Kim Taehyung no era alguien con quien aburrirse demasiado rápido, él era alegre y muy ocurrente. Su cabello le daba un toque más divertido a su ya bonito carácter, y su sonrisa era tan única que te hacia querer apreciarla siempre.
Talvez por eso aquel chico de cabello rubio lo había invitado a salir.
-Así que te atrajo mi seductora sonrisa.- volvió a repetir Taehyung sintiendo como aquel desconocido chico tomaba su mano.
-Así es, eres muy bonito y no pude evitar querer comprarte un helado.
-Eres muy atrevido, sabías.-
-Me lo han dicho antes.-
Taehyung recuerda cada momento con su abuela quién le hablaba de la maldad en la ciudad, en la sociedad corroída por dinero y deseos impuros, recuerda cuando le decía que debía conocer bien a las personas y nunca salir tarde en la noche. Su abuela decía que nunca era suficiente con solo una sonrisa y que debía ser precavido.
Taehyung no había aprendido mucho de su abuela.
-No me gusta la menta con chocolate.
-A mi tampoco, ¿no crees que tenemos algo en común?- la risa de aquel chico era encantadora, su forma de invitarlo a estar cómodo a su lado, su brazo alrededor de los hombros de Taehyung no era tan incómoda.
Su mamá decía que no debía perseguir a nadie, debía ser recatado y pulcro. Tenía que llenar expectativas para los maestros y conseguir siempre los primeros lugares. Debía ser alguien a quien respetar y temer. Que si quería obtener algo, solo tenía que tomarlo. Él era un Kim después de todo, por encima de él no había nadie.
-¿Entonces conoces a Kim SeokJin?
-Es un viejo amigo, de infancia diría yo.
-¡Vaya!- sonrió sorprendido.- ¿Eso quiere decir que me buscaste a mí solo por él?
-No, tú eres mucho más lindo que él.- Taehyung cruzó sus brazos divertido por la expresión de inocencia en el rostro del mayor.- Además, no sabía que eran amigos.
Su papá era mucho más relajado, le había dicho que sea el mismo. Que confíe en el buen corazón del mundo. No todo era bueno, pero tampoco todo era malo. Debía tener amigos, contactos, afecto. Tenía que estar cómodo y salir cuando ya no podía soportarlo. Nunca debía estar por debajo de alguien y siempre tenía que estar rodeado de buenas personas.
-¿Ya dije que eres lindo?- Taehyung asintió tomando otra porción de helado y pasándola a su boca cuando él chico a su lado sonreía de lado.- Pues eres lindo.
-¿No te avergüenza alagar mucho a las personas?- preguntó algo incómodo por las caricias en la cintura que recibía del chico rubio.
-Cuando digo la verdad no hay porque avergonzarse.- respondió apoyando su mejilla en el hombro de Taehyung, aún con su mano en la cintura del menor y este último con su vaso de helado en las manos.
-Pues eso es... Lindo.
Ya no sé sentía cómodo con Ken.
***
-Eres un idiota, en serio.- una carcajada fuerte y clara resonó por las paredes de la sala de ensayo.- A ver... Hazlo de nuevo, baila niño.
-Ya no...
-¡Baila, dije!- un golpe se escuchó haciendo eco entre las risas estruendosas de otro tres chico a su lado. En total eran cuatro personas rodeando un cuerpo en el suelo, cansado y con un ligero sabor a sangre en su boca.
Se levantó tambaleante en su lugar y giró apenas cayendo al suelo de nuevo.
-No puedo...- susurró recibiendo una patada en el estómago.
-Claro que no puedes, eres un inservible. ¡No sabes bailar!
-¡Hey! No en su rostro.- dijo uno de ellos tomando la mano del chico quién lo había golpeado anteriormente.
-¡¿Quieres ser el siguiente acaso!?- se levantó de un golpe encarando al chico quién elevó las manos algo temeroso.
-Claro que no, solo digo que...
-Que mejor te callas. ¡Park, baila de nuevo!¡Anda ya, gusano levántate y báilame tu solo!- Jimin respirando forzadamente se levantó con ayuda de uno de los chicos quién después lo empujó haciéndolo caer de nuevo, los cuatro chicos empezaron a reír mientras que lágrimas gruesas de impotencia caían por las mejillas rojas del menor.
-No puedo levantarme...- escupió a un lado sintiendo la sangre brotar de su labio inferior, a su lado notó su mochila y en uno de los bolsillo su celular dispuesto a ser tomado.
-¡Ah, no puedes!- el chico de antes, quién parecía el líder de aquel grupito de bribones se le acercó tomándolo del cuello de su camiseta.- Mira que bonito te ves de cerca, Park.
-Déjame en paz, Sehun.- gruñó apartando el rostro del beso en la frente que este le propinaba.
-Ah, que lindo. Piensas que tienes derecho a mandarme.- un golpe en su mejilla hizo que los labios de Jimin se sellarán ante el siguiente y el siguiente y el siguiente golpe en su rostro y estómago.
Al fin lo soltó de nuevo, al ver que este no podía soportar otro golpe antes de desmayarse, volteó a sus amigos quienes le informaban de algo que había oído fuera del salón, y mientras estos hablaban Jimin estiró su mano hacia su mochila, sacando con cautela su celular y presionando el número "uno" por un largo tiempo. La llamada automática entró en curso y simplemente lo dejó ahí escondido, esperando que la policía conteste, o a quién sea que tuviera como número de marcación rápida.
Respiró profundamente antes de levantarse de nuevo, ya de pie se apoyó en el espejo a su lado y sonrió a los cuatro chicos quienes notaron su presencia no moribunda.
-Dime de nuevo, Sehun... ¿Dónde estamos?- el nombrado lo miró entrecerrando los ojos.
-¿Que planeas, Park?- Jimin negó apoyándose en sus piernas con algo de dificultad.
-Ya estoy cansado, Sehun. ¿Por qué no simplemente me dejas ir?- miró hacia abajo con cuidado notando el tiempo que corría en la llamada, había llamado a alguien.
-Dejarte ir, dices.- una patada en su estómago lo hizo caer de golpe al suelo.- Quédate ahí imbécil, en el suelo donde perteneces.
-¡Este es mi salón de ensayo, tu no puedes entrar aquí!
-¿Quién te crees que eres, mocoso de mierda?- otro golpe en su estómago lo dejó sin aire por mucho tiempo, golpeó su puño contra el suelo mirando la pantalla del celular aún en la llamada, no sabía a quien estaba llamando pero esperaba que lo ayudarán ya porque de reojo pudo ver a los otros tres chicos acercarse.
Sintió su cuerpo ser levantado y su vista se nublo, estaba asustado y sus piernas ya no respondían, estaba sin fuerza y rogaba al cielo a alguien. Quien sea.
***
-Mickey... Ah, en serio... Deberías dormir un poco, no crees. Eres muy pequeño para ser tan enérgico.- el pequeño perro ladraba a cada momento disfrutando del paseo que le brindaba el humano malhumorado.
Yoongi caminaba por en medio del parque con la cadena del perro amarrada en su mano, pues sí, Hoseok no bromeaba cuando le había dicho que debía pasear a su perro cada semana, e incluso su hermana lo habia llevado hasta su casa en la mañana, dejándole la comida del perro y un par de indirectas sexuales antes de irse.
-Hey, no ladres. Odio los ruidos fuertes.- gruñó hacia el perro quién parecia estar enloqueciendo por un grupo de perros más alejados de ellos, Yoongi con aburrimiento caminó hacia ellos dejando al pequeño can hacerse amigo de aquellos extraños mientras el revisaba su celular.
De pronto empezó a correr, el perro jalaba la cadena fuertemente atraves del parque con mucha insistencia persiguiendo a una ardilla quién al cruzar la calle por poco ve la muerte. Respirando asustado cargo al perro en sus brazos dispuesto a largarse de una vez, con un par de insultos detrás por cruzar la calle tan descuidadamente.
5:37p.m.
Marcaba la hora en su celular, lo bloqueó y dejó en su bolsillo mientras se disponía a volver a casa con el perrito quién parecía muy contento con su caminata, mientras que las ganas de dormir del mayor parecía ir en aumento tan solamente.
Al llegar a la puerta de su departamento entró junto al cachorro en sus brazos y lo dejó en la habitación de Hoseok, con algo de comida y agua antes de ir a su propio cuarto, se tiró en la cama y antes de que pudiera dormir por completo escuchó su celular timbrar avisando una llamada entrante. Con molestia tomó el celular y contestó.
-¿Qué?- respondió bruscamente si escuchar respuesta, miró la pantalla y el nombre de Jimin se hizo visible.- ¿Jimin?, ¿Qué pasó?
Podía escuchar de lejos, era Jimin el que hablaba, su voz sonada cansada y temblorosa, pero aún así él podía escucharlo.
Sehun, ¿Quién era Sehun? De pronto un golpe seco se dejó escuchar de cerca, y un quejido de dolor seguido de otro.
-¿¡Jimin!? ¡¿Jimin, dónde estás!?- preguntó Yoongi al celular entendiendo la situación, tomó su chaqueta y salió corriendo de su casa echando llave a la puerta principal.
"Salón de ensayo" escuchó por último antes de colgar la llamada y marcarle a Hoseok.
-¡Hoseok!-
-Hola, ¿qué pasó?- respondió la otra línea.
-¿Dónde está la sala de ensayo de Jimin?- preguntó buscando un taxi en la calle.
-No creo que él esté ahí a esta hora, lo llamaron para una reunión antes del festival.
-¡¿Dónde está la sala, Hoseok!?- gritó desesperado aún sin olvidar los gruñidos de dolor del menor al teléfono segundos atrás.
-Es la tercera en el pasillo exterior. ¿Pasó algo?
-Espero que no, gracias.- colgó y como pudo apuró al chófer hasta el campus, al bajar corrió atravesando el desierto lugar hasta los salones de ensayo en el edificio de artes escénicas en donde Jimin estudiaba, corrió hacia el pasillo exterior y contando llegó a la sala tres que tenía la puerta y ventanas cerradas, incluso las cortinas.
Desde afuera se podía escuchar la canción que el menor había compuesto junto a él, tan fuerte que no se podía distinguir nada más, con impotencia tomó el pomo de la puerta y la empujó, pero estaba cerrada, miró a todos lados tomando un piedra grande del suelo.
Escuchó la música bajar de volumen cuando golpeó la cerradura con la roca, la golpeó tantas veces que está cayó al suelo rota y la puerta se abrió dejándole ver una escena que jamás podría quitarse de su mente.
Dos chicos tomaban a Jimin por los brazos, mientras que otro propinaba golpes en su estómago, uno tras otro mientras que el restante acariciaba el cabello del menor, halando su cabello a cada segundo.
-Yoongi hyung...- susurró el menor apoyándose en sus brazos apenas, cuando lo dejaron caer, mientras que los otros cuatro chicos se paraban frente a él.
-Vete si no quieres problemas, chiquillo.- advirtió uno de ellos, el que acariciaba su cabello.
-¿Qué demonios le hicieron?- gruñó acercándose pese a la amenaza del más alto en el salón.
-¿Quién te crees que eres, ah?- se acercó este mencionado hasta estar frente a frente con Yoongi.- Vate antes de que te deje peor que a ese gusano.
-Yoongi hyung, debiste pedir más ayuda.- sollozó el menor desde atrás, temiendo por la vida de el mayor también.
-¡Tú lo llamaste, imbécil!- bramó molesto otro de los chicos golpeando las piernas del menor, acción que enfureció aún más al pelinegro.
-¡Déjalo en paz, hijo de-
-Cuida tus palabras, chico.- Yoongi miró fijamente al más alto frente a él, desafiándolo, viendo cómo este se preparaba para golpearlo.
-Hijo de puta.- enfatizó cada palabra antes de apartarse hacia atrás evitando el golpe en su rostro, y con la piedra en su mano golpeó su cabeza tirándolo al suelo totalmente aturdido.
Al realizar esta acción, todos, incluido Yoongi, se sorprendieron, había olvidado la piedra que aún sostenía.
-Así es, puedo matarlos.- apuntó a los otros tres que lo miraban enfurecidos.- ¡Llamé a la policía, y si no se van ahora mismo pasarán mucho meses en la cárcel, lo juro!
-Creo que ya deberíamos irnos.- murmuró uno de ellos, quién sostenía a Sehun.
-Pero Sehun...
-¡Vámonos!- gritó el otro empujando al par, los cuatro salieron rápidamente dejando un pequeño rastro de sangre que brotaba de la herida abierta en la mejilla del pelinegro desmayado.
El mayor cerró la puerta cuando los vio irse al fin y volteó al menor está vez.
-Jiminie...- Yoongi tiró la piedra al suelo y corrió hasta el pequeño quién sollozaba cansado en su lugar.
-Gracias.
-¿Quienes eran ellos?- preguntó ayudándolo a sentarse, Jimin negó quejándose de sus heridas.
-Creo que voy a desmayarme.- cerró los ojos ante las caricias del mayor sobre su cabello.
-Te llevaré a casa.- Yoongi decidió que no era momento de preguntar nada y aún con la adrenalina corriendo por su cuerpo lo ayudo a llegar a algún taxi y llevarlo a su departamento, pues había dejado solo al cachorro.
Jimin, este chico me da miedo.
5:40p.m.
Quiero irme, pero no me deja.
5:43p.m.
Dice que me llevará a casa en su auto, no quiero subirme.
5:50p.m.
Llamada pérdida. (3)
¡Jimin, responde! Le dije que me recogerias tú.
5:52p.m.
Jin hyung no responde.
5:55p.m.
Llamada pérdida (2)
Tengo miedo. Me obligó a subir.
6:00p.m.
Jiminiiiieee!!!!!!
6:01p.m.
-¿Y mi celular, hyung?- murmuró el menor recostado sobre la cama del mayor, aún parecía dormido pero al menos hablaba lentamente.
-Lo siento, no pude cargar tu bolso también.- Jimin asintió y cerró los ojos de nuevo, ya luego lo buscaría. No tenía nada importante ahí.
***
No sé qué chingaos estoy haciendo pero está entretenido. Espero estar haciéndolo bien. :]
<3 Síganme para más zetso escrito. JAJA