8 [Parte II]

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¿Sabes que es lo peor que puede pasar cuando alguien muere? Olvidar su voz.

No recordaba del todo como hablaba mi madre, de vez en cuando la veía en mis sueños, pero la voz que producía mi mente no era la de ella.

Pero al escuchar ese "Hola, Ade", lo recordé por completo. Aquella mujer hablaba exactamente como ella. De repente me invadió la necesidad de abrazar a aquella desconocida, pero me contuve; no podía llamar la atención.

La madre de Tiana me observaba confundida y miraba de reojo a su esposo en busca de alguna respuesta.

Quise correr de allí cuando varios recuerdos comenzaron a reproducirse en mi mente. Volver a escuchar sus gritos y suplicas me agobiaba, era una tortura para mis oídos.

—¿Pasa algo? —cuestionó la mujer bajando del taburete y caminando hacia mí. 

Su mano fue a mi hombro y retrocedí involuntariamente. Sacudí la cabeza en negación y, esbocé una sonrisa para intentar calmarla; se veía preocupada.

—No. Es que su voz es idéntica a una cantante... me emocioné.

—Me lo han dicho —afirmó sonriendo—. Mi nombre es Taliah.

—Es un gusto. —Incliné la cabeza.

Quise darme la vuelta, pero me detuvo.

—¿Vas a la misma academia que Tiana? —cuestionó volviendo a tomar asiento.

Le di una mirada de reojo a la nombrada y negué. 

Ni siquiera sabía a qué se estaba refiriendo. 

—¿No? Pero si pareces modelo, cariño.

—Y eso, que no tiene maquillaje, solo labial —comentó Tiana orgullosa. 

¿Debo sentirme feliz por aquello? Ya quiero ver qué pensará al verme por la mañana con mi ropa hostil.

—Con todo respeto, eres rara —soltó el castaño, bebiendo de su bebida y desviando la mirada.

Alcé una ceja divertida. ¿Acaso quería ofenderme?

—"Rara" en nuestra familia es un termino bueno. Tialess se refiere a que eres bella, aún no estando en los estándares de la belleza de la sociedad —intentó excusar el señor, dándole una mala mirada al castaño.

—Ya veo que son una familia... rara. —Sonreí.

¿En serio hay alguien que use ese "termino"? Aunque mi madre mencionaba que lo raro tenía cierta belleza. Pero también hay que saber que esta es subjetiva, si creo que alguien es bonito, es bonito... sin tener que mencionar los estándares. Porque si de eso se trataba, hace minutos vi un chico de ojos azules y cabello de seda que para nada era atractivo a mi vista.

—¿Cuál es tu nombre completo? De seguro conozcamos a tu familia —cuestionó Alessandro.

—Es amiga de Tiago...

Tiana parecía nerviosa.

—Adelin Alessandra Rivas Montero —le contesté.

—No me suenan tus apellidos —comentó con cierta curiosidad, Alessander.

—Tampoco su acento.

—Parecen apellidos de campo —habló el otro.

¿Perdón?

—¿Viniste con Tiago de...?

—No —le interrumpí—. Soy de aquí, de Serfol. 

Mi declaración les tomó por sorpresa, dejándolos con la boca abierta. Luego, todos giramos la cabeza al escuchar el sonido de vidrio quebrándose; Tialess había dejado caer el vaso de cristal al escuchar lo que había afirmado.

El misterio que me persigue ©Where stories live. Discover now