Mis Malditos Vecinos

By amandytaaa

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Los hermanos DiSalvo llegaron a mi vida como llegan las cosas que van a durar para siempre: sin manuales, ni... More

PRÓLOGO
•Capítulo 1•
•Capítulo 2•
•Capítulo 3•《Parte 1》
•Capítulo 3•《Parte 2》
•Capítulo 4•
•Capítulo 6•
•Capítulo 7•
•Capítulo 8•
•Capítulo 9•
•Capítulo 10•
•Capítulo 11•
•Capítulo 12•
•Capítulo 13•
•Capítulo 14•
•Capítulo 15•
•Capítulo 16•
•Capítulo 17•
•Capítulo 18•
•Capítulo 19•
°Capítulo 20°
•Capítulo 21•
•Capítulo 22•
•Capítulo 23•
°Capítulo 24°

•Capítulo 5•

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By amandytaaa

"Puede ser un secuestrador que quiere adueñarse de mi cuerpo puro y cristiano"

Por séptima vez en quince minutos, el lápiz se me cae y rebota en los azulejos del suelo. Pongo los ojos en blanco cuando lo recojo y dedico mi vista a la libreta abierta en la que he tratado un sinnúmero de veces realizar la nociva desigualdad algebraica.

Las matemáticas son parecidas a algunos hombres: no sirven para nada; y las odiaría, pero son tan feas que, por lo confirmado, la vida ya las odió primero.

--Emma, --por el rabillo del ojo distingo como papá apoya todo su peso en el marco de la portilla del comedor. --cuando acabes ahí ve a hacer lo que te faltó. --señala, con la expresión más enojada que le es posible.

Y por "hacer lo que te faltó" se refiere a fregar.

Dios, yo debería lavar dinero, no platos.

Aunque de alguna forma me lo merezco, quizás esto me enseñe a que debo mantener el móvil lejos de las cenas familiares, evitando bajo total responsabilidad enviar mensajes o audios, y más si son a Brinn contándole explícitamente mi último incidente escolar.

Se puede decir que enterarse de que me expulsaron no fue una noticia bien recibida en casa. No los había visto así de enojados desde la última visita de la tía Margarita, cuando puse por los bordes del váter pegamento y ella quedó enganchada, literalmente.

Por fortuna, esta vez, no me quitaron ningún aparato electrónico, sólo quedé obligadísima a barrer el patio, fregar los trastos, limpiar el baño y nada de fiestas por dos semanas.

Considero que lo de las fiestas resulta incluso ofensivo, después de todo, ¿a cuál iría? Paso tanto tiempo en casa que debo oler a guardada.

--Voy papi. --indico, poniendo mis mejores ojitos de niña buena y hago un puchero irresistible; hoy no hay una fiesta pero si hay una invitación al cine; se que con mamá jugar sucio no funciona, pero él siempre cae porque soy su hija favorita, bueno, soy su única hija. --Sé que hoy me comporté horrible y que me dijiste nada de fiestas por dos semanas pero...--me callo, dejando que la respuesta vuele en el aire como Matías Pérez y encojo los hombros.

--¿Pero? --levanta una ceja.

--Brinn y yo íbamos al cine hoy, hemos estado planeandolo por días, va a salir uno de esos estrenos que hay que ver a la primera antes del spoiler, no es una fiesta, por favor. --suplico. --Apenas son las ocho --recuerdo apuntando hacia el reloj digital del microondas. --y volveríamos antes de las diez. Yo nunca salgo papi, es sólo por esta vez, ¿si?

Sonríe dulcemente sin mostrar los dientes,--Cariño, claro, --y se acerca para dejarme un casto beso en la frente, estoy a punto de hacer mi ridículo baile de la felicidad cuando agrega: --que no.

--¡¿Me estás tomando el pelo?!

--Estás castigada y si veo que vuelves a sobornar a tu padre te multiplicaré el castigo señorita. --dice ofendido, sin dejar de sonreír. ¿Desde cuándo a él el soborno le ofende? --Ahh y ya que tienes tanto tiempo disponible aprovecha y deshazte del desastre de hojas en el patio. --da media vuelva en dirección a la sala, dejándome ahí, con la boca formando una enorme O y los brazos cruzados.

--¿Y cómo me dicen a mi?--gruño en dirección a la cocina. --¿Emma la sirvienta?

--¡Multiplicar el castigo Emma! --responde automáticamente desde otro rincón.

Mierda, tiene las orejas como Mickey Mouse.

La cara me arde por la inundación de enojo que circula por mi organismo. Si el enojo matara ahora estaría en primera fila disfrutando un concierto de Michael Jackson.

--¡Friego y limpio el patio, papá! --vocifero por fin.


[● ● ●]

El teléfono me balbucea cuando enjabono un cuchillo y lo froto vigorosamente contra la esponja, deshaciéndome de los trozos de lasaña. Lo saco del bolsillo delantero del delantal y con las manos aún espumosas lo pongo en mi oreja obviando al remitente.

--¿Si?

--Eyyy cariño, holaaa. --chilla con una emoción demasiado empalagosa. --conseguí dos entradas para esta noche en el cine.

--Genial, --mi voz no puede ser más falsa. --así puedes ir dos veces.

La línea se mantiene en silencio un par de segundos hasta que la siento mascar un trozo de chicle y lo explota un enorme bola. --¿Qué bicho picó a mi chica?

--Estoy castigada Brinn y no puedo ir al cine; mejor dicho, no puedo salir a ningún sitio por dos semanas. --suspiro. --En cualquier instante me meto en la lavadora para dar unas vueltas.

--Venga ya, no lo has intentado lo suficiente. Intenta con tu papá, es el más flexible.

--¿Tú crees? --repongo casi riendo. --Le puse los ojitos y ni se inmutó, lo vió como un soborno y dijo que si volvía a hacerlo me multiplicaba el castigo.

--¿No cedió a los ojitos?

--Nop.

--¿Estás segura de que era tu papá?

--Brinn se servió tres veces lasaña. ¡Es mi papá!

--Tengo una idea. --susurra con la voz apenas audible, como una agente secreta--¿Quieres oírla?

Me sobo la sien interiorizado los pros y los contras de escucharle. --Prefiero no tener que hacerlo, tus ideas por lo general salen mal y quiero estar castigada por dos semanas, no toda mi vida.

--Pero Emma...

--Brinn, tengo que terminar de fregar y luego barrer el patio, necesito colgar. Te amo muchísimo, pero esta vez estoy fuera. Nos vemos mañana y pasa por mí temprano, bye. --le lanzo un beso antes de que ella proteste y presiono el botón rojo.

Intento regresar a mi entretenido castigo cuando el móvil vuelve a replicar. Intercalo entre soltar una maldición y gruñir antes de tomarlo.

Juro que si es ella otra vez le voy a decir hasta del mal que se va a morir y luego la bloquearé. Bueno no, bloquearla no, porque tendría que ir mañana caminando a clases y llegaría sudada y oliendo a popó de gato rancio, eso bajaría mi...

¡Acaba de coger el maldito teléfono Emma!

El sonido cesa entre mis dedos y me sorprende que en lugar de una llamada haya en mensaje, que dicho sea de paso ea de un número desconocido.

《te espero en el patio de tu casa en cinco minutos》
~J~

¿Me espera en el patio de mi casa?

¿Quién se supone que me espere?

¿De qué podrá ser la J?

¡Ya sé! ¡Es Justin Bieber! No, ¡es Jared Leto! Espera, ¿Jesús ya vienes por mí?

¡NO!

¿Cómo puede ser de tonta?

La j viene de... el jamonero. Sí, eso, pero, ¿el que vende jamón no se supone que sea el carnicero? Quien sabe, talvez busque algo de suspenso. Quizás se enteró que el mes antepasado fue mi cumpleaños y vino a traerme una deliciosa piernita curada, tarde pero segura.

Pero...

¿Y si es un secuestrador?

Puede ser un secuestrador que se quiere adueñar de mi cuerpo puro y cristiano, a lo mejor busquen chantajear a papá para que abandone las elecciones.

Nah, eso seria por gusto, con lo insoportable que soy me devolvería a la media hora.

Sigo manteniendo la idea de que es el carnicero con una piernita de cerdo.

Mmm, casi piedo olisquear el ahumado.

Es oficial, voy a ir.

Si veo que es un secuestrador corro y si es el carnicero, también corro, pero me llevo la carne.

[● ● ●]

Equipada con la valentía del mismísimo Indiana Jones, atravieso el inicio del patio.

Encima de mí, la brillantez de la luna contrasta con la frescura de los helechos de mamá, sería ya escena bonita y acogedora si un desconocido no me estuviese esperando.

Tomo las bocanadas de aire, una detrás de la otra, con temor a quedarme sin el oxígeno suficiente en los pulmones mientras camino lento.

Unos pasos crujen detrás de mí y acabo de quedar aterida en el sitio.

Vamos Emma, piensa en el jamón.

Giro la cabeza sin distinguir nada hasta que un sonido desgarrador me hace pegar un saltico. Miedosamente consigo percibir la sombra de detrás del arbusto, desde aquí se ve gigantesca y en cuatro patas, esto no es humano, ni normal.

¿Bambi eres tú?

Mi sexto sentido se activa, con el corazón galopando dentro del pecho cuando la cosa refunfuña. La corriente de aire congelada me atraviesa la piel como una espiral de cuchillos , el labio inferior me tirita, las manos quedan congeladas y todas las expresiones de mi cara, entumecidas.

Emm, tranquilízate podría ser un unicornio.

¡NO! Los unicornio sueltan arcoiris no lamentos como alma en pena.

Me planto a pasos de la bestia cuando noto como su tamaño disminuye e instuyo que es una señal positiva. Entonces trazo un rápido plan en mi cabeza: conseguir rodearlo y después abalanzarme encima suyo.

Brico sobre el escondite del monstruo aguantando la respiración. Puede que se trate de un peligroso híbrido, enorme, con uñas afiladas, adictas a la carne humana, con colmillos afiliados como jeringa o...

Sus ojos amarillosos y cristalinos me analizan amedrentados, las puntiagudas orejas se doblan por el sobresalto, luego sollozos comenzando a correr como alma que se la lleva el diablo.

Era un ¡gatito!

Pobre animalito que me tenía más miedo del que yo podía tenerle. Soy ridícula; ahora debe estar traumatizado.

Me permito volver a respirar con normalidad, notando mi situación: aquí no hay nadie más que yo y mis turbaciones.

No pensé en las posibilidades, pero el mensaje pudo hacer sido de un equivocado.

Claro, ya decía yo que lo del jamón era demasiado bueno para ser verdad.

En un máximo estado de paz y armonía me encamino a casa. ¿Cómo pude pensar que alguien me haría algo malo? Silbo expandiendo el aire dentro de mi boca antes de canturrear. Interiorizo que este sustico bobo me va a ayudar a crecer como mujer, y que la próxima vez que salga será con un sartén en la mano y un palo de escoba en la otra.

Hablando de escoba, ¿no tenía que barrer? Bah, es tarde y esa boda con Chris Evans no se va a soñar sola.

De repente siento como se intensifica el agarre de alguien en mi brazo, bruscamente me tironea, bloqueando mi cuerpo contra el arbusto. Entonó los ojos lo más que puedo y trato de pasar saliva de sopetón. Noto como sus manos abandonan mi brazos para apoderarse de las muñecas sobre mi cabeza, y estoy temblando. Siento como mete su nariz en la curva de mi cuello e inhala áspero.

--Pensé que nunca vendrías. --mis sentidos están tan nublados que no consigo reconocer la voz, y debido a la oscuridad, la persona tampoco. Solo percibo que se trata de un hombre y rezo que no sea un violador.

--¿Qu...quién e...res? --mi voz se entrecorta al sentir como su cuerpo se compenetra más al mío.

--Qué irónico, --siento su sonrisa pirata en el cuello-- te pones ropa tan suelta cuando no puedo controlar mis ganas de quitártela.--con un dedo recorre mi clavícula y sopla sobre mi estremecida piel, inconscientemente gimo. -- No sé por qué, si no te gusta el infierno te atreves a hacerle ojitos al diablo.

--¿Qu...qué qui...eres de m...mí?-- balbuceo y pone su índice en mis labios.

--Para empezar...--masculla en mi oído. --porque no te deshaces de esa linda ropa.

--¿Es...estás loco?

Dios mio, esto tiene que ser una broma, una pésima. Sé que pronto saldrá otro hombre equipado con cámaras e iluminación gritando: ¡caíste! Y ahí reiré cuán niña feliz en la mañana del día de los reyes magos.

Es una broma, ¿verdad?

¡Exijo que sea una broma!

No puedo perder mi virginidad de esta manera, ni siquiera es algo para lo que estoy preparada; tampoco deseo morir, aún necesito ver a Kendall sumida en una pobreza absoluta y viéndose en la cruda necesidad de trabajar paseando perros. No puedo cerrar los ojos antes de verla con los cabellos llenos de garrapatas y oliendo a estiércol de algún canino con incontinencia.

--Estoy loco, --concuerda. --por ti, desde la primera vez que te vi, gatita.

¿Gatita? Espera, si ato todos los cabos sueltos, la única persona lo suficientemente anormal como para llamarme asi es...

--¡¿Jordan?!

--Pensé que nunca lo dirías bebé. --y conforme, afloja su agarre en mi piel.

[• • •]

--¿Y tú por qué tienes mi número?--entrecierro los ojos y él sonríe con aire de superioridad relamiéndose los labios.

--Ohh gatita, no te pongas así. --su voz sale ronca, sexual y profundamente varonil, lo que me provoca unas horribles ganas de golpearlo. --Si querías mi número antes podías pedírselo com confianza, sé que parezco inalcanzable, pero nah, sólo soy un semidiós bañado en mares de humildad que vino a la tierra a deleitar a seres inferiores como tú.

Yo con tantas cosas que hacer y escuchando al tareco que se cree Hércules.

--Jor...dan, --mi garganta forma un gigantesco nudo al percatarme de como se me acerca peligrosamente, trago en seco, procurando no perder la voz. --estás muy cerca de la perfección.

--¿Ah sí?--me guiña un ojo y mordisqueo si labio inferior, los labios quedan humedecidos e hinchados, tan deseables.

Asiento, embobada y pego una mano en su pecho. --Estás muy cerca a mí, échate para allá y deja la confianza.

A pesar de mi palabras queda estático en el mismo lugar, incluso se inclina en búsqueda de fricción pero retrocedo. --Parece que ya estás enterada.

--¿Enterada?

Balancea la cabeza de arriba a abajo como símbolo de confirmación. --Sabías que me gustan las chicas rudas y estás queriendo llamar mi atención, pero ya no tienes que seguir actuando, me siento lo bastante atraído hacia ti.

--¿Llamar tu atención?--pregunto más para mí que para él. --¿Perdona?

--Perdonada. --guiña su ojo marrón.

¿Qué rayos está mal con el? ¿Acaso los genes DiSalvo tendrán algún resultado defectuoso en los hombres de la familia? Porque puedo asegurar que no es el más raro de los tres.

--Deberías conseguir un pasaje de avión. --elevo mi mentón decida a no dejarme intimidar.

--¿Para nuestra Luna de Miel?

Niego. --Para buscar tu ego, que se te subió a las nubes. --luego de eso, percibo como descaradamente nos hemos desviando del tema central, él me mandó un mensaje, ¿por qué hizo algo así?--¿Para qué concretamente me molestaste con el mensaje?--digo seca, pero no contesta. -- ¿Cómo podría yo hacerte feliz, Jordan?--repito, tratando de sonar menos pesada.

--Viólame. --vocaliza.

Y así es cómo automáticamente me arrepiento de tratar de ser agradable.

Pego doy media vuelta, porque no me apetece para nada seguir con este tira y afloja. --Me voy.

--No, espera. --trota, llegando a mí. --Quería saber que harás el 14 de febrero.

Fijo mis ojos en los suyos como esperando descifrar el porqué de la pregunta, pero de verlos sé que Jordan se apodera más de la esencia de las personas que de lo que da de la suya; como una hilarante telaraña en la que caes irremediablemente rendida, no importa el forcejeo o el impacto, en cuestión de segundos llegará el artrópodo preparado para comerte.

Él efectivamente parece tener un plan que desconozco, uno del que extrañamente me quiere hacer parte, pero no, no voy a caer.

--Jordan, para eso faltan cuatro meses. --hago una pausa en la espera de que hable, pero como no lo hace sigo.--Supongo que esperar a que llegue el 15.

Como si le hubiese tocado la lotería eleva la comisura de sus labios dándome lo que supongo es su sonrisa encantadora y sin previo aviso me aprieta entre sus brazos. El calor de su cuerpo es refrescante como el primer baño del verano, pero peligroso como la punta de un volcán en plena erupción.

--¿Por qué preguntas?--dudo.

--Porque, --me mira, directamente a los ojos, casual--quiero que seas mi novia, Emma.

***********************************
¿Amanda publicando dos días seguidos?

Pues siiii, aquí tiene otro capitulito más.

Sin dudas este es por ahora mi capítulo favorita.

La pregunta del día es: ¿Emma le dirá que sí o que no?

¿Qué creen ustedes?

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