la obligación era vital para mí, así que estudiábamos juntos. Sus entrenamientos fueron cortos debido a las pruebas. Emma y Annie pasaban cada vez más tiempo con Kellan y Luck, independientemente de nosotros. A veces los seis nos sentábamos en la cafetería juntos, y otras ellas se iban con Max y el resto. En las clases ya todos me hablaban como antes, pero cuando estaba con Liam era diferente, nos ignorábamos.

Viernes, mi novio me llevó a casa al terminar las clases. Me ayudó a hacer de cenar como siempre que tenía tiempo y conversamos en la terraza exhaustos por la semana.

—¿Te quedas?

—Tu padre va a llegar, ¿no prefieres estar sola con él? —¡Maldición! no recordaba que iría ese día.

—De verdad —sonrió divertido ante mi falta de memoria, eso no era común en mí—. Pero no sé a qué hora llegue... —señalé indiferente.

Acarició mi cabello acomodándolo.

—Sabes que no tengo problema en quedarme aquí, eso es lo que siempre quiero, pero mejor me voy y más tarde regreso, ¿te parece? —hice un pequeño mohín. Se levantó y me arrastró a regañadientes hasta la puerta—. Kya, es lo mejor...

—Quiero que te conozca —le rogué con la mirada, no quería ceder aun sabiendo que iba a perder.

Me dio un beso sonriendo.

—Kyana, deja de hacer esa carita, me haces reír y menos quiero irme. Llego a las ocho, ¿de acuerdo? —asentí todavía con mi puchero. Tomó mi barbilla, contento—. Si sigues me vas a convencer, sabes que no me resisto a ti —me dio un beso que me dejó mareada por la intensidad, aprovechó mi aturdimiento y desapareció.

Al segundo me llegó un mensaje.

«Te amo... suerte. Háblale bien de tu novio a mi suegro».

Iba a responder cuando el teléfono sonó, dejé el móvil sobre la mesa y contesté. Era papá, venía junto con mi madre rumbo a la casa.

Muy profundo © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora