Me gusta recordar la muerte de Wei WuXian (? s'rry
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La batalla final, el punto decisivo para el mundo la cultivación. El Patriarca YiLing con la espalda contra la pared y una espada apuntando a su pecho, todos esperaban ansiosos el final.
—Rindete ahora, Wei WuXian. Estamos aquí para detenerte, no dejaremos que más gente inocente muera por tus actos egoístas.
El líder de la Secta Jiang apuntó con su espada directo al corazón de aquel que en el pasado consideraba su hermano, su mejor amigo, quien iba a estar a su lado siempre... ahora solo un traidor. Wei Ying, parado al borde aquel acantilado, lo miro sin inmutarse con el sello estigio en la mano, dándole una sonrisa torcida; sus ojos turbios, como una furiosa tormenta azotando la tierra. Su risa lleno todo el campo de batalla, erizando la piel de los cultivadores presentes, que sintieron el miedo trepar a través de sus espaldas en un sudor frío. Apretando los dientes, al igual que las espadas en sus manos, se preparaban para la peor batalla de sus vidas.
La energía resentida comenzó a liberarse una vez el sello fue roto. Los cadáveres feroces que mantenían a los cultivadores al margen del campo, volvieron sus rostros de golpe; sus bocas abriéndose en horribles alaridos.
Jiang Cheng lo miró con sorpresa. Wei Ying le sonrió, una de esas sonrisas que le daba de niño cuando en medio de una peligrosa travesura le decía que todo estaría bien.
—No debes preocuparte más por mí, Jiang Cheng.
Jiang Cheng quedo mudo ante esa respuesta. ¿Acaso él...?
Sin que nadie se percatara una figura de blanco se acercaba desde el cielo. Observando todo el escenario desde el cielo, quiso acercarse al ver el peligro en el que se encontraba el joven Wei, pero las heridas sufridas recientemente le hicieron detenerse y decender con torpeza. Apenas sus pies llegaron al suelo, siguió corriendo ignorando el dolor punzante en su espalda y la debilidad de sus piernas. Empujo a cada cultivador fuera de su camino, mientras estos a la vez se volteaban a mirarlo con extrañeza.
—¿Lan Zhan?
El joven líder de la Secta Lan por fin reparo en su presencia. Lan Qiren al igual que su sobrino, se impacto, abriendo los ojos sorprendidos. Ellos y muchos otros miembros del clan gritaron el nombre del muchacho, pero este los ignoro, sus ojos fijos en la escena que transcurría a solo unos pocos metros.
Una vez llego al frente del todo, fue testigo de como el líder Jiang arremetía con su espada contra el Patriarca YiLing. Sin espacio donde correr mas que la caída tras su espalda, Wei Ying recibió el ataque de frente, justo en el pecho. Por inercia su cuerpo se fue hacia atrás cayendo al vació tras su espalda. Reaccionando a lo que hizo, Jiang Cheng abrió los ojos con horror.
