Dimensión en llamas

By Ms-Eleven

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Una relación mal vista por muchos reinos y sus altos mandos ¿Una miembro de la alta comisión teniendo amoríos... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 20.5
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Happy Halloween 🎃
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 27.5
Mi vida te pertenece
Estoy de vuelta
Donde todo comenzó
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43

Capítulo 6

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By Ms-Eleven

Apariencias parte II


—Así que veinte —Sonrió y dió un sorbo al café—, Mmmh tiene sentido viendo tu cuerpo.

—¿M-Mi cuerpo?

—Así es, veinte va más acorde con ese cuerpo tan bonito y desarrollado que tienes, querida.

—Ahh jeje, gracias —dijo ruborizada.

—De no ser por tus atributos hubiera jurado que tenías la edad de Marco. Tu cara refleja menos edad.

—¿Usted cree? —empezó a servirse azúcar.

—Claro; cuando mencioné que sabía que eras mayor lo dije refiriéndome a tu condición mágica.

—M-Me da un poco de pena lo de la edad... Ya sabe, yo soy mayor que él y todo eso, y aunque quise negar mis sentimientos, al final los acepté.

—Querida no hay edad para el amor... Es muy bonito enamorarse y no debes sentirte mal por hacerlo, al contrario disfrútalo y lucha por ese sentimiento.

—Tiene razón —Se sonrojó—. Hace un tiempo lo comprendí y aunque aún me da algo de pena lo de mi edad, no pienso negar más mis sentimientos.

—Eso es muy lindo —Sonrió—. Y querida apenas son cinco años, jeje ¿Quieres saber algo curioso? yo soy mayor que mi esposo también por cinco años.

—¿De verdad?

—Sí, la edad es solo un número, eso no refleja lo que sientes o dejes de sentir por alguien. Y si te refieres a tus años de inmortalidad, pues las dos sabemos muy bien que básicamente esos años no cuentan —dijo sonriendo.

—Ahh sí jeje...Bueno el total de años son muchos, ni yo misma sé cuántos son con exactitud. P-Pero mi apariencia será siempre la misma.

—Claro entiendo, conservas la apariencia y edad mental que tenías al momento de recibir toda esa energía. Es decir, veinte años.

—Exacto. Mmm por lo que veo sabe mucho acerca de esos temas.

—Bueno, mi madre solía contarme muchas historias acerca de Mewni.  De como se volvieron tan poderosos, de su lucha contra los monstruos; de los inicios de la monarquía Butterfly y como esta se ligó a la magia.

—Ya veo... Jeje creo que hasta sabe más que yo. Mmmh ¡Oh! ahora que lo pienso ¿Marco sabe de todo esto?

—Mmm digamos que sí y no jeje. Verás, solía contarle a Marco acerca de nosotros y todo lo que mi madre me contaba. Sin embrago lo hice cuando él estaba pequeño, básicamente como historias para dormir por lo que dudo mucho que lo recuerde.

—¿Y usted no quiere decirle? O ¿No piensa hacerlo?

—Claro que sí, él tiene derecho a saberlo pero no tengo prisa en contarlo, y bueno estoy buscando la manera de hacerlo adecuadamente. Jeje imagínate; mi madre me lo contó a mí hasta que cumplí los dieciocho.

—Entiendo... Mmm y ¿El señor Diaz lo sabe?

—Claro él lo sabe, jeje qué clase de matrimonio sería si no lo supiera. incluso en el noviazgo, la confianza es lo primordial querida recuerda eso. Yo se lo conté en esa etapa de enamorados —Suspiró mirando al techo—. Que tiempos aquellos.

—Confianza... —Susurró para si misma, aunque Angie la escuchó.

—Así es. No hay amor si no hay confianza, es una base muy importante en una relación.

—Claro, comprendo... —Hekapoo pensativa y con la mirada fija en la mesa acercó la taza a su boca y dió un pequeño sorbo sin quitar esa expresión.

—Solo ten paciencia y verás que todo saldrá bien —dijo Angie con una sonrisa y mirada cálidas, a lo cual Hekapoo asintió y sonrió.

—Sabes hay algo que me pregunto todavía.

—¿Mmm?

—Bueno...Sabiendo la cantidad de energía que  recibió tu cuerpo, me es difícil creer que seas una simple Mewmana.

Hekapoo sonrió nerviosa. —Jeje me sorprende lo sabia que es usted señora Diaz.

—Jaja bueno estas canas ocultas con hechizos no son por nada, querida.

—Jaja ya veo. Mmmh pues otra vez está en lo correcto... No soy Mewmana.

—¿Tú naciste y creciste en Mewni no?

—Así es.

—Bueno jeje, eso te convierte en más Mewmana que cualquiera —Sonrió y dió un sorbo a su café—. Ambas sabemos que los Mewmanos son solo humanos que llegaron allá por accidente.

—Bueno eso sí...Y si lo pone de esa manera, básicamente lo soy.

—Por lo cual, supongo que tu apariencia es distinta a la que dejas ver.

—Vaya usted es tan perspicaz que incluso da un poco de miedo jeje.

—Jaja bueno ya ves, algunas personas se refieren a nosotras como brujas.

—Jaja eso es cierto...

—Además, tu color de ojos no es nada común, así que eso ya me da una pista.

—Jeje olvidé ese detalle...Mmmh muy bien le mostraré —Hekapoo cerró los ojos y de inmediato se apreció como su cuerpo se iluminó de blanco para luego extender llamaradas de fuego que iban revelando cada parte de su verdadera apariencia.

Segundos después las llamas y el brillo se disiparon dejando ver su aspecto habitual a excepción de su cola la cual no quiso revelar.

—Wow... Entonces eres...

—Una demonio —concluyó un poco apenada.

—Ya veo —dijo Angie mirando asombrada para después sonreír—. No cabe duda de que eres muy bella, querida.

—Ah jeje, gracias señora Diaz —Se sonrojó.

Justo en ese momento se escuchó el timbre de la puerta por lo que instintivamente Hekapoo volvió a su aspecto anterior cual reflejos de gato.

—Un segundo —gritó Angie poniéndose de pie y dirigiéndose a la entrada. Hekapoo por su parte continuó tomando su café ya más relajada. Un rato después escuchó la puerta cerrarse y Angie regresó.

—Ahh solo era el chico con el correo...—Puso el paquete en el piso—. Vaya que son eficientes, no sabía que trabajaban de noche.

—Le quedó muy rico el café señora Diaz —dijo habiendo dado el último trago.

—Oh muchas gracias... Mmmh sabes, a Marco le fascina el café —Le guiñó el ojo.

Hekapoo sonrió nerviosa —Ah jeje lo tendré en cuenta —dijo sonrojada.

—Angie cariño ¿Has visto mi llave número 15? —Se escuchó a Rafael bajando los escalones.

—Ehh no querido, yo no toco esas cosas a mi no me veas...

—Ohh Hekapoo aquí estás, ¿dónde está Marco? ¿Aún está en el baño?

—Hola señor Díaz, pues sí jeje creo que aún sigue allí.

—Jaja Marco y su eterno baño —Agregó Angie—. Hekapoo ¿Podrías ir a ver si ya salió?

—Claro, en seguida.

—Bien, yo iré a buscar mi llave a la cochera.

—No te tardes cielo que ya casi está la cena.

—Está bien cariño solo echaré un vistazo —decía alejándose.

—Hekapoo querida ve por Marco para que bajen a cenar.

—Sí —Asintió, luego fue a traer sus cosas y subió.

—Así que una demonio —murmuraba para si sola—. Interesante... Definitivamente esa jovencita es especial y no cabe duda de que nadie entiende la manera de actuar de Glossaryck.

Angie dió un último sorbo a su café para después tomar el paquete que le había llegado y abrirlo.

—Supongo que es... Oh sí —dijo desempacando un poco nerviosa—. Por Dios les pedí que fueran más discretos, este embalaje es muy revelador. Jumh debería quejarme con el servicio de entrega.

—Bueno como sea, ya que no encontré el hechizo indicado tendré que recurrir al método convencional —Suspiró—. Hace mucho no me sentía tan nerviosa.

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Mientras tanto arriba, Hekapoo pudo apreciar la luz del baño por las endijas de la puerta por lo que dedujo que Marco aún estaba allí.

—Por mis cuernos como tarda. Pobre debe estar batallando con su herida.

Siguió directo a su habitación y dejó sus cosas en la cama. Con las tijeras abrió un portal y fue a buscar más ropa para su estadía.

—Por suerte tengo más ropa humana... Gracias amiga —decía hablando sola—. Pasaba la ropa tomándola por puñados y aventándola hacia el portal la cual caía en la cama.

Al terminar volvió, cerró el portal y empezó a doblarla.

—No sabía que tenía tanta ropa. Esto me llevará un buen rato —Se dijo.

Mientras doblaba, con un movimiento torpe hizo caer unas prendas sin querer, por lo que se agachó y las levantó pero al hacerlo algo se desprendió de estas cayendo al piso.

Al percatarse de aquello se agachó y lo levantó para mirarlo. Enseguida supo lo que era por lo que se extrañó.

—Ay no ¿Qué hacía esto entre mi ropa? Que descuidada juraría que lo tenía mejor guardado.

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—Confianza... —Fue la palabra que susurró de manera inconsciente al ver esa foto y recordar la conversación con Angie. Se mantuvo unos segundos mirando y no pudo evitar sonreír al recordar aquel momento.

Con esa expresión de alegría se llevó la foto a su pecho mientras miraba el piso. No podía quitar esa sonrisa y esa mirada embobada que le provocaba, estuvo así un rato hasta que algo la sacó del trance y la hizo correr de inmediato a abrir su mochila.

—¡Por supuesto! Ahhjj ¡Fue tan evidente! ¿¡Cómo no me di cuenta!? —Se decía mientras escurcaba en la mochila.

Segundos después sacó aquel preciado collar que decía gustarle tanto. Puso las dos cosas en la cama y las miró detenidamente.

—Creo que... Creo que sé cómo resolver este asunto —dijo mientras seguía mirando—. Marco aquellos dolores de cabeza eran por algo ¿Verdad? —Preguntó a la nada—. Ahora... Ahora solo debo reunir el valor para decirte.

En ese momento sonó en su mochila, una breve notificación que indicó un mensaje. Hekapoo se sobresaltó un poco y se apresuró a sacar el teléfono, luego guardó la foto y el collar y la cerró.

Al mismo tiempo, recordó que había subido por Marco por lo que salió a ver si ya estaba listo. Ya en el pasillo revisó rápidamente el teléfono para mirar el mensaje.

¡Hey cuernos! Déjame adivinar, estás con Marco ¿No? Jeje la pregunta sería en dónde.
Jaja oye andas muy perdida al menos escríbeme para saber que no estás muerta... Me da igual que seas inmortal.

—Jaja disculpa amiga tienes razón es que han pasado muchas cosas.
No lo creerás pero estoy en su casa y conocí a sus padres —Contestó el mensaje.

Guardó el teléfono y frente a ella al final del pasillo vió a Marco sentado mirando hacia afuera, esto debido al enorme agujero que había dejado Star en la que fue su habitación. (Claro está, la habitación de Hekapoo no es la misma que le dieron a Star)

—Pero qué.... ¿Cómo rayos no había visto eso? —susurró. Luego silenció el teléfono y se acercó.

—Hola...

—Oh Hola Hekapoo...

—¿Qué haces?

—Mmmh nada solo observaba las estrellas.

—¿Y qué pasó aquí? —dijo mirando alrededor.

—Ahh ya ves...las consecuencias de hospedar a una princesa mágica. Papá está reparando esto aunque le tomará tiempo.

—Ya veo... ¿Mmmh puedo sentarme?

—Claro —Se apartó un poco y Hekapoo se sentó.

Marco quedó mirándola unos segundos hasta que ella lo notó.

—¿Qué?

—Ahh emmh nada... Linda bata.

—No te burles eh, recuerda que puedo dejarte calvo.

—No me burlo, es solo un cumplido —dijo esto mirando las estrellas.

—Ahh jeje gracias entonces —Se sonrojó.

Hekapoo notaba a Marco un tanto cortante. Tenía una mirada relajada y un rostro sin expresión. Incluso su voz se notaba distinta, hablaba bastante calmado y con un tono grave.

—¿Hace frío no? —dijo ella cortando el silencio.

—Las noches suelen ser bastante frescas por aquí —Se quitó el abrigo que andaba—. Y tú andas esa bata que no protege mucho del frío precisamente —Con un gesto delicado le puso el abrigo a Hekapoo quien se notó ruborizada.

—Así que primero me haces un cumplido y luego una crítica... Que caballeroso.

—Jeje es una crítica constructiva.

—Vaya hasta que sonríes.

—¿Mmm?

—Tú... Estás algo raro ¿Te sientes bien?

—Ahh emh sí, jeje solo estoy cansado y creo que un poco débil.

—Tal vez mejores con algo de comer... mmmh tu mamá me mandó a...

—Además gracias a ti ahora tengo frío también —Vaciló.

—¿¡Qué!? ¿A mí? Tú solito me diste el abrigo.

—Pero tú tienes métodos para evitar el frío, yo solo tengo mi abrigo.

—El cual me diste y no deberías sacarlo en cara eso es grosero.

—Jaja ves ahora la amargada aquí eres tú. Solo bromeaba.

—Ja pues tus bromas son pésimas.

—Bueno...está bien señorita ofendida. La cosa aquí es que tengo frío y puedo morir de hipotermia.

—Ay pero que dramático.

—Jeje no, en serio hace bastante frío —Frotó sus manos y sopló en ellas.

—Bueno por esa mala broma ahora el abrigo es mio... Mmh pero tendré compasión contigo por esta vez. Ven acércate.

—Wow que benevolente.

—Jumh no hagas que me arrepienta —Hekapoo se movió y tomó el brazo izquierdo de Marco y lo entrelazó con el suyo quedando frente a frente. Marco seguía calmado aunque con un leve sonrojo que no pudo evitar.
—Sí recuerdas como funciona esto ¿No?

—Sí.

—Bueno si te molesta puedes morirte de frío.

Marco se acercó aún más chocando hombro con hombro —No...No me molesta —Sonrió—. Aquello logró sonrojar a Hekapoo ya que sus rostros estaban muy cerca. Sin embargo recobró compostura y le sonrió tiernamente por lo que ahora el nervioso era Marco.

—Ahh ejemh.. a-así está bien ¿Verdad? —dijo fingiendo toser.

—Jeje sí, así —dicho esto Hekapoo procedió a emanar su energía cubriendo a ambos —¿Mejor?

—Sí mucho...

—Bueno ya me debes una.

—Mmh y tú me debes un abrigo.

—Olvídalo ahora me pertenece.

—¿Ahh sí? Bueno entonces yo me quedaré con esto —Le quitó la tiara de la cabeza.

—Noo jaja oye dame eso —Se estiró intentando alcanzarla pero marco también lo hizo alejándola más.

—Jaja si vas a conservar mi abrigo yo me quedaré con tu tiara.

—Noo ni lo pienses, dámelo —decía estirándose a lo que Marco hacía lo mismo—. Te devolveré tu apestoso abrigo entonces.

—Ahh jaja ahora resulta que es apestoso cuando te ví olfataerlo muy a gusto hace un rato.

—Ayy cállate, ¡dame eso! —decía sonrojada.

Estuvieron jugueteando un rato aún sentados y con los brazos entrelazados. Siguiendo con el absurdo pero divertido juego se pusieron de rodillas mientras forcejeaban, y en ese vaivén de jugueteo y risas cayeron al piso quedando Hekapoo encima de Marco.

Ambos se miraron sonrojados, con una sonrisa y agitados por el forcejeo. Se mantuvieron así por unos segundos y por la forma en que lo hacían parecía no transcurrir el tiempo entre esas miradas.

Instantes después el moño en el cabello de Hekapoo se aflojó y todo el pelo cayó en la cara de Marco provocando que salieran del trance y se levantaran riéndose.

—Jaja ¿Así que ese es tu jugada? ¿Abofetearme con el cabello?

—Jaja cállate —dijo Hekapoo quitándose el cabello del rostro llevándolo detrás de su oreja. Marco la miró con cara de tonto y con una mirada perdida, sonrojado ante tal exhibición de belleza.

—Jaja ¿Qué? —dijo tímida al ver a Marco.

—N-Nada... —contestó nervioso y se inclinó para colocarle la tiara. Una tensión repentina y un silencio impoluto se había formado. Marco ponía de nuevo la tiara pero no apartaba la vista de ella. Hekapoo también lo miraba con esa expresión hipnótica que ambos compartían.

Sin darse cuenta los centímetros entre ellos se hacían más pequeños y el sonrojo de ambos más grande, inconscientemente se inclinaron hasta el punto de cerrar los ojos debido a la extrema cercanía, por lo que ahora eran sus labios y sus otros sentidos quienes los guiaban.

Sintieron la respiración del otro y con eso el subidón de pulsaciones que les provocó. Solo escasos milímetros era lo que separaba aquellos labios deseosos de tocarse.

—Chicoos ¿Dónde están? La cena está servida...

Aquella voz los sacó de su hipnosis haciéndolos separarse de golpe totalmente enrojecidos.

—Ohh aquí están... Marco hijo tu madre ya sirvió la comida y los está esperando.

—Ahh emhh s-sí papá enseguida vamos —dijo nervioso. Rafael se retiró dejando a Marco como un tomate y a Hekapoo incapaz de alzar la mirada por la vergüenza aprovechando su pelo para cubrirse el rostro.

—B-Bien jeje, será mejor que bajemos antes de que se enfríe.

Marco se puso de pie y extendió su mano. Hekapoo correspondió y se levantó.

—S-Sí vamos...

Bromeando para relajarse Marco volvió a quitarle la tiara y la colocó en su cabeza —¿Cómo me veo? ¿Me queda verdad?

—Te vez Fatal —Ambos rieron liberando tensión mientras caminaban.

—O-Oye... Estaba pensando... Mmhh se me ocurrió que tal vez podríamos i-ir mañana a la cuidad y mmmh no sé mostrarte un poco de Echo Creek... Y que conozcas y tal vez c-comer algo. Emmh bueno si quieres.

—Marco ¿Me estás invitando a salir?—preguntó coqueta.

—Bueeno no, ¡digo sí! emmh si tú quieres podríamos... Mmh O no... No como una cita cita yo no te invitaría... ¡Digo sí! No es que no quisiera invitarte yo...

—Me encantaría —Sonrió tiernamente.

Marco se detuvo y la observó embobado mientras ella llegaba a los escalones.

—Oye, no te quedes.. date prisa que nos están esperando —dijo sonriendo cálidamente con aquel semblante y belleza que irradiaba mientras se recogía el cabello.

—Claro... —Sonrió.

La noche transcurrió y durante la cena ambos se miraban cada ciertos segundos sonriendo un poco apenados.

**...**

A la mañana siguiente por fin luego de una noche que se demoró dos capítulos, Marco se levantó temprano como de costumbre. Entró al baño y se enjuagó el rostro, luego se miró al espejo.

—Ocuh y ahora por qué me apreta está pijama...¿Se encogió? —Se quitó la camisa que le apretaba y se miró de nuevo—. Wow el Karate está dando resultados al parecer —Bostezó y estiró los brazos—, pues menos mal ya era hora. —Restregó sus ojos.

Miró su brazo derecho y empezó a remover el vendaje —Creo que ya me duele menos...—Se miró la herida y tocó un poco—. ¿Pero q...? B-Bueno extrañamente se ve un poco mejor pero... Esto...

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Dato curioso #1: Quitando la expresión de Hekapoo, la selfie que se ve es una calca de una que me tomó mi mejor amiga sin avisar.

Dato curioso #2: Toda la interacción entre Hekapoo y Marco la escribí escuchando "Contigo" de Mariana Vega.

PD: Sí... Soy muy cursi..

Ever Eleven.                                 05/01/2020

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