JAMAL
"A veces olvidaba que no siempre hubo frutas que se dieran así de rápido, De niño iba al supermercado con mamá y a veces el oficial Johnson. La sección de las frutas y las verduras era la que menos me gustaba, pero con el paso del tiempo me di cuenta que cada vez había menos frutas y verduras, "La crisis alimentaria" la llamaron, o así se referían en la televisión. Mucha gente, poca comida, sin embargo, la Genoma una compañía de investigación genética y parte del consorcio comercial de BUY&SPEND. Resolvió la crisis con los mega alimentos."
Poco a poco la vida regresaba a aquel pueblo, una enorme empalizada hecha con madera y placas de metal rodeaba al pueblo. Y la gente comenzaba a aclimatarse a la vida como una colonia. En los techos y los jardines de cada casa había hortalizas que daban bayas y frutos, aunque de un extraño color blanco. Leshawna decía que se debía a los injertos genéticos que habían hecho en la comida. El sabor no le molestaba a Jamal o a nadie, estaban ya hartos de comer puré de sardinas de sardina de la fábrica de enlatados en Pittsburg. Incluso se podía sentir un mejor ambiente en el pueblo, sin las raciones forzadas que Sweet-T otorgaba, los hombres y las mujeres dejaron de estar desnutridos. Jamal caminaba por el pueblo y se dirigió a la alcaldía donde el consejo se había reunido para hablar sobre cómo sobrevivir al invierno.
--Tenemos que impermeabilizar todas las casas habitables. —Dijo John Steele. Un hombre de mediana edad, de cabello rizado y una barba negra y gris. –Siento este dolor en la pierna nuevamente, va a nevar y con las nevadas se concentrará el frio.
--Aún tenemos a muchos hermanos y hermanas sin casas particulares todavía.—Dijo Jamal, el muchacho había decidido no intervenir, pero por alguna razón una voz en su interior le decía aquello que faltaba y que tenía que ser solucionado.—Deberíamos tratar de impermeabilizar el refugio temporal, y soportar ahí dentro el invierno. Y nos preocuparemos por seguir otorgando las viviendas en primavera.
--Poner a todos los hombres y mujeres en un lugar enclaustrado todo el invierno... "claro que es lo que podría salir mal de eso"—Respondió Leshawna, por su tono que denotaba ironía, Jamal supo que no estaba de acuerdo. –Si encerramos a los hombres y mujeres en un solo lugar durante el invierno, no sobreviviremos para la primavera. Son demasiados para un ambiente muy pequeño. Tenemos que buscar la forma de crear otros lugares...Creo que la mejor forma sería mandar recolectores de todo lo que pueda ser útil a ciudades cercanas.
"Pensé que no querías que nadie más hiciera trabajos de chacal" pensó Jamal. El muchacho quería decirle pero entonces una voz en su interior le contestó.
"Aún no, deja que termine de hablar." Respondió aquella voz, una voz masculina que hacía eco en su interior. Le pidió que se mantuviera, Jamal sintió como si fuese su padre quien le ordenaba esperar.
--No tenemos ni suficientes armas o vehículos equipados para hacer viajes fuera de la colonia.—Respondió Assman.
--¿Qué no habías traído suficientes municiones? —Preguntó Leshawna.
--No suficientes para todos. —Respondió Assman.—La purga de los irradiados costó muchas balas.
--Tenemos que aprender a crearlas. —Dijo Assman.
--¡No, definitivamente no! —Exclamó Leshawna. El grito de la chica sorprendió al resto del consejo. John Steele hizo gestos de desaprobación. Kira Moriah quien era una mujer relativamente joven, ya estaba en sus tardíos treinta. Asintió con la cabeza.
--Estoy de acuerdo con Leshawna, las armas fueron lo que condenó al mundo a la aniquilación nuclear. Debemos buscar un método más pacífico, nosotros que tenemos una segunda oportunidad de hacer bien las cosas, debemos aprovechar.
Jamal se preguntaba de donde había sacado Leshawna a ese consejo. Tal como parecía todos trataban de tomar decisiones que no fueran a ninguna parte. Y a Jamal no le gustaba eso. Sweet-T era un bastardo sí, nadie podía negarlo, pero tomaba decisiones y no le interesaba los resultados, fueran buenos o malos. No tenía miedo de actuar y todos en el pueblo carecían de aquella iniciativa, dudaban de que sus decisiones fueran correctas, incluso Leshawna a quien Jamal había considerado la mujer más lista que habría conocido jamás, era incapaz de tomar una decisión.
Jamal no quería intervenir. Si lo hacía no se libraría de los asuntos de la colonia nunca más, Pero alguien tenía que hablar. Alguien tenía que ir a explorar y conseguir cualquier material funcional en el Yermo.
"No, tú no muchacho, ya estás por arriba de aquellos trabajos." Respondió la voz en su cabeza.
"¿Desde cuando eres mi jefe?" le respondió Jamal a la voz en su cabeza.
--Yo iré. —Respondió Jamal. --Yo iré con algunos hombres al Yermo, conseguiremos los materiales necesarios para poder soportar el invierno.
Jamal entonces se levantó y dejó la mesa de reuniones, sin saber como terminó todo, no es como si no les importase, pero Jamal solo quería vivir libre de la tiranía de Sweet-T cuando entonces los vio. Una camioneta de los Chacales de Sweet-T acercándose a la colonia. Jamal se acercó junto con otros hombres. Dos hombres descendieron del vehículo. Estaban fuertemente armados.
Jamal le cerró el paso a uno de ellos.
--¿Qué hacen aquí?—Preguntó Jamal en tono amenazante.
--Cachorro, después de tanto, ¿Es así como nos recibes?
Jamal los observó, podría acabar con uno de ellos, someterlo y quitarle su arma, Jamal aún tenía la condición física para hacerlo, sin embargo, no podría esquivar la ráfaga de balas que el otro chacal seguramente respondiera. Y nadie de los colonos tenía armas. Las habían encerrado en un almacén para evitar disturbios y mejorar la seguridad en el interior de la colonia. "Ese había sido un error de Leshawna"
--Vengo por orden del gobernador Sweet-T.—Dijo el hombre. –Hemos venido a "recolectar los impuestos"—Respondió el hombre.
--¿Impuestos?—Preguntó Jamal.
--Así es, La Hermandad sigue a Sweet-T, y ustedes también le sirven a él. Venimos por el pago, por permitirles labrar la tierra y recoger los frutos de esta.—Respondió el hombre.
--Sweet-T, prometió que no tendríamos que pagar hasta la primavera.—Respondió Jamal.
Tras Jamal estaba Leshawna y John y el resto del consejo. Todos comenzaron a murmurar.
--Sweet-T cambió de opinión, ahora haste a un lado o ¿habrá violencia Superestrella?—preguntó el hombre, Jamal cerró su mano en un puño, podría hacerlo, sería el momento perfecto lo golpearía con tal fuerza en la barbilla que le rompería la mandíbula. Tal vez le tumbaría un par de dientes.
--¿Qué es lo que quieren?—Preguntó Leshawna.
--La mitad de todo lo que han producido.—Respondió el otro hombre.
--Tomenlo.—respondió Leshawna.
Jamal se sorprendió al escuchar a Leshawna decir eso.
--Hazle caso Cachorro...--dijo el otro hombre que retaba a Jamal con la mirada.
--Leshawna, nos costó mucho sacar la primera cosecha, aún no hay garantía de la segunda cosecha, si le damos la mitad...
--Yo estoy acargo Jamal, no tú.—respondió Leshawna.—La mitad y no tendremos que volverlos ha ver hastas que se termine el invierno.
--Así es.—Respondió el Chacal con una sonrisa entre dientes.
Leshawna ordenó a algunos hombres y mujeres que fueran al almacen donde mantenían las cosechas y que les dieran la mitad de cada cosa y subieran todo a la van. Jamal podía sentir la impotencia de no hacer nada. Cuando la cosecha fue asegurada en el vehículo uno de los hombres se acercó a Leshawna.
--Sweet-T también dice que hay una niña blanca viviendo entre ustedes...Sweet-T la quiere.
--¡No!—Exclamó Jamal. Entonces un par de hombres agarraron a Jamal para que no hiciera nada estupido. Y Jamal lo hubiera hecho, tenía el odio correcto para hacerlo. Debía hacerlo de lo contrario...
"Dejala ir" dijo la voz en la mente de Jamal.
--¿Qué es lo que quieren con ella?
--Es una de ellos, no podemos dejar que se relacione con el resto de la hermandad, de lo contrario...
--Es solo una niña.—Respondió Leshawna.
--Por ahora es una niña, pero luego empezará a abrir las piernas y parir mestizos...Sweet-T.
--¡No!—Gritó Jamal.—No dejaré que le pongan un dedo encima a Kitty.
Leshawna miró de reojo a Jamal, en sus ojos había un aura de descepción. "No, ella ya tomó la decisión." Pensó Jamal.
--¿Qué le harán? —preguntó Leshawna.
--Nada, Sweet-T solo quiere vigilarla. Él no permitiría que le hicieran algo a ella, Sweet-T no dañaría jamás a una niña inocente. —dijo el chacal.
--Leshawna por favor...--dijo Jamal.
--Lo siento Jamal, enserio lo siento. Pero tenemos que hacer funcionar este asentamiento cueste lo que cueste.—respondió Leshawna con los ojos vidriosos. "¡No, no las lagrimas de cocodrilo, tu perra mentirosa!"
--Traigan a la niña.—respondió Leshawna.
--¡No!—exclamó Jamal. Y se logró zafar de uno de sus captores y le lanzó un puñetazo al otro.
--¡Agárrenlo! —Exclamó Leshawna. Cuatro hombres se encimaron sobre Jamal, uno de ellos tenía un arma de electrochoques y electrocutó a Jamal para someterlo, un hombre le tomó por el cuello, de entre la multitud un hombre salió con la niña rubia tomada del brazo. Jamal trató de levantarse, cuando la niña vio que Jamal había sido sometido comenzó a gritar y a llorar. Mientras se la entregaban a los dos chacales, uno de ellos la levantó del brazo.
--¡Alto la lastiman!—Exclamó Jamal, nuevamente le lanzaron una segunda descarga en la espalda. El chacal arrojó a la niña en el interior del auto. La niña miró por la ventanilla del compartimento trasero golpeando el vidrio con sus pequeñas manos.
--Nos veremos hasta la primavera entonces.—dijo el Chacal y se dirigió hacia el interior del vehículo. Luego encendió el motor y se perdió en la distancia. Leshawna caminó hacia Jamal.
--Oh...Leshawna que has hecho...--dijo Jamal, su voz estaba quebrada, por la fatiga y las descargas eléctricas.
--¡Perdoname Jamal! ¡Perdoname!—exclamó Leshawna entre sollozos. –Pero...tengo, tengo...¡que hacer que esto funcione!
--Kitty...ella es inocente y yo soy toda la familia que le queda.—Dijo Jamal debilitado.
--¡Perdoname!—exclamó Leshawna y luego se limpió las lagrimas.
--Ellos volverán...--dijo Jamal.—Mostraste sumisión a ellos y ellos se aprovecharán de eso...
--¡No! Yo no soy sumisa Jamal.—dijo Leshawna, inmediatamente su semblante cambió, dejó de llorar y comenzó a enojarse. –Espero que cuando te calmes veas que lo que hice era lo único que se podía hacer.—Leshawna entonces ordenó que dejaran a Jamal, el muchacho quedó desplomado en el suelo, incapaz de levantarse por los electrochoques. Todos reanudaron sus actividades.
No pasó mucho antes de que Jamal recuperara sus habilidades motrices. Entonces sintió que alguien puso su mano en la espalda. Jamal giró la cabeza, era Assman, el muchacho tenía su dedo índice sobre sus labios haciendo un "¡Shhh!" El muchacho ayudó a Jamal a levantarse del concreto y lo llevó hacia el estacionamiento donde tenían todos los vehículos.
--¿Qué haces?—le preguntó Jamal a Assman.
--¿Qué crees que hago? Te ayudaré a ir por la niña.—Respondió Assman. Assman abrió uno de los autos y sentó a Jamal en el asiento del pasajero frontal y luego se dio la vuelta y entró en el auto. El muchacho encendió el vehículo y lo condujo por la misma ruta que el auto de los chacales tomó.
--¿Por qué?—preguntó Jamal.
--Tienes razón, mostramos sumisión a los chacales, y eso es algo que nunca debemos hacer.—Respondió Assman.—No hay garantía de que podamos recobrar el resto de la cosecha durante el invierno. Y...me cae bien la mocosa.—dijo Assman riendo.
--Aguarda.—dijo Jamal con un tono de voz cansado.—No tenemos armas.
Assman río.
--Espera, ¿lo dices en serio?