× 3 × AMIGA

11.8K 516 57
                                    

ELIZABETH:

La hermosa mañana se notaba espectacular, seria un día increíble.

Lo seria...

Me había despertado hace como una hora, seguía echada en la cama matrimonial, donde mi aún esposo dormía a mi lado.

¿Como pudo haber cambiado tanto? Ya no era el mismo chico atento y romántico. Se volvió lo opuesto, frío, insensible, amargado. Casi nunca paraba en la casa, tenia mucho trabajo, era actor.

Al principio saberlo me proporcionó felicidad, era muy conocido, aunque siempre me daban celos sus escenas de besos.

Todo cambió hace dos años. En nuestro aniversario de 4 años de casados. Ese día no llegó a casa, estaba de viaje pero debía volver ese día, sin embargo no lo hizo, fue como si cuando llegó al siguiente día, hubiese llegado una persona diferente, alguien opuesto, alguien que ya no me amaba.

Lo observé fijamente, se veía adorable durmiendo, sonreía, siempre había adorado su cabello, su piel tan suave, me encantaban esas pestañas y esos labios.

Sonreí. Parecía como si todo siguiera igual a hace 6 años, se veía tan inocente.

Acaricié su rostro con suavidad, la tentación de besarlo se me hizo infinita, me acerqué, poco a poco, y rosé mis labios con los suyos, un beso tranquilo.

— ¡¿Que te sucede mujer?! Es de mañana, ¿ya comienzas? — me grita enojado, frunce el seño y me fusila con la mirada.

— Perdón... No quería despertarte...

— Pues ya lo hiciste. Piensa las cosas antes de hacerlas, okey?

Ni siquiera sé porqué, pero tenia tanto dolor acumulado que en ese mismo instante lloré, me salieron lágrimas a montones. Él se percató pero no hizo ni dijo nada.

Me volteé dándole la espalda, no quería que me viera llorar de nuevo.

— Dentente Elizabeth, ya no llores ok? — más que con bondad lo dijo como si estuviera enojado de mi llanto.

Odiaba su manera despectiva de como me trataba. Odiaba que demostrara que no le importaba en lo absoluto.

— Thomas... ¿Que harías si consiguiera a otro hombre? — pregunté sin más — Uno que me quiera y me proteja por encima de todo, uno que me levante de este dolor que me provocas.

— ¿Bromeas cierto? — le escuché reír con sarcasmo, él estaba seguro de que no lo dejaría

— No bromeo Thomas.

La verdad era que no bromeaba, pero tampoco lo decía enserio, ya no tenía amigos, lo dejé a todos cuando me mudé con Thomas a un lugar más lejano, mucho menos amigos varones, no me había hablado con un chico que no sea él desde hace años, exceptuando unos "hola" y "chao" a el señor del banco o el chico que atiende en el cine.

— Como quieras Elizabeth Travish, dejame descansar, dentro de poco tengo que trabajar. Yo sí trabajo. — enfatizó el SI.

— Trabajaría si me dejaras.

Ya había intentado trabajar. Pero él no quería. No me dejaba nunca salir de la casa. Era como el chico que hacia todo por la chica. Antes era de buena manera, él sabía que dejé mi carrera para ser su esposa, él me decía que no me preocupara, que él me daría todo lo que necesitaba, y lo hacía, siempre lo hizo. Lo seguía haciendo pero ya no de una bonita manera.

— Tú solo ocúpate de la casa, esposa mía — dijo las ultimas palabras enfatizándolas y con total sarcasmo.

— No tienes que llamarme esposa, si no quieres — le digo mirándolo fijamente.

— Es-po-sa — y sigue riendo, muestra que el echo de que sea su esposa le causa gracia y eso me enoja, mucho.

Me levanto de la cama y me siento en el borde dándole la espalda, suspiro, cosas como estas tengo que pasar a diario. 

Observo mi celular en la mesita de noche y lo tomo, ahora necesito hacer una llamada. Me levanto de la cama y me siento en una silla que está pegada a la pared. Encuentro su numero y lo presiono.

— ¿A quien llamas? — dice Thomas sin mirarme a la cara.

— No es ningún amante okey? — respondo de mal humor.

Veo que el numero responde y camino para salir del cuarto. Ya afuera mi única y mejor amiga me contesta.

Es un alivio tenerla. La conocí hace muy poco, cuando quise salir a tomar aire y dar un paseo por el parque, ella estaba cerca dijo que visitando a alguien y comenzamos a hablar, es una chica muy hermosa y muy buena, me pidió mi numero y empezamos a hablar por chat.

Le he podido contar infinidad de cosas de mi vida y me aconseja mucho. Poco a poco le fui revelando más cosas de mi vida, me comprendía y me daba su punto de vista. 

Cuando le conté de las actitudes de mi esposo, se sorprendió y me dijo que es porque quizás él ya no siente nada por mí, o que tenía a alguien más, que yo debería valorarme más y terminar con el matrimonio.

Lastima que no tengo el valor para hacerlo. Porque aún lo amo.

~ Aló, ¿estas ahi~ pregunto al celular.

~ Si amiga, ¿que pasó? Cuéntame, ¿de nuevo problemas con tu esposo?

~ Es Thomas... Creo que si hay otra ~ afirmo con un tono de tristeza.

~ Amiga ya sabes lo que siempre te digo, él no te merece, hay muchos hombre más en todo el mundo, en la ciudad miles. 

~ Es tan amargado y controlador. Pero lo amo.

~ Ay amiga, no puedes hacer nada, ese matrimonio ya no tiene solución.

~ Lose...

~ Lo mejor es el divorcio amiga.

~ Pero ¿que tal si hay algo que haga que se vuelva como antes?

~ ¡Que no lo hay! ¡Él quiere a alguien mas! Es por tu bien.. pero bueno... como quieras.

~ Eh... Pero... Tengo que hacer mis cosas, te llamo luego, gracias por todo amiga, te quiero Alisson.

INFIEL TÚ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora