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Les envío un beso mío y uno de Tiago a todas las dulzuras nuevas que se andan leyendo la historia 💋

Otro dos besos especialmente para MarielisAvila5 💋

Capítulo dedicado a NicauriQuezada_ para que no diga que no le dedico nada

Si dejas ese voto sexi y comentas mucho te enviamos un Tiago+ uno extra por si acaso. Si también recomiendas la historia te enviaremos un Tiago con todas sus habilidades incluidas, un Engel (opcional) y una Adelin (opcional) + un lugar más espacioso en el corazoncito de la escritora. ¡Aprovecha la oferta!

~Te quiere, mami Ross 🌹

•••

El alivio que sentí cuando Tiago quitó al chico de encima de mí fue indescriptible. Por un momento pensé lo peor, pero otra vez el pelinegro me había salvado.

Aunque no me hacía mucha gracia. Hubiese preferido haberme defendido sola.

Recorrí la habitación con la mirada en busca de Engel, pero solo vi su silueta saliendo del lugar.

—¿Donde va Engel? —cuestioné desesperada.

No podía creer que ni siquiera se hubiera detenido a ver cómo me encontraba.

—Ojalá fuera a perderse por ahí. Pero hay un lío afuera, dulzura. Y —tosió— no vamos a dejar a este vivo, así que alguien tiene que encargarse de la multitud y otro del trabajo sucio.

Estuve a punto de responder, pero Tiago puso su atención en el chico que estuvo a punto de abusar de mí.

—Siéntate y colabora como un buen animal, al fin y al cabo es lo que eres.

El otro asintió y tomó asiento sin poner réplica en una silla al frente de la cama. Su cara estaba rojiza, el miedo era latente en su expresión y algo dentro de mí suplicaba porque Tiago lo usara como un juguete y se divirtiera a su antojo.

—Podemos arreglar esto, ¿sí? No hay que llegar a altos extremos —comenzó a decir—. Puedo transferirle lo que quieran ahora mismo... solo digan una cifra. Trabajo en un banco, será algo muy rápido, solo... solo digan un número, pero no me dispares —lloriqueó con lágrimas rodando por sus mejillas.  

—No aceptamos sobornos. 

—No me mates. Tengo... una hija... y esposa. ¿En serio dejarás que esa niña crezca sin su padre?

—Mira, me han puesto muchos apodos por mis cualidades, pero don empatía no está en la lista.

Tiago me miró de reojo con una ceja enarcada antes de sentarse en la orilla de la cama y observar al chico mientras le apuntaba con una pistola. Su pulso era tan perfecto, que a pesar de tener el brazo extendido este no se movía ni un milímetro.

—¿Cuántos años tiene tu hija? —le preguntó.

—Quince. Bueno, los cumple mañana.

Para tener una hija de quince no podía llevarle tan solo unos años a Tiago, por lo que deduje que estaba en los treinta y contando. Pero para tener esa edad se veía muy cuidado y joven, su apariencia era de un muchacho de al menos veintitrés años.

—Empezaste la faena temprano, ¿eh?

—No soy tan joven como parezco. 

Tiago chasqueó la lengua.

El misterio que me persigue ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon