Aniversario [WangXian]

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Wei Ying dormía pacíficamente con una gran sonrisa en su rostro. En sus sueños podía ver a un joven Lan Zhan sonreírle con timidez y un muy notorio sonrojo en sus orejas, mientras extendía para él un ramo lleno de flores.

—Wei Ying, te am-

—¡Papá, papá! —una voz muy molesta gritaba en su oído.

¡¿Quién se atrevía a molestar su sueño con Lan Zhan?!

—¡Vamos, papá! —se quejo la voz cuando en lugar de levantarse, se giró hacia la dirección contraria cubriéndose por completo con la cobija—. ¡Despierta!

Fue zarandeado con fuerza hasta que no tuvo más alternativa que abrir los ojos, encontrándose con unos brillantes ojos cristalinos. El rostro del niño se deformaba en un profundo puchero molesto, demasiado parecido al suyo propio. Wei Ying se inclinó para sentarse, estirando uno de sus brazos y usando el otro para cubrir su bostezo.

—Ya estoy, eh... ahhh... despierto... —murmuró con pereza, más dormido que despierto, sonriéndole.

El rostro del pequeño se iluminó curvando sus labios, al verlo por fin despierto. Se bajó de la cama casi corriendo y salió de la habitación, apareciendo de nuevo a los pocos segundos con una bandeja llena de comida, la cual fue dejada en el espacio libre al lado de Wei Ying. Lan Zhan entró siguiendo los pasos del niño, atento a cada uno de sus movimientos en caso de que tropezara, mientras cargaba en una mano la tetera y en la otras las tazas para el té.

Wei Ying silbó por lo bajo, mirando con entusiasmo todos sus platillos favoritos, su estomago gruño demandando comida.

—Ohhh, desayuno en cama. ¿Estamos celebrando algo especial? —solo eran contadas las veces que podía darse el lujo de comer en la cama, normalmente en fechas importantes. Wei Ying inclinó la cabeza a un lado un tanto perdido.

Padre e hijo quienes arreglaban todo para desayunar juntos, se detuvieron de golpe para mirarlo. El niño con una mueca de horror, lanzando incómodas miradas a su padre que seguía paralizado a su lado. El rostro de Lan Zhan no parecía mostrar ninguna emoción, pero ambos pudieron percibir la tristeza y la decepción que nadaba en sus cristalinos ojos, casi como si una nube negra se hubiera posado sobre él.

Acercándose a Wei Ying, el niño que compartía fuertes rasgos con Lan Zhan, una copia en miniatura de él, hablo apenas con un hilo en su voz.

—¿D-De verdad no lo recuerdas? —preguntó.

Wei Ying seguía con la cabeza inclinada a un lado, haciéndose el completo desentendido, internamente divertido por cómo las expresiones de los dos cambiaron tan rápido.

—Nop. ¿Debería? —sonrió un poco sádico al ver como el rostro del Lan se ensombrecía mucho más. Malo Wei Ying, malo.

Su pequeño hijo soltó un quejido de indignación mientras golpeaba el piso con su pie.

—¡Claro que sí! —gritó casi al borde del llanto—. ¿Cómo puedes olvidar el día que te casaste con papá? —señaló a un triste Lan Zhan— ¿Có-Cómo puedes olvidar eso? —de pronto una revelación llegó a él. Miró a Wei Ying muy pálido—. Acaso... ¿ya no quieres a papá?

¿Qué pasaría con él si sus padres se separaban? ¿Tenía que elegir? ¿Alejarse de su familia, amigos... sus hermanos... su hogar? ¿Ya no vería a su tío o a su abuelo?

Wei Ying, quien había comenzado a reír ante la exagerada reacción de los dos Lan, se detuvo al ver como diminutas lágrimas comenzaban a descender por el rostro de su hijo mientras pequeños sollozos escapaban de sus temblorosos labios. Se apresuró a sostenerlo, acunandolo contra su pecho susurrando palabras de consuelo al oído.

One-Shot's WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora