Dimensión en llamas

By Ms-Eleven

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Una relación mal vista por muchos reinos y sus altos mandos ¿Una miembro de la alta comisión teniendo amoríos... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 20.5
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Happy Halloween 🎃
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 27.5
Mi vida te pertenece
Estoy de vuelta
Donde todo comenzó
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43

Capítulo 14

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By Ms-Eleven

Sorpresas

Una punzante jaqueca amenazaba con reventarle la cabeza cuando despertó. Desorientado, se sentó y se llevó los dedos a la sien contrayendo una mueca. El dolor intenso le impedía siquiera abrir los párpados, restregó sus ojos y los abrió con pesadez, viéndose de pronto inmerso en el ambiente lúgubre de una habitación sombría. «¿En dónde estoy?». Se percató del limitado movimiento de su brazo derecho, un brazalete metálico unido a unas cadenas entorno a su muñeca le impidieron alejarse de la cama en la que estaba.

—«Es una prisión, chico» Le habló Cactus desde el interior.

—¿Una prisión? Pero ¿Porqué? —cuestionó dando masajes a su frente.

—«No lo sé. No me entero de nada cuando cierras los ojos, pero la cadena en tu brazo derecho creo que es más por mi que por ti. Qué ingratos.

—Bueno, es comprensible. Dimos un espectáculo allá afuera. —Desplazó su cuerpo débil por la cama y apoyó la espalda en la pared del costado—. Hubiera preferido seguir durmiendo. Rayos mi cabeza va a explotar.

—«Aguántate, no seas marica».

—Es fácil decirlo.

—«Hablando de dormir, ¿qué piensas de esos ridículos sueños que has venido teniendo?

—Pues, a decir verdad... No parecen sueños.

—«Pienso lo mismo. Parece una telenovela barata»

—¡Oye! ¿Siquiera sabes lo que es una telenovela?

—«Sí, la cosa esa que veías con la chica rubia».

—A esa chica rubia le debes tu existencia, y para tu información, no es una novela, es una serie para adolescentes basada en Love Sentence. —Se justificó—. Pero... alto, ¿cómo sabes eso? Eso fue mucho antes de que me hiciera esta herida.

«Así es. Pero lo de la rubia está en tus memorias».

—¡¿Qué?! ¡¿Tienes acceso a ellas?!

«Sí, por eso sé que esos sueños no son sueños realmente. Cada vez que tienes uno se guarda en tus memorias, no desaparece como sí lo hacen otros.

Un chispazo llegó a su mente como una epifanía, las sospechas que había tenido desde hace rato podían ser ciertas. Había perdido la memoria. La pregunta era ¿Cómo?

—¡¿Porqué no me lo habías dicho?! ¡Eso puede significar que de alguna manera perdí esos recuerdos! Lo que explicaría... —Hizo una pausa abrupta, llevó su mano nerviosa hasta el bolsillo y sacó la foto que guardaba—. Lo que explicaría la razón de esta foto. Dime, ¿qué tanto puedes rebuscar en mi memoria?

—«Sé lo que estás pensando, pero ni lo sueñes. No puedo ver más allá de lo que tú recuerdas, chico».

—Maldición, qué mala suerte, pensé...

Unos pasos que provenían del pasillo lo interrumpieron. Guardó silencio y se apresuró a devolver la foto a su bolsillo. Cuando las pisadas resonaron más cerca, unos risueños ojos violeta se asomaron del otro lado de las rejas.

—¡Nina! —Reaccionó a saludarla. —La niña agitaba la mano con una sonrisa de oreja a oreja, a la vez que con la otra se aferraba al agarre de una segunda figura femenina. Dos enormes uniformados se posaron detrás de ambas, sus orejas puntiagudas eran semicubiertas por una gorra, sus brazos cruzados a sus espaldas y una postura firme de normativa.

—¡Marco, ya despertaste! —Saludó la mayor. Elegante silueta delgada, ojos almendrados y unos primorosos rizos castaños.

—¡¿Leyla?! ¿Eres tú?

—En carne y hueso.

—¡Sabía que había reconocido esa voz! ¡Vaya cúanto tiempo!, yo... Espera, ¿qué haces aquí?

—Vine a ver si ya habías despertado —contestó. Mientras uno de los oficiales abría la celda, ella se giró hacia otra persona a la que Marco no alcanzaba a ver—. Gracias....Oh no, no es necesario, yo me encargo. Muchas gracias.... —La vio recibiendo algo y justo después entró junto con Nina. Dejó en una mesita de al lado la bandeja de comida que llevaba—. ¿Pudiste descansar?

—Sí, bueno, más o menos pero, no, espera, no me refería a... es decir ¿Qué haces en esta... dimensión? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Uff bueno, larga historia. Ya sabes que me gusta la aventura. —Se sentó a la orilla de la cama.

—Pero... Digo, ya sabes... Magia.., seres de otra dimensión... ¿Ya conocías de la existencia de estas cosas? 

—Claro que sí Marco, qué dices. —Echó una risita y le posó la palma en la frente—. ¿Qué tan fuerte fue el golpe, eh?

—Qué graciosa. Bueno, no pensé que supieras de... magia y todo eso.

—Por supuesto que lo sé, ¿qué clase de wiccana crees que...? —Se interrumpió a si misma—. Oh, te duele la cabeza.

—Sí un poco. —Afirmó. Tan pronto contestó, el dolor de cabeza fue disminuyendo luego de sentir una ligera presión de esa palma gentil. Comenzó a sentirse mejor soltando una expresión de alivio.

—Ya está —Apartó los dedos luminosos de su frente—. ¿Mejor?

Extrañado, Marco iba a responder pero el destello azul que provenía de esa palma frente a su cara lo hizo ensanchar los ojos como platos.

—¡Wow! ¡¿Q...Qué es eso!? —La chica se sobresaltó y miró su mano.

—¿Qué es qué?

—¡Eso! ¡Esa luz!

—¿Te refieres a mí energía?

—¡¿Energía?! ¡¿Cómo haces eso?!

—Bueno, hacerlo es relativamente sencillo una vez que te acostumbras. La sensación es difícil de manejar al principio pero...—Se detuvo de repente al ver el semblante de pasmo del chico. Confundida, viró hacia la chiquitina quien le respondió encogiendo los hombros—. Un momento... Marco... No me digas que...—Le lanzó una mirada suspicaz por unos segundos, Marco advirtió un pequeño destello azul en sus ojos, lo que le provocó un ligero sobresalto—. Ay no... Marco ¡¿Mi tía no te ha contado nada?!

—¿Q- Qué debería contarme? —dijo sosteniendo una mirada como de haber visto un fantasma.

—Ay no, mi tía me va a matar, pensé que ya te lo había dicho...yo...—Su expresión de culpa cambió a confusión—. Espera espera espera...¿Si aún no sabes nada como es que estás en esta dimensión para empezar?

—Bueno.... Es una larga historia también. D-digamos que... han pasado muchas cosas desde que tuve contacto con estas cosas mágicas. Un reciente altercado me hizo vagar por una dimensión. Allí me topé con Nina y Keyren y pues...ahora estoy aquí —Sacudió la cabeza para permitirse parpadear.

—O sea que todo esto ya es normal para ti.

—Tanto como veo que también lo es para ti... dime, ¿qué rayos sucede? ¿Qué es lo que debería saber? ¡¿Y porqué es que puedes hacer eso con las manos?!

La chica aspiró una bocanada de aire para exhalar mientras se sentaba en la cama de nuevo.

—Supongo que... Puedo contártelo yo... Espero que tu mamá no se enfade. —Se llevó el índice al mentón dando repetidos golpes—. Pero antes, dos cosas. Primero, esto... —Se inclinó para brindarle un acogedor abrazo. Lo tomó desprevenido, aunque no le sorprendió viniendo de la persona más cariñosa que conocía. Correspondió al instante con una sonrisa—. Y segundo: quiero que me cuentes qué onda con tu brazo derecho.

—Claro, mi brazo...Sí, te contaré pero ¿Podrías quitarme esta cadena, por favor? —Elevó el brazo un poco. Tal acción bastó para hacer reaccionar en defensiva a los grandullones que resguardaban afuera.

—Ya ves. No se podrá. —determinó Leyla—. Desconfían de los extranjeros y más aún de alguien con una aberración que emerge de su extremidad.

«¡¿Aberración?!» —Se exaltó el tentáculo por dentro.

—Sí... Comprendo.

—Pero no te preocupes. La princesa convenció a la reina de alojarte en un lugar más cómodo. Solo hasta que todo se calme y podamos convencer a la mayoría de que no eres una amenaza. No creo que sea difícil, más de un licantio te vio luchar contra esas cosas así que tienes puntos a favor.

—Espera ¿La princesa? Vaya estoy agradecido pero, ¿porqué haría algo así alguien que no me conoce?

—Te conoce Marco, la tienes justo al lado.

Ya no alcanzaba una expresión de asombro más en el rostro de Marco, la mueca de sorpresa que se dibujó en su cara le resultó graciosa a ambas chicas, sacándole una glamurosa risa a la pequeña quién estuvo capturando cada detalle de la conversación desde el principio. Acostada, con los codos en el suelo y el mentón sobre sus palmas, le devolvía una mirada radiante y una sonrisa cuya dentadura, insinuaba un prominente par de colmillos que hasta ese momento Marco no había notado.

Se deshizo en disculpas nerviosas y reverencias hasta donde la cadena le permitía. De repente sentía que su manera de dirigirse hacia una princesa no había sido la adecuada. La pequeña sonrió complacida a la vez que le indicó que no era necesario.

—Yo estaba lejos de la plaza cuando ocurrió el ataque de esas cosas. —Agregó Leyla—. La princesa fue quien me buscó para ayudarles. Pero vaya sorpresa me llevé al verte allí.

—La sorpresa es mía, tampoco esperaba verte aquí.

—Las vueltas de la vida... Bueno..., déjame examinar ese brazo.

«No ¿Qué va a hacer? Chico, dile que no se acerque o la devoraré hasta hacerla papilla».

—Guarda silencio...

—No he dicho nada —dijo la chica mientras sopesaba el brazo con sus manos.

—Ah no, e-es.. no es nada. Continúa. —Se excusó pero fue inúti.

—Fascinante... Puedes hablar con él desde tu mente, ¿verdad?

Sostuvo la respuesta con la boca semiabierta, pues aquellas manos cuidadosas comenzaron a brillar recorriendo su brazo, apenas haciendo contacto con las yemas de sus dedos.

No podía ocultar su asombro ante lo que veía, no por la magia, a la que ya estaba más que acostumbrado, sino por quién la estaba manipulando. Su acompañante de travesuras de la infancia, su prima, aquella con la que incluso aprendió a amarrarse los cordones de los zapatos. La que tanto él como Janna consideraban como una hermana , no hubo un solo día que no la pasaran juntos los tres. Pero ¿Desde cuándo podía hacer magia? ¿Lo supo todo el tiempo o lo aprendió apenas durante el año que dejaron de verse? Sin duda era algo que carcomía su curiosidad.

—Vaya es... Magia mewmana. —habló ella volviéndolo a la realidad—. Asumo entonces que conoces Mewni o a alguno de ellos.

—Ni te imaginas.

—Todo esto me resulta más y más curioso. —dijo mientras con su dedo enroscaba un rizo que caía por su frente—. Bueno, al grano.. dime, ¿me cuentas tú o lo hago yo primero?

—Comienza tú, me come la curiosidad.

—A mi también, tú qué crees...

Antes de contar nada, Leyla se dirigió hacia la pequeña. No le importaba su presencia, pero sí se sentía incómoda con los guardias de afuera. La princesa aceptó su petición y les pidió a los grandullones esperar en el piso de arriba. Una vez se hubieron ido, prosiguió.

—A ver, por dónde empiezo... —Se mordió el labio inferior apuntando su mirada al piso—. Muy bien, aquí  voy. Creo que lo primero que debes saber es que...nosotros, tú mamá, la mia, la abuela.... Bueno, los antepasados por parte de nuestras madres, pertenecemos a un milenario linaje conocido como Wicca.

—¿Qué? ¿Wicca? ¿Qué eso no es una creencia pagana?

—En la tierra sí. No sé cómo rayos terminó siendo una especie de religión ajena al cristianismo, pero su origen tuvo lugar en Mewni. Poco o nada tenemos que ver con lo que acabó significando en la tierra.

—Espera, ¿en Mewni?

—Sí. Eso me lleva al siguiente punto. Verás, lo que tú conoces como mewmanos, son en realidad humanos que se asentaron hace miles de años en la dimensión X667. O sea, Mewni. —Elevó la palma en frente para detenerlo de interrumpir—. No comas ansias Ubaldo, déjame continuar. —Marco sonrió—. Bien, resulta que, sin entrar en detalles, hace muchos años un grupo de humanos llegó accidentalmente a Mewni. Perdidos, totalmente desorientados sin siquiera saber quiénes eran o cómo habían llegado ahí. De entre ese grupo se sabe que iban un par de nuestros ancestros también... Síp querido primo, los primeros Diaz iban allí.

Marco ya no sabía qué cara poner, eran demasiadas sorpresas por un día.

—¿E-entonces los mewmanos...?

—Los mewmanos originales son los monstruos... —Concluyó—, demonios, sirenas, cíclopes, licántropos... Cualquier otro ser que ya habitara allí mucho antes de la llegada de los humanos. Aunque eso es una verdad a medias, ya que el gentilicio de "mewmanos" lo pusieron esos mismos humanos.

—Creo que, v-voy entendido... Háblame de... Bueno... de los poder... digo...La energía que posees.

—Poseemos —Corrigió—. Muy bien déjame ver... —La maña de hace rato volvió, mordió su labio inferior mientras miraba al suelo, esta vez acompañada de su índice enroscando el mismo mechón rizo—. Bien... ¿Conoces a Glossaryck?

—Así es.

—Ok. Él fue quien les dio acceso a la magia. Gracias a él es que ahora existe la tan famosa varita de los Butterfly. Eso no es todo —Se anticipó a agregar—. Antes de ese artefacto, la magia era utilizada de manera distinta. Algo más parecido a esto... —Alzó las manos. Sus ojos brillaron por un segundo al igual que sus palmas mientras dibujaba figuras azules en el aire. Aprovechando el ejemplo, entre sus dedos hizo aparecer una barra de chocolate energética, misma que entregó a Marco obligándolo a comerla, con el argumento de su delgadez notoria además de que  se había enfriado la comida de la bandeja. Una segunda barra se la entregó a Nina. Luego continuó.
    »Verás, Aquellos humanos fueron creciendo en número, ganaban terreno y daban rumbo a su supremacía sobre el resto de especies, sacando provecho de su ventaja. Sin embrago, hubo diferencias de ideologías entre ellos mismos. Principalmente debido a desacuerdos que tenían que ver con el uso que se estaba haciendo de la magia. Por un lado estaban los que veían injusto pasar por encima a las demás criaturas que habitaban allí; y por el otro, estaban los que defendían ese pensamiento, y querían gobernar imponiéndose por sobre los demás. Aquello provocó conflictos que terminaron en la separación de lo que para entonces ya eran más de cien humanos.
     »Pero había algo de por medio, y eso era la magia ¿Qué bando se llevaría consigo tan preciado regalo? Pues los dos. Luego de enternos debates conflictivos llegaron al acuerdo de que ambos grupos se dejarían una mitad del poder, con la condición de que ningúno interferiría en el camino o las decisiones del otro. El primer bando era el más numeroso, fueron los que permanecieron en esa dimensión, Mewni. De entre ellos había una familia erigida como los líderes por mayoría de votos. Los Butterfly.
     »El segundo grupo era más modesto en cuanto a miembros. Vagaron sin rumbo por un tiempo, hasta que un día de tantos, se cuenta que encontraron un extraño portal. No era sino la conexión entre Mewni y La tierra, y aunado a eso, una revelación, y es que dicho portal los hizo recobrar la parte de las memorias que habían perdido, y así es como supieron, después de varias generaciones, que en realidad eran humanos. Así las cosas, la mayoría decidió volver a la dimensión de la tierra, las familias Diaz y Ordonia fueron las principales impulsoras de aquel bando.

—¡¿Qué?! ¡¿Janna también?! —Reaccionó casi escupiendo el chocolate. A lo que la chica echó una leve risa.

—Pues sí, tonto. Porqué crees que somos primos.

—Me refiero a que ¿Janna también h-hace magia? ¿Ella sabe todo esto?

—La verdad no lo sé, supongo que sí. De nuestras madres, creo que la tía Angie es la única que había decidido guardar el secreto. No sé hasta cuándo, probablemente planeaba contarte a los dieciocho, así como la abuela hizo con ellas. Mi mamá me había dicho que no debía decir nada, eso depende de cada madre.

—Y ya me contaste, rompiste tu promesa.

—¡Oye! —exclamó propinándole un empujón—. Fue tu culpa, cómo iba a saber que aún estando en otra dimensión no estabas enterado de nada.

—¿Quién es Hanna? —intervino Nina, inmersa en el relato. Leyla la corrigió haciendo el gesto de la jota en su palma.

—E-es una prima nuestra. —se apresuró a añadir Marco.

—Oigan —Habló de repente una voz masculina. Keyren se asomó en la puerta de la celda ante lo cual Leyla no tardó en ponerse de pie. Nina se lanzó a abrazarlo de una pierna.

—Principe. Buenos días, la princesa y yo vinimos a dejarle la comida a...

—Descuida —La interrumpió—. Oye tú, Marco ¿Verdad? Ten, ponte esto —dijo lanzándole unas prendas al cuerpo.

—Esto es...

—Ropa adecuada. Luces fatal. Mi hermana quiere verte y no vas a ir con esos andrajos.

—¿H-hermana..?

—La reina, Marco —Intervino Leyla entre dientes.

—Creo que Leyla puede guiarte. Después de bañarte, ambos reunanse en el salón.

—Claro, así será

—Por cierto, Leyla. Tú mascota está hambrienta. Será mejor que vayas a ver que no haga destrozos, si se le ocurre cambiar de tamaño va a ser un problema.

—Entendido...Aunque ella no es....

—Me retiro. No se tarden. Nina, ven conmigo, Selene quiere hablar contigo también. —Le revolvió el cabello y caminó, la pequeña fue dando saltitos tras él mientras agitaba la mano despidiéndose de los chicos.

Marco quedó incómodo ante la atmósfera tensa que se había creado de pronto.

—¿Yyyyyy...ustedes...?

—No es lo que piensas. —Lo interrumpió ella. Tomó una llave que colgaba de su cadera y comenzó a desprender solo la cadena, sin abrir el brazalete metálico—. Keyren no sabía que yo era wiccana. Darse cuenta de pronto le molestó, es probable. La única que siempre lo supo era la princesa.

—¿Y eso porqué?

—El olfato de los licantios es muy agudo, y el de Nina lo es aún más. Decidí ocultar mi esencia con un hechizo. Aunque con Nina no logré nada, así que tuve que contarle.

—Claro, entiendo.

—Bien. Démonos prisa —dijo con una sonrisa—. Aún tienes que contarme tu historia. Además —Se puso de pie. Marco estiraba los músculos del brazo—. Me muero por saber quién es esa persona especial.

—¿Persona especial?

—No te hagas. Tus niveles de dopamina están por los cielos, querido primo. Y dudo mucho que sea la emoción de verme después de tanto tiempo.

—¿Q-qué quieres decir? —tartamudeó con un leve sonrojo.

—Que estás enamorado. —Soltó con una sonrisa sagaz y un destello de pillería en sus ojos. Salió de la celda dejando a Marco en blanco y se perdió de vista por el pasillo—. Date prisa Ubaldo, no te quedes atrás.







Ever Eleven.
30/05/2020

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