ALISSON:
- NO SIRVES PARA NADA ALISSON¡ Elizabeth es la hija de la amante de tu padre¡¡ Tienes que destruirla!!!! - me grita mientras golpea la mesa.
- ¿Que quieres mamá? ¿Que la mate? - gruñí - Ya no puedo hacer nada.
Sabia que la estaba enojando pero no me importaba en ese instante, siempre tenia que hacer lo que ella me decía.
- Acaban de llevar al imbécil de tu padre a la cárcel, es el momento, tenemos que arruinar a los Travish.
- Contigo no se puede mamá¡¡ - suelto y corro hacia la puerta del cuarto, cerrándola con brusquedad.
Maldita sea. Malditos Travish. Maldita Elizabeth. Te odio tanto.
Todo estaba tan bien hasta que mi mamá se enteró que salía con Thomas. Le pareció la oportunidad perfecta para destruir a la hija de la amante de mi padre. Me dijo que era cuestión de venganza. Que no pude tener una familia feliz debido a ella. Estoy tan furiosa que camino bruscamente y bajo las escaleras para encontrar el cuarto de invitados.
- No sabia - escucho a alguien detrás de mi.
- ¿Que cosa?
Thomas camina para estar frente a mi. Me mira directamente y con rencor en sus ojos. No me importa.
- Que tenias que ver con Elizabeth, no sabia que me mentías todo el tiempo a mi, creí.. creí que yo era el que estaba mal, pero en sí, tú solo me usabas ¿No?- endurece su mandíbula y sé que esta furioso.
- Algo así - respondo. Aunque no es completamente la verdad
Es que es el gran Thomas, es divino por donde lo vean. Aunque nada, nada de nosotros era una verdad. No puedo negar que no me gustó.
- No solo la destruiste a ella, me destruiste a mi - doy unos pasos para alejarme de él pero me sujeta una de mis manos - Destruiste mi vida, Alisson... ¿Porqué mierda no te alejaste cuando quise volver con Elizabeth? ¿Por qué le dijiste todo? Si no sentías nada por mi. No te debió importar.
Me esta poniendo entre la espada y la pared. Soy una persona dura. Pero he de aceptar que simplemente me enojé porque ya no me eligió a mi, porque a pesar de tanta mentira, era imposible que no hubiese desarrollado algo de querer hacia él.
- Por que... - me interrumpe cuando estoy apunto de hablar y me jala mas fuerte de la mano - Mi mano.. me lastimas - me quejo pero veo que su expresión no es tanto de odio. Solo quiere respuestas.
- No solo eso.. Entonces ¿Por qué me salvaste cuando me iba a suicidar? Y encima te lastimaste por la hazaña. ¿No hubiese sido mejor que la persona que tanto odias hubiese muerto?
Él sabe que ha echo la pregunta correcta, pero la respuesta no sale de mis labios. No puedo decirlo.
- Porque te necesito para mis planes. Te quiero usar. Ese es el motivo. - él bufa.
- No sabia que la madre de Elizabeth había sido la amante de tu padre -suelta con indiferencia.
-¿Escuchaste toda la conversación con mi mamá? - él asiente.
- La señora Erika no es tan mala, a menos que.... Dios no. - me suelta y se lleva las manos a la cabeza.
Esta preocupado y desesperado. Creo que lo veo palidecer. Sacude la cabeza y me mira confundido. Sabe algo que yo no.
- ¿Qué? ¿A menos qué? - le exijo pero solo se despeina y lo veo pensar.
- Alisson... Has echo mal. Alisson... La señora Erika.. Tiene una gemela.
Me mira fijamente y yo abro la boca en sorpresa. Saber eso me asombra totalmente ¿Es en serio? No...
- Entonces lo de Elizabeth... Elizabeth no es... ¿no es de quien se supone que debía vengarme?
Ni bien digo las palabras él me empuja contra la pared de la sala. Me frunce el ceño y observa ante de hablar.
- Deja la venganza, ¡Deja la maldita venganza Alisson¡¡ - su grito provoca un estruendo mis oídos y me deja atónita.
- Nadie va a dejar las venganza. Nadie - Thomas y yo volteamos a ver quien habla y veo a mi madre con los brazos cruzados - Alisson hará lo que yo le diga, y aquí nadie deja la venganza. ¡NADIE!
Thomas me mira como esperando a que diga algo. Y no sé que hacer ni decir. No quiero que ella decida por mi. A pasado toda mi vida diciéndome que debo hacer y de quienes me debo vengar pero ¿Tiene sentido? ¿La venganza tiene sentido? Destruí a Thomas y a Elizabeth, los arruiné y no.. No me sentí nada bien.
Me duele ser la mala de todo esto, aunque confieso que varias veces lo he disfrutado aún así siempre terminaba mal, yo terminaba mal.
Recuerdo los días en mi niñez en los cuales veía a mi madre llorar, crecí viendo a mi padre tratarnos como basura, pero seguíamos en esta casa como estúpidas, si escapábamos ¿que haríamos? No teníamos ni una bendita moneda.
Sin embargo, acabo de enterarme que he pasado mi vida odiando a alguien que no debía.
- Mamá.. no fue Elizabeth ni su madre, Thomas dice que la señora tiene una gemela.. - su expresión solo cambia un poco.
- Lo sé, escuché parte de sus conversación, pero ¿crees que eso me importa? Son una familia, ¡una maldita familia¡ Si ellos nos destruyeron ¿porque no podemos destruirlos?
Siento lo que dice tan absurdo. Eso no tiene sentido. Estoy cansada, de todo esto, que ya no tiene ningún maldito sentido alguno.
Cierro los ojos y suelto algo de lo que puede que me arrepienta luego.
- Si mamá. Alguien va a dejar la venganza y ese alguien soy yo.
Tomo de la mano a Thomas y lo jalo, hacia la puerta de la casa, oigo los gritos de mi madre obligándome a regresar. Pero no. No lo haré. Quiero por primera vez vivir mi vida sin ordenes. Sin venganzas. Sin destruir gente.
Corrí sin soltar a Thomas y abro la puerta, veo a mi madre enojada y gritando.
- Voy a vivir mamá. Me vas a tener que dejar libre. Porque ¡esto no tiene sentido! ¡No lo tiene!
Salgo de mi casa y me siento raramente feliz. Estoy sonriendo. Estoy feliz. De verdad. Aunque dudo, porque ha sido de lo que he vivido de ese maldito odio.
Suelto a Thomas y lo miro. Él también esta sonriendo. Satisfecho.
- ¿Entonces dejarás la venganza?- me pregunta - Porque yo lo haré, dejaré que Elizabeth sea feliz, y sé que lo será sin mi.
- Yo... -me trabo en mis palabras - Dejaré, si lo haré.
Sonrió y él lo hace también. Se acerca y me abraza. Es tan cálido y reconfortante. Entonces pienso en que hubiese sido si me hubiese enamorado de el chico frente a mi, sin tanta mentira escondida.
- Te diré porque te destruí a ti. Y también porqué te salvé - él me suelta y espera - Estaba celosa, por la primera vez que te vi, fue.. soy cruel, lo sé, al inicio decidí ser tu amante porque me gustabas sin embargo cuando mi madre se enteró dejé eso de lado.
- Me usaste, creí que yo era el malo - dice - Es curioso como nos mentimos el uno al otro.
- Lo siento un poco, por haberte conocido así y ya sé que me odias, lo acepto. Te destruí a tu carrera y a ti.
- Pero - continua - Te odiaba porque creí que eras tan malvada y me doy cuenta que no eres así. Ya no volveré con mi esposa. Aún olvidaré a mi esposa y tú olvidarás toda tu venganza, hasta entonces esperaremos. Creo que podemos arreglar todo el mal que hemos estado dando a la gente.
Pregunto irónica - Somos ¿Los malos de la historia?
- Se supone, aunque no tengo excusa y ni tu tampoco, solo debemos parar, y cambiar las cosas, no sé si me entiendas, me duele, me duele que Elizabeth me odie, porque aún la amo, y me duele saber que no es feliz por mi culpa, sin embargo si insisto en volver con ella, será aún más infeliz.
- ¿Aún la amas? - digo.
- Si.
Sus palabras me duelen, tal vez porque eso significaría que yo no le importo. Pero me conformo con su respuesta.
- Entonces cambiemos las cosas.
- Completamente de acuerdo.
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