Advertencia: Una vaina bastante fumada que escribí en un momento de locura extrema. Una trama absurda llena de incoherencias, intentos de comedia muy malos y mucho más. Leer bajo su propia precaución.
Puede que tenga muchos errores ortográficos. S'rry, es tarde y solo quiero dormir, luego lo arreglo <3
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Resumen: Wei WuXian sonrió travieso al divisar al objetivo de su broma caminar tranquilo por los jardines de Gusu. Moviendo la mano dentro de la manga de su túnica, gritó.
—¡Lan Zhan, piensa rápido!
El jade solo pudo voltear y no esperando el ataque, vio como un talismán golpeaba su pecho explotando en una nube de humo.
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Los labios de Lan Sizhui temblaron cuando las palabras se deslizaron a través de ellos.
—¿Ha-HanGuang-Jun, e-eres t-tú?
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Wei Ying de verdad estaba aburrido, muy aburrido, extremadamente aburrido. Solo llevaban unas pocas semanas desde que llego a GusuLan acompañado de WangJi por un llamado del Tío Lan y no esperaba la hora de poder largarse de una vez por todas y correr en la dirección contraria. Intento con todas su fuerzas comportarse de la mejor manera (Juro que es cierto, ¡hico una promesa a Lan Zhan!) y bajo la constante vigilancia de Lan Qiren, quien esperaba la oportunidad para sacarlo a patadas, no podía hacer nada divertido.
Suspiro sin energías, torturando entre los dedos a un desafortunado conejito que tuvo la desgracia de atravesarse en su camino. Deseaba tanto ver a su querido Lan Zhan, pero Lan Qiren lo monopolizo por completo desde su llegado y no mantenía ocupado la mayor parte del día y solo podían estar juntos en las noches (Al menos aun tenia su todos los días), donde se expresaban lo mucho que se extrañaban con sensuales caricias y dulces palabras susurradas al oído (por lo menos de su parte). Mirando al pequeño conejo, pensó en Lan Zhan imaginándolo como el pequeño animalito, indefenso y completamente a merced de sus garras. Sin dudas no tendría ningún problema para secuestrarlo...
Sonriendo ante la repentina idea que llego a su mente, dejo suelto al aterrado conejo, quien busco protección entre sus múltiples hermano temblando ante la traumatica experiencia. Sintiendo las energías renovadas, Wei Ying se marcho al pabellón de la biblioteca, necesitaba hacer una investigación lo antes posible para poner su maravilloso plan en marcha.
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Cuando por fin logro liberarse de las afiladas garras de su tío, Lan WangJi se dirigió en búsqueda de su esposo por los jardines de la Secta. Estaba pensando en lo aburrido que estaría Wei Ying encerrado por lo que planeo llevarlo al pueblo por algo de comida (ya que siempre se quejaba de lo insípida que era la comida de Gusu) y un poco del licor que tanto le gusta. Pero no lo encontraba por ningún lado, preguntó a uno de los alumnos y este le señalo a la parcela de los conejos, tampoco estaba allí. ¿Acaso había escapado? Tal vez se aburrió y decidió abandonarme... No fue hasta que uno de los alumnos confirmo haberlo visto yendo a la biblioteca que su corazón se calmo. Aunque su exterior no mostró nada.
Con una corta reverencia le agradeció, caminando al lugar. El pabellón de la biblioteca se encontraba en completo silencio, no había nadie a la vista por lo que dio una vuelta, buscando entre los corredores, hasta que encontró a la persona que buscaba agachado e inmerso en su lectura mientras hacia rápida anotaciones en una hoja.
—Wei Ying. —le llamó cuando este pareció no notar su presencia.
Actuando como un niño que acababa de ser descubierto por sus padres haciendo travesuras, Wei Ying reunió con rapidez cada hoja y las oculto tras su espaldas mientras se enderezaba. Embozando una nerviosa sonrisa y sus ojos brillaron llenos de panico.
—¡La-Lan Zhan! ¿Qu-qué haces aquí? —preguntó, con la voz saliendo un octava más alta de los nervios.
Arqueando una ceja ante la sospechosa actuación de su parte, Lan WangJi decidió no divagar mucho en ello, tal vez solo sea otra cosa para molestar a su tío, le explicó sobre su idea de ir al pueblo. A lo que Wei Ying respondió saltando y aplaudiendo ante la idea de por fin salir, sujetándolo del brazo lo jalo a la salida.
—¡Vamos, vamos rápido antes de que cierren!
Aunque sabia que era imposible porque era demasiado temprano, no dejaba de estar nervioso porque Lan Zhan descubriera lo que planeaba.
En su apresurada salida el Lan lanzó una mirada a las hojas que tan celosamente Wei Ying guardo bastante ocultas de la vista. Confiaba que no haría nada malo.
Debido a la emoción de libertad cuando abandonaron la Secta, dejando atrás ese gran muro con mas de cuatro mil reglas, Wei Ying lo arrastro por cada puesto que veía y llamaba su atención, Lan Zhan terminó comprando cada cosa que quería, derrochando dinero como si nada solo por su felicidad.
—Lan Zhan, ven. —lo llevó a un puesto donde joven señorita tenía varias coronas de flores alineadas en la mesa; cada una de un color diferente. Wei Ying eligió unas de color azul oscuro, no sabia que tipo de flores era, con ella en mano se estiro para colocarlas cobre la cabeza del Lan, quien se inclino un poco.
Al alejarse y mirarlo bien, se sujeto el estomago riendo a carcajadas.
—Te verías mucho mejor sí sonrieras, así —con los dedos estiro la comisura de sus labios formando una sonrisa, pero al soltarlos estos volvieron a caer, regresando a la expresión seria de siempre—. Aburridooo... —se quejo.
Lan Zhan agarro una de flores rojas y la coloco con suavidad sobre sus cabellos.
—Wei Ying se ve mucho mejor por ellas. —el fantasma de una sonrisa en sus labios.
Ante esa devastadora sonrisa y tiernas palabras, Wei Ying fue golpeado directo al corazón, acelerándose. Un rubor cubrió sus mejillas, siendo visible por su piel pálida, lo cual intento ocultar tras la manga de su túnica.
—Te dije que me avisaras cuando fueras a decir esas cosas. Mi pobre corazón no podrá soportarlo...
Con las coronas de flores todavía sobre sus cabezas, ambos siguieron disfrutando del relajante pasea con las manos entrelazadas y los corazones unidos.
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Embozando una amplia sonrisa que solo pudo se descrita como malvada. Wei Ying uno la energía para formar unos caracteres sobre el talismán en blanco, el papel resplandeció con un tono rojizo cuando estos se unieron, finalizando el proceso.
El talismán esta listo, solo falta probarlo.
Sonriendo de medio lado, busco a su victima.
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Lan Sizhui y Lan JingYi acababan de volver de una cacería, apunto de reunirse con el líder de la Secta para el informe, vieron al maestro Wei salir de JingShi. Acercándose para saludarlo, Sizhui se inclino en respeto, JingYi por otro lado cruzo los brazos lanzandole miradas desdeñosas.
—Espero que no hayas causado ningún pro-
—¡JingYi! —escandalizado por su falta de respecto, Sizhui lo reprendió—. Maestro Wei...
Sin embargo el de ropas oscuras estaba demasiado metido en sus pensamientos, o simplemente los ignoro, cuando paso a su lado sin ninguna palabra o saludo.
—Maleducado... —reprocho JingYi cuando la figura se perdió en la distancia.
—Tal vez esta ocupado con un asunto importante. —intento excusarlo, Sizhui.
Rodando los ojos, JingYi soltó una risa sarcástica. Una persona como esa solo estaba para causar problemas, seguro estaba en uno de esos.
—Vamonos ya. Tengo hambre.
Siguiendo detrás de su amigo, A-Yuan miro atrás por el camino que tomo el mayor. Esa sonrisa que el maestro Wei llevaba le dejó un mal sabor en la boca, sus instintos enloquecieron avisándole que nada bueno saldría de ella. Preocupado, rezo a los Dioses para que no hiciera explotar toda la Secta.
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Sonriendo como el gato que se comió al canario, recorrió los caminos de los jardines casi dando saltitos con la punta de los pies. Un brillo travieso apareció en los ojos cuando diviso al objetivo de su broma reposando tranquilo bajo la sombra de un gran árbol. Sacando el talismán de su manga, gritó.
—¡Lan Zhan! ¡Piensa rápido! —el talismán voló a gran velocidad hacia él.
Volteando el Jade no se espero para nada aquel ataque, viendo como amarillento papel se aferraba a su pecho no reacciono a tiempo cuando un explosión de humo azul lo rodeo. El ruido de la explosión se escucho por toda la Secta, asustandolos a todos. Por alguna razón A-Yuan tenia una idea de quien fue el causante de ello.
Desde una distancia segura, Wei Ying vio todo sin quitar la sonrisa del rostro. Solo cuando humo se hubo disipado en gran mayoría fue que se acerco. Donde anteriormente se encontraba parado el segundo jade de Gusu ahora solo quedaba prendas de ropa dispersas en el suelo, un pequeño bulto se movió dentro de ellas como si buscara la forma de salir. Agachándose y usando se dedo indice, WuXian levantó la túnica; unas blancas orejas salieron primero, luego un rosada nariz y al final un cuerpo esponjo y blanco como la nieve de un conejo. Pero a diferencia de los conejos blanco con sus ojos rojos, este tenia unos impresionantes ojos dorados que le miraban con mucho reproche. Y como olvidar de la pequeña cinta blanco con bordados de nubes azules.
—¡Pff! ¡Hahahaha! —sin poder aguantarlo, Wei Ying rodó por el suelo riendo a carcajadas hasta que las lagrimas salieron. Solo después de unos minutos se calmo lo suficiente para levantar al conejo entre sus manos—. La-Lan Zh-Zhan e-eres un- ¡Hahaha! —no pudo decirlo sin terminar riendo de nuevo.
El conejo Lan Zhan levantó las orejas al escuchar su nombre, pero escuchando el resto de ello arrugó la nariz y se giro dándole la espalda. Diciéndole claramente que no vería a alguien tan ridículo a la cara. ¿Acaso no era su culpa que estuviera de esa forma? ¡De vuélveme de nuevo!
Dejando de reír, el chico se acostó para quedar a su altura—. Lo sé, lo sé, soy ridículo. Pero, oye, te ves muy tierno de esa forma. ¿Por qué mejor no te dejamos así? —bromeó, golpeándole en la nariz con la punta del dedo.
Enojado de que dijera algo como eso, el conejo le dio la espalda con un bufido.
—¡Maestro Wei! —la voz de Sizhui los interrumpió, este corría hacia donde estaban acompañado de cerca por JingYi—. Escuchamos una explosión, ¿se encuentro usted bien? —con preocupación lo estudio buscando alguna herida.
Wei Ying sacudió la mano restandole importancia.
—Estoy bien, estoy bien.
—¿Dónde esta HanGuang-Jun? ¿Por qué se encuentra aquí solo? —preguntó.
Con una risilla malvada, que les erizo la piel a los dos juniors, WuXian alzo al conejo frente al rostro presentándolo ante ellos.
—¡Aquí está Lan Zhan! —dijo con una gran e inocente sonrisa.
—...
—...
—Eso es un conejo... —dijo Lan JingYi.
—Sí. —afirmó.
—¿Y dices que es HanGuan-Jun? —elevo una de sus cejas.
—Ajá.
—... ¿Bebiste algo esta mañana antes de salir o...? —JingYi sabia que el hombre estaba mal de la cabeza, pero no a tal extremo.
El mayor quedo mudo boqueando como un pez. Lo señalo con el dedo mientras se dirigía a Sizhui.
—Me acaba de llamar borracho. Eso es muy descortés de su parte. Voy a tener un seria conversación con la Lan Zhan y la falta de modales de los discípulos a sus mayores.
—¡Mira quien lo dice, el que anda inventando historias de que HanGuang-Jun se convirtió en conejo! —exploto JingYi, apuntándolo de igual forma.
—¡Es la verdad!
—¡No, no es cierto!
Igual que dos niños de preescolar comenzaron a pelear para ver quien tenia la razón. Ignorando por completo su infantil pelea, Sizhui levantó al conejo más cerca de su rostro. Nunca vio a este conejos antes en el prado; esos ojos dorados eran demasiado peculiares como para olvidarles, en especial cuando se distinguía demasiado de los otros conejos y la cinta de la Secta versión miniatura que el Maestro Wei le puso lo volvía demasiado adorable.
De no ser porque fuera imposible, de verdad pensaría que es HanGuang-Jun.
Pero sí existían talismanes capaces de cambiar su apariencia en otras personas. ¿Por qué no existiría uno que te transformara en otro ser vivo? Reteniendo la respiración ante ese pensamiento, busco en los ojos del conejo algún indicio. Lo que vio lo dejo perplejo; había demasiada inteligencia humana en sus ojos para ser un animal. Sus labios temblaron mientras luchaba por hacer la pregunta más difícil de todas.
—¿Ha-HanGuang-Jun, er-eres tú?
Escuchándolo decir tan pregunta a un conejo, JingYi dejo de discutir para mirarlo con asombro.
—¿De verdad le crees a este loco? —señaló a Wei Ying.
—¡Oye! —protestó con un puchero—. Claro que es él... —susurró.
El menor decidió ignorarlo, acercándose al lugar donde estaba su amigo con el conejo.
—¿Piensas que es él? —preguntó dudando. Sizhui también dudaba que fuera verdad.
Pero de pronto las orejas del conejo se movieron cuando escucho su nombre repetido de ellos, luego esos dorados se fijaron en los suyos, la mirada fría de seriedad que el Segundo jade siempre les dedicaba estaba allí. Ambos sostuvieron la respiración al darse cuenta.
SiZhui soltó un grito silencioso de sorpresa, preocupado de que los demás se enteraran y un alboroto se armara. Lan JingYi por otro lado no tuvo consideración en esto y soltó un chillido mu agudo que termino alertando a toda la Secta.
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Lan Qiren masajeó sus sienes palpitantes, sintiendo su cabeza apunto de explotar. Miro a las personas sentadas sobre sus rodillas frente a él, en especial en aquel que no dejaba de sonreír como si fuera lo más divertido del mundo.
—¿Alguien me puede decir que está pasando? —preguntó, intentando apartar el dolor de cabeza.
—¡Oh, oh! ¡Yo, yo sé! —Wei Ying alzo la mano entusiasmado como un niño que sabe la respuesta conecta del problema de matemáticas—. Lan Zhan se volvió un conejo. —señalo con el dedo al conejo en brazos de Lan Xichen.
—¡No, no m-! —una bocanada de sangre quedo atrapada en su garganta luchando por salir—. ¡Ya sé eso! ¡Lo que quiero saber es como ocurrió!
—Oh... —retrayéndose por completo, actuó inocente al desviar la mirada y silbar.
—¡Fue él! —por supuesto que JingYi no perdió la oportunidad de delatarlo y que así recibiera su castigo.
—¡No es cierto! —gritó, defendiéndose.
Mentira, sí fue él.
—¡Claro que sí!
—¡Cállense los dos! ¡Esta prohibido gritar dentro de la Secta! —la vena en la frente del anciano creció al punto de casi explotar. Su voz retumbo con un trueno por la habitación, frenandolo a los dos.
—Pero maestro, usted también est- —con solo una mirada, JingYi supo que la mejor decisión era no terminar la oración. Sonriendo nervioso se quedo en silencio, mientras SiZhui suspiraba al ver como su amigo desafiaba la muerte.
Con un dolor de cabeza más fuerte que antes, fijo los ojos en el culpable de todo ese embrollo. Al sentirse observado actuó inocente, sentándose derecho como un niño responsable, pero aquella fulminante mirada lo atravesó hasta dejar un hueco en su consciencia, llevándolo a confesar todo.
—¡Esta bien! Tal vez modifique uno de os talismanes de camuflaje para transformar a Lan Zhan en un conejo... pero fue un accidente.
No, no lo fue.
—¿Por qué lo hiciste?
—¿Acaso no es divertido! Mira lo tierno que es. —sonrió, realmente sin ver lo malo que era todo.
La bocana de sangre que aguanto fue más grande esta vez.
—Regresalo a la normalidad, ahora.
—Ehh, bueno, veras... Este es un prototipo y puede que no tenga idea de como regresarlo a la normalidad... —apreto las manos nervioso, mientras le daba una sonrisa vacilante pidiendo disculpa.
El tic en las cejas del anciano empeoro.
—¿Me estas tratando de decir que Lan Wangji se quedara como un conejo hasta tiempo indefinido? —por lo rojo de su rostro todo el sala supusieron que estaba a punto de explotar, todos menos el tonto de la sala.
—Sí... —dio una amplia sonrisa.
—...
Un minuto de silencio en la que nadie se atrevió a decir nada. Wei Ying no dejaba de sonreír, mientras los otros tres y el conejo miraban con preocupación al mayor para ver como reaccionaria. De forma imprevista y sin que nadie se lo esperara un torrente de sangre se precipito de los labios de Lan Qiren, machando su mentón, su ropa y la mayor parte del piso.
—¡Maestro/Tío!
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—¿Qué haremos ahora? —preguntó JingYi.
Al final todos, incluido el pobre Lan XiChen que estaba preocupado por su hermano y Lan Zhan que era la pobre victima de la travesura, fueron expulsados del pabellón, amenazados de que arreglaran todo antes de que cayera la noche o sino lo pagarían caro. No falta decir que todos huyeron, en especial Wei Ying quien fue el más rápido en agarrar a Lan Zhan bajo su brazo y dejar una estela de humo al salir.
ZeWu-Jun se separó de ellos en cuanto salieron todos, diciendo que iba investigaría sobre el asunto y así encontrar una solución. Antes de irse hablo con Lan Wangji prometiendo que lo volvería a la normalidad.
—Ese sí es un verdadero hermano... —dijo Wei Ying admirado por tal amor fraternal. Pensando en que si fuera él quien tuviese en esa condición Jiang Cheng a lo hubiera vendido o asado.
JingYi asintió en acuerdo—. Exacto, no como otros... —lo miró de reojo.
—¿Estas insinuando algo? —Wei Ying no nació ayer y claramente capto la indirecta hacia él. Entrecerró los ojos en su dirección.
—¿Yo? Claro que no. Nunca haría tal cosa, maestro Wei. —falsa inocencia y mucha malicia en lo profundo de los ojos, mientras guiñaba sus ojos.
¡Este chico! ¡Este chico claramente no era un Lan! Demasiado irrespetuoso, sarcástico y tan... tan parecido a él cuando era joven. El karma siempre se paga de una forma.
—Ya dejen de pelear. Debemos enfocarnos en el problema y no arreglaremos nada gritándonos los unos a los otros —siendo el mediador en estos caso, SiZhui se interpuso entre los dos, separandolos.
Wei Ying—. Cierto, ya no hablare más contigo. Díselo a la mano... —levantó la palma a su rostro.
—¡T-Tú! —JingYi apretó el puño varias veces, las venas sobresaliendo a lo largo de su brazo.
A-Yuan deseaba con mucha fuerza poder rodar los ojos en esos momentos, pero con HanGuang-Jun en sus brazos y viéndolo fijamente, no tenia el valor para hacerlo y luego sufrir el castigo que le darían. Usando unas pocas palabras logro que los dos se sentaran y se calmaran por fin.
Colocaron al conejo Lan Zhan frente a ellos en el suelo, viéndolo dar unos cuantos pasos mientras su nariz no paraba de moverse. Incluso siendo un conejo no quitaba la cara de poker que siempre cargaba, sus ojos también eran fríos y serenos, como si tuviera un muro helado que impedía el paso, sin revelar ninguna emoción. En todo ese tiempo Lan WangJi se mantuvo calmado sin emitir sonido alguno, para nada la reacción que se esperaba de alguien que fue convertido en un conejo sin posibilidades de volver en un periodo de tiempo corto.
—Maestro Wei, ¿tiene alguna idea de como deshacer la transformación? —preguntó SiZhui, sudando mientras veía al mayor darle una zanahoria, la cual el conejo agarro como si nada masticando con rapidez.
Ya sea por instinto a no. Fue demasiado adorable para los tres.
—Mmn... —negó.
Estuvieron un largo rato en silencio hasta que un grito por parte de JingYi los alerto a los dos.
—¡Ya sé, ya sé! ¿Por qué no intentas besarle? —sugirió emocionado.
Los otros se le quedaron mirando con una mirada que solo podría describirse como "Estas loco".
—¿Besar? —el joven Lan asintió—. ¿Al conejo? —señaló Wei Ying, otro movimiento afirmativo—. ¿Estas loco? ¿Por qué haría eso?
—¡Porque en las novelas siempre funciona! Cuando el héroe cae bajo un malévolo hechizo de transformación, solo el beso del verdadero amor podrá salvarlo...~ —se llevo la mano al pecho, girando de una forma muy dramática y hablando con una voz cursi.
Lan SiZhui—...
Wei Ying—...
Lan Zhan—...
Ante todas esas miradas puesta sobre él, terminó sonrojado desde el cuello hasta las orejas.
—¡¿Qué?! —exclamo, incomodo.
Wei Ying sacudió la cabeza, saliendo de tu estupor.
—Nada. Después hablaremos de tu obsesión por las novelas románticas. Estoy seguro que hay una regla que las prohíbe en la Secta.
¿Qué tiene de malo leer historias románticas? Son como una suave brisa de verano entre todas esas cansinas cuatro mil reglas. Cruzando los brazos, se dejo caer de nuevo en el suelo negándose a dar otra idea.
Durante mucho tiempo estuvieron pensando en miles de cosas, Wei Ying intento arreglarlo utilizando su investigación que hizo para crear el talismán buscando una forma de revertirlo, pero nada funcionaba. Con cada fracaso sus esperanzas bajaron más y más, comenzaba a sentirse ansioso cuando el sol comenzó a bajar. ¿Por qué tuvo que actuar de una forma tan infantil atacando a Lan Zhan solo por qué quería un poco de atención? Ahora por su culpa no sabia si su esposo volvería a la normalidad.
Observando su semblante entristecido y culpable, Lan Zhan corrió para llegar a su lado, frotándose contra él, diciéndole con la mirada: "No es tu culpa" "No te preocupes" y "Todo estará bien"
Sonriendo enternecido por su preocupación, Wei Ying lo levanto hasta quedar cara a cara. No importa qué su Lan Zhan siempre estaba ahí para animarlo.
—Gracias... —apoyo su frente en la suya, cerrando los ojos cuando la familiar calidez no invadió. Sonriendo con suavidad.
Fingiendo no haber visto nada, los juniors jugaron con los conejos, se encontraban en el prado de los conejos. Decidieron que ambos irían con ZeWu-Jun a investigar en la biblioteca.
—Sigo diciendo que un beso es la solución...
—¡JingYi no es tiempo de jugar! —le riño—. Maestro Wei, iremos con ZeWu-Jun a la biblioteca, tal vez encontremos algo si somos más —se giró hacia el segundo jade—. HanGu... ¡HanGuang-Jun! —exclamo alarmado.
Ninguno lo noto, pero cuando Wei Ying dejo de nuevo a Lan Zhan en el suelo, los demás conejos se acercaron para conocer a su nuevo compañero. Lo rodearon, olfateando para familiarizarse, pero cuando un conocido olor a sándalo llego a sus pequeñas narices, enloquecieron.
"¡Maestro!" "¡Maestro" "¡Es el maestro!"
Y así de alguna forma Lan Zhan terminó siendo aplastado por cientos de conejos.
—¡Lan Zhan! —Wei Ying gritó asustado.
—¡HanGuang-Jun! —SiZhui se acercó ayudando a desenterrarlo.
—¡Ahhhhhhhh! ¡HanGuang-Jun morirá aplastado por conejos!... Una muerte bastante deshonrosa, debo decir... ¡Ahh! —chilló JingYi, corriendo en círculos con las manos en la cabeza.
Entre los tres lograron sacarlo y terminó en los brazos de Wei Ying que fue al único al cual los conejos tenían miedo de acercarse. Unos minutos después, ambos juniors se fueron dejándolos solos.
Recostado en el césped, dejo al conejo sobre su pecho quien se movió buscando una pose mas cómoda para así mirarlo a los ojos.
—Deja de mirarme así, harás que mi corazón explote...
Y es que el conejo no dejaba de mirarlo con tanto amor y cariño en sus ojos, lo que le recordaba cuando lo miraba de esa forma luego de estar juntos toda la noche. De verdad extrañaba abrazar a su Lan Zhan humano.
—¿Qué pasa si no puedo volverte a la normalidad?
"Tú puedes" respondieron los ojos del conejo sin vacilación, colocando una de sus patas sobre la mejilla del joven. Sintiendo su confianza restaurada con solo una mirada, le sonrió.
—¿Qué dices si probamos lo del beso? —en parte en broma y en parte por curiosidad. ¿De verdad esa basura funcionaba en las novelas?
Lan Zhan se congeló cunado lo escucho decir eso, pero a ver el brillo de burla en sus ojos, supo que solo estaba molestándolo de nuevo. "Ridículo" pareció decir con sus ojos y como sí no pudiera soportar ver a alguien como él, le dio la espalda, sacudiendole su esponjosa cola en la cara. Todo esto fue demasiado divertido y tierno a los ojos de Wei Ying, que sintió su corazón acelerarse de forma inesperada.
—¿Qué pasa? ¿Estas molesto? —se inclinó para encontrar sus ojos, pero este miro a otro lado—. Oh, ¿el gran jade no puede mirar a la cara a una persona tan ridícula? Vamos, es solo un besito pequeñito. —arrugo los labios como si de verdad le fuera a dar uno, justo cuando estaba por reír, abrió los ojos sorprendido.
Una húmeda y fría nariz de presiono con la suya y sus labios cosquillearon cuando el pelaje se pego a ellos. Una explosión de humo después, estaba siendo devorado por unos cálidos labios e un beso pasional. Separo los labios para jadear, lo que el otro aprovecho para introducir su lengua asaltando sin piedad su cavidad. La lengua penetro explorando cada espacio, buscando la suya para un erótico baile donde ambas partes luchaban por el poder. Jadeos y gemido ahogados comenzaron a escucharse, el calor comenzando a subir en su cuerpo dejando afiebrado y ansioso de más caricias.
Cuando por fin fue liberado se encontraba mareado y su rostro mostraba un tono rosado muy apetecible.
—Lan Zhan... —susurró, estirando para cariciarle las mejillas—. Volviste... —sonrió.
—Mnn, estoy de vuelta.
—¡Bienvenido! —lo abrazo del cuello, pegándose por completo a su cuerpo y enterrando el rostro en el hueco de su cuello, dejando salir lagrimas de alivio.
—No llores... —Lan Zhan arrugó las cejas y con su pulgar limpio cada gota.
—Son lagrimas de felicidad —dijo, mostrando una enorme sonrisa—. Parece que al final de todo el beso sí fue la solución. —soltó una risa en medio de lagrimas.
El propio Lan Zhan no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa.
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Unas horas después...
—¡Lo sabia! ¡Sabia que el beso del verdadero amor era la solución! ¡Paguen, perras! —se jacto JingYi frente a todos.
¿Es necesario mencionar que luego de eso fue obligado a copiar cada libro de conducta, luego de Lan Qiren terminara en coma después de escuchar tales palabras?
Fin.
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~*~*~*~
Para los que llegaron hasta aquí:
¡Gracias por leer!
¡Espero les haya gustado este OS bastante fumado!
¡Muchas gracias por sus vistas, votos y comentarios!
Nunca espere que la gente en realidad leyera esto :b
¡De verdad, muchas gracias...!
~GjFantasma