× 11 × DIVORCIO

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THOMAS:

— Amor... ¿En que piensas? — decía mi Alisson que estaba al lado mio de la cama cubriéndose con una fresada.

— La voy a dejar.

Dije eso sin más y sus ojos se iluminaron. Creo que eso era lo mejor.

— Thomas... Es lo mejor... ¡Haslo!

— Lose, lose!! Lo haré, lo haré y estaremos juntos sin más, seremos felices, preciosa...

Me miró pícaro y se acercó a mi poco a poco... Me besó radiando de felicidad.

— Solucionaremos todos nuestros problemas, TODOS.

Era verdad. Me tenia que deshacer de una vez de esa esposa mía de Elizabeth.

Sonreí amargamente. Debía dejarla, no tenía sentido seguir con ella, pero a veces alejarme me dolía. Saber que no la volvería a ver, que no iba a estar ahí para molestarme, era como si todo se hubiera vuelto rutinario, sé que algo de mí la extrañaria.

Pero eso no importaba. Me iría con Alisson y me divorciaría de Elizabeth.

Y lo iba a hacer.  Así que me alisté y salí para ir a pedir los papeles del divorcio.

ALISSON:

Thomas había salido a pedir los papeles de divorcio.

¡PORFIN!

Cuanto había soñado por este día. El día en que me desharía de esa estúpida de Elizabeth.

El día en que la vería sufría sufrir. El día en que sabría que yo había ganado. Le había ganado a esa maldita.

Estaba feliz. Como nunca. Mi sentido de vida había ganado. Luego de esperar tanto, valió la pena.

Sé que no era la única que estaría feliz, así que hice la llamada, respondió al segundo timbre.

— ¿Alisson? — dijo ni bien acerqué mi oído al teléfono.

— Buenos días, madre, tengo algo que decirle — vociferé.

— Hija, tengo grandes expectativas, cuéntame — dijo y sentí que sonreía.

— Está haciendo los papeles del divorcio — solté.

Ella levanto su voz eufórica — Por fin. Llegó el momento, gracias hija mía, por ti, tu ganaste, destruirás a los Travish.

— Lo habremos echo, pero esto solo está comenzando, esa escoria de familia será destruida, poco a poco... lo juro.

— Estoy tan orgullosa de ti, hija mía, avísame, cuando tengas los papeles, quiero estar enterada de todo a lujo de detalle.

— Y así será, madre — respondí sonriente.

Cortamos la llamada y no pude hacer nada más que reír, me cambié y cociné algo, todo fue alegría para mi.

Me puse a ver novelas y revisar el celular, sonriendo todo el tiempo.

Thomas entró por la puerta, sonriendo extrañamente. Tenía miedo de que cambiara de opinión, así que corrí a abrazarlo.

Me pegué a él y lo rodee con mis brazos por su cuello para darle un profundo beso en los labios. Él me correspondió y sonrió

— Tengo los papeles listos. Ni bien llegué a donde ella. Le pediré el divorcio — soltó y volví a besarlo — Se los haré firmar cuando volvamos.

— Bien, estaré esperando.

Sonrío y caminó hacia la cama, se recostó en esta y cerró los ojos, estaba al parecer algo agotado, caminé a la cocina por algo de agua.

El sonido de un teléfono que estaba siendo llamado se escuchó cerca.

Regresé al cuarto y observé a Thomas mirar su celular en la mesita de al lado.

THOMAS:

Sostuve mi celular en mis manos. 

El número no estaba grabado. Era un número desconocido.

Contesté extrañado.

 Alo, ¿Con quién hablo? — pregunté.

Aló, soy de la Comisaría — dijo una voz gruesa — usted es el esposo de la señorita Elizabeth.

 Si, ¿por qué? ¿ Hizo algo?

— lamento informarle que su esposa ha sido reportada secuestrada...

Me alarmé — ¿QUE? ¿QUE MIERDA? ¿COMO?

 Lo sentimos, la búsqueda ya ha sido firmada y pagada — puntualizó serio.

 ¿Quien la pagó? ¿Cómo mierda pasó? 

 Debería venir a la comisaría, señor.

Apreté los puños — ¿Cuál?

 Es la más cercana a su casa, señor, ¿Dónde esta?

 ¡No estoy en el puto país¡ — exclamé —Tomaré un vuelo ahora.

 Bien —soltó — igual ya empezó su búsqueda.

 Iré de inmediato, iré.

Colgué el teléfono de inmediato y busqué una agencia por Internet. Pagué el vuelo, era el más próximo, en una hora, presionaba el celular con fuerza.

Estaba rabioso, furioso, pero no, más tenía miedo, tenía mucho miedo, ¿Cómo? ¿Cómo pudieron secuestrarla?

Mierda. Mierda.

Miré a Alisson que estaba sonriente sentada en la cama. Con una maldita sonrisa triunfante y ladina.

— ¿POR QUE CHUCHA SONRÍES? ALISSON!!!

— Nada amor, nada — me dijo.

— Pues no sonrías, maldita sea, secuestraron a Elizabeth.

Sonrió de nuevo — Lo sé.

— ¿Cómo?

— Escuché lo que hablabas en tu celular, nada más —dijo.

— ¡MIERDA!

Corrí de un lado a otro desesperado, alisté mis maletas en un santiamén y salí literalmente volando de aquella casa, ni siquiera me despedí y supe que Alisson estaba enojada.

Pero eso no me importaba.

Solo me importaba Elizabeth, y no me entendía porque hace minutos pensaba deshacerme de ella, ¿entonces que me pasaba?

Apreté los puños. Ella debía estar bien. Si le pasaba algo.. no sé que haría.

Mierda. Mierda.

— ELI.. APARECE POR FAVOR ELI, JURO QUE LO SIENTO.

INFIEL TÚ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora