El castillo de las almas ( Am...

Da sterbj

1.3M 94.4K 6.5K

El dí­a de la boda de su hermana, Nalasa es sacada a bailar por un apuesto joven desconocido. Es alto, rubio... Altro

Capitulo uno
Capitulo dos
Capitulo tres
Capitulo cuatro
Capitulo cinco
Capitulo seis
Capitulo siete
Capitulo ocho
Capitulo nueve
Capitulo diez
Capitulo once
Capitulo doce
Capitulo trece
Capitulo catorce
Capitulo quince
Capitulo dieciseis
Capitulo diecisiete
Capitulo dieciocho
Capitulo diecinueve
Capitulo veinte
Capitulo veintiuno
Capitulo veintidos
Capitulo veintitres
Capitulo veinticuatro
Capitulo veinticinco
Capitulo veintiseis
Capitulo veintisiete
Capitulo veintiocho
Capitulo veintinueve
Capitulo treinta
Capitulo treinta y uno
Capitulo treinta y dos
Capitulo treinta y tres
Capitulo treinta y cuatro
Capitulo treinta y cinco
Capitulo treinta y seis
Capitulo treinta y siete
Capitulo treinta y ocho
Capitulo treinta y nueve
Capitulo cuarenta
Capitulo cuarenta y uno
Capitulo cuarenta y dos
Capitulo cuarenta y tres
Capitulo cuarenta y cuatro
Capitulo cuarenta y cinco

Epilogo

30.7K 2.5K 346
Da sterbj

Epílogo

La celda se le caía encima.

El calor que reinaba allí era asfixiante y sentía que se ahogaba en las cuatro paredes de piedra. Se levantó del camastro y pegó la espalda en la fría piedra para haber si así conseguía que se le quitase un poco el calor. Tenía la espalda chorreante de sudor.

Se quitó la camisa y la tiró a un lado antes de pegar la espalda en la superficie dura de la pared de piedra. Suspiró algo satisfecho al notar un poco de frescor.

No sabía cuanto tiempo llevaba allí encerrado aunque le parecía una eternidad por las duras condiciones de su cautiverio. Sabía que se merecía aquel castigo, pero hacía tanto que no vislumbraba el exterior y que no veía a nadie que, en ocasiones, se sentía enloquecer.

Un súbito sonido hizo que pegase un bote y se separase de la pared. ¿Era su imaginación o había escuchado como se abría una puerta cercana?

Samael se acercó a los barrotes de su celda e intentó ver algo en la oscuridad. Al cavo de unos angustiosos minutos, apareció un tenue brillo y el sonido de pisadas. El demonio comenzó a experimentar una extraña sensación dentro de él. Se pegó más a los barrotes lleno de ansiedad y no tardó mucho en aparecer el personaje que había ido a verle.

Una expresión de asombro ensombreció el semblante ceniciento y demacrado del demonio provocado por el encierro.

Una figura femenina ataviada con un vestido veraniego rojo y una sombrilla en la mano, lo miraba seriamente.

- Hola Samel - dijo.

Él se apartó de los barrotes y se alejó hacia la penumbra de su celda donde se sentó en un rincón derrotado y abatido. Todo pensó menos aquella visita.

- ¿No me dices nada? - preguntó ella con voz monocorde.

Él apretó los dientes y se abrazó las rodillas. Nalasa soltó un suspiro.

- He venido a verte sin decirle nada a Araziel. El señor Satanás lo está entreteniendo mientras yo me he escapado para verte.

- Ya lo has hecho, puedes irte - refunfuñó Samael entre dientes y sin mirarla a la cara. Se sentía incapaz de hacerlo.

Aunque ya sabía del milagro realizado por su mejor amigo de boca de Satanás, era incapaz de borrar de su retina el cuerpo muerto de Nalasa empapado de sangre.

- Siento que estés aquí, de verdad - dijo ella con una sinceridad pasmosa -. Lo cierto es que he venido para decirte que no te guardo rencor ni odio y que siente que tu amistad con mi marido haya acabado así por culpa mía.

Samael se abrazó más fuerte y se mordió el labio. Quería que aquella tortura de tenerla allí acabase de una vez por todas. Prefería la soledad y la asfixia de su celda que la visión de ella y el sonido de su voz.

- Antes de irme quisiera preguntarte una última cosa. Esta pregunta me carcome por dentro y te rogaría que me respondieses aunque no me mirases a los ojos al hablar. - hizo una breve pausa para tomar aire -. ¿Por qué? - sollozó la joven -. ¿Por qué me odias tanto?

Samael sintió que sus sentimientos y que su dolor se desbordaban dentro de su pecho como cuando se rompe un dique y el agua del río se desborda sin control.

- Porque me haces sentir un miserable. Porque provocas en mi el amor profundo que siento por alguien a la que jamás podré hacer feliz. Te odio porque no tienes miedo de amar.

Ella le dedicó una sonrisa llena de compasión y derramó una lágrima solitaria antes de marcharse. Ya no había nada más que decirse.

La luz se fue y todo volvió a sumirse en la más profunda oscuridad. Los pasos se alejaron y Samael volvió a estar solo. De lo más profundo de su garganta brotó un aullido de dolor.

Continua a leggere

Ti piacerà anche

4.6K 367 9
Irasema Rodríguez nacida en Brasil, con un pasado que no quiere recordar, viaja para realizar la aventura de su vida, donde conocerá amigos y sobreto...
8.8K 720 4
Desde que Aiden llegó al Área, en la caja, al borde de la muerte, y sin recordar nada de si mismo, sentía constantemente que se asfixiaba. Estaba tan...
15.6K 1.4K 20
Lucifer lucha consigo mismo para poder salvar a la chica que ama, mientras que ella solo quiere que todo acabe. En medio de la tormenta que ha pasad...
1.2M 147K 199
Este es un fanfiction. El trabajo original, así como los personajes pertenecen a la autora china Meatbun Doesn't Eat Meat. Datos de la obra original ...