× 43 × Hell's Angels

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ELIZABETH:

El velorio de mi madre no tardó en llegar.  Las cosas eran desesperantes para mí, había pasado las últimas veinticuatro horas en la casa de Andrew, no podía hacer más que tirarme en el sillón y llorar por horas, Andrew se había pasado el tiempo cuidando, preguntando un "¿estas bien?", "¿Te traigo algo?" "Toma agua" y un "Todo va a estar bien".

Se había pasado el tiempo también dejando que lo abrace y mientras me acariciaba el cabello con suavidad. Dormí en su habitación y él durmió en otro lugar, no tengo idea cual, pero me sentí mejor al dormir y oler su fragancia, todo en ese cuarto, olía a él, y era hipnotizante.

No tardo mucho en caer en los brazos de morfeo y me adentro en un sueño profundo. La noche pasa y cuando me despierto, al abrir los ojos veo a Andrew, esta sentado en una silla a mi lado izquierdo. No sé que piensa pero esta ensimismado y en su mundo.

— ¿Andrew? — murmuro mientras intento sentarme en la cama.

El inmediatamente me mira algo descolocado pero luego sonríe ampliamente, me observa como preguntándose si estoy bien o no.

— Buenos días, ¿Qué tal amaneciste? — pregunta expectante a mi respuesta.

— Mejor — no puedo decir bien porque no lo estoy, sigo dolida y afectada — ¿A que hora era el velorio? — pregunto y él me mira apenado.

— A las 2 de la tarde, pero familiares deben ir al medio día, y son las 10 de la mañana, nos quedan dos horas — respondió y suspiré.

Las cosas fueron con normalidad, me duché y me cambié con ropa que al parecer me mandaron a comprar, iba vestida de negro como debería ser, con un pantalón de vestir y una camisa negra acompañada de un saco largo y zapatos.

Cuando llego la hora de ir, derrame algunas pocas lágrimas, subimos al auto y no me aguanté, el echo de ir al funeral de tu propia madre, era lo peor que me había pasado hasta ahora.

— Estoy contigo, Eli — murmuro Andrew a mi lado del asiento — No voy a dejar que decaigas ahora, sé fuerte hermosa, tienes que serlo.

Regalé una triste sonrisa, me limpié las lágrimas y respiré fuertemente, debía estar bien, debía poder velar a mi madre, me despediría de ella y seguiría mi vida, teniéndola en mente a cada momento. 

Así pasaron los minutos y llegamos al lugar, era en un sitio apartado de un lugar como el campo. Las sillas ya estaban allí, pero igual acomodamos todo, el cuerpo ya estaba dentro un ataúd pero no me dejaban verlo aún. Poco a poco fueron llegando las 2 de la tarde.

— Elizabeth — oí — Lo lamento.

Volteo a ver quien me habla y es Thomas, esta con un traje negro y se ve apenado, me mira triste, ya no siento nada al verlo, es como si fuera alguien cualquiera, pero si siento algo al ver a la persona que va a su lado.

— Mi pésame —dice ella.

Alisson parece estar verdaderamente apenada pero no termino de creérmela, esa maldita me traicionó llevándose toda la confianza que le tenía, esa maldita es la hija de la asesina de mi madre, ¿Cómo puede venir? ¿Cómo puede profanar este lugar con su presencia?

— Vete — ordeno — No eres bienvenida aquí, no seas peor de lo que pienso que eres, eres una descarada al pararte en este mismo lugar — ella intenta decir algo pero no la dejo — Thomas ¿En verdad has traído a tu maldita amante?

— No es mi amante, no somos nada ahora, no vine ni la traje por hacerte daño, te lo juro, ella está arrepentida de lo que te hizo, ella no es mala Elizabeth, dale una oportunidad, está apenada por lo que pasó igual que yo, creéme ella no quería que falleciera, pero...  si lo deseas nos podemos ir, no venimos a lastimarte ni nada de eso — suelta y siento que es franco.

INFIEL TÚ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora