Un flechazo (des)organizado

By MyCherryBomb

355K 34.7K 4.7K

Merlina está completamente segura de dos cosas: La primera es que está absolutamente flechada por el jefe de... More

Presentación
Presentación #2
Personajes principales
00
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
Epílogo
Nueva historia

14

6.3K 655 58
By MyCherryBomb

Merlina.

¿Hay algo más incómodo que la menstruación? Sí, tener que explicarle a tu cliente la razón por la que su hermano estaba en tu cama. ¡Genial! Hoy tengo ambas, así que va a ser un día bastante feo.

Llego a la oficina con algo de temor. Seco mis manos con el pantalón y las paso por mi cabello antes de tocar la puerta con los nudillos. Valeria ya le avisó que llegué, pero de todos modos prefiero pedir permiso antes de entrar. Trago saliva, pensando por décima vez el discurso que le voy a hacer.

El sábado, cuando Emanuel descubrió que Andrés estaba en mi cama, no tuve tiempo de explicar nada ya que el rubio se fue volando y balbuceando ago ininteligible. Para colmo, su hermano estalló en carcajadas y no paraba de repetir "Yo sabía, yo sabía"... Jamás quiso decirme a qué se refería. Después de eso, lo único que pudimos hacer fue volver a dormir, aunque a él lo mandé al piso. Luego se fue a lo de su hermano a buscar su auto y nunca más volvió. Espero que no lo haya matado.

Vale me mira con expresión angustiada y solo le dedico una breve sonrisa. Se siente culpable de la situación, ya que prácticamente me abandonó para irse con ese colorado gallina del que no paró de hablarme durante todo el fin de semana. Obviamente que no fue su culpa, sino mía por haberme descontrolado y haber permitido que Andrés durmiera en mi cama sin siquiera conocerlo bien. Soy una irresponsable... Y menos mal que mis familiares no se enteraron porque ya estaría muerta.

—Adelante —grita esa voz ronca desde dentro del despacho. Entro con algo de duda y cierro la puerta con un ligero portazo. Sus ojos azules me escudriñan con atención y suspira—. Buen día, señorita Ortiz, ¿qué se le ofrece?

—Hola —murmuro tomando asiento y me aclaro la voz—. Yo venía a explicarle el malentendido del otro día...

—No hay que explicar nada —me interrumpe—. Es una situación bastante clara, estás con Andrés.

—Sí... Es decir, ¡no! —Me mira con expresión confundida y suelto una risita nerviosa—. Me refiero a que estoy con Andrés, pero no con su hermano, es otro... —Resoplo y niego con la cabeza, es increíble, pero me estoy metiendo en un lío tremendo.

—Estás con otro Andrés... ¿Te gustan los hombres con ese nombre? —cuestiona con tono burlón y comienza a escribir algo en una hoja. Intento leerlo, pero no alcanzo.

—No, no es un hombre. ¿Usted no tiene hermanas mujeres? —pregunto de repente sorprendida ante su expresión confundida.

—No —replica con sequedad—. De todos modos, creo que ya me di cuenta a lo que se refiere con "Andrés" —Hace comillas con los dedos—, y le pido por favor que no me informe sobre su ciclo menstrual, es incómodo y no me interesa —agrega revisando cajones.

Hago una mueca de disgusto y ruedo los ojos. Ni siquiera me está mirando al hablarme y eso me molesta mucho. Chasqueo la lengua y suspiro.

—Bien, entonces creo que ya me voy. Está más que claro que a usted no le interesa mi vida privada, por lo tanto no tengo que darle explicaciones de nada —expreso con tono firme. Alza su vista y clava sus ojos en mí, no logro descifrar lo que pasa por su mente, es como si de un momento a otro se hubiese puesto una carcasa protectora a su alrededor.

—Tiene toda la razón, señorita Ortiz, su vida privada no me interesa para nada y puede emborracharse y andar con cualquier Andrés que se le cruce, puede hacer lo que se le antoje y yo no voy a hacer nada para detenerla —comenta con seriedad. Se me hace un nudo en la garganta, está siendo bastante severo y no estoy acostumbrada a que me respondan de una manera tan fría.

—Perfecto —logro decir encaminándome a la puerta.

—Ah, otra cosa, a partir de ahora vas a trabajar con mi hermano, porque yo no tengo tiempo para ser su perrito faldero. Me imagino que ustedes se llevan bien porque él aceptó al instante, así que...

—Bien, no le robo ni un minuto más de su preciado tiempo —respondo con ironía, tratando de contener las malas palabras que amenazan con escaparse de mi boca.

—Espere, señorita Ortiz —me detiene antes de abrir. Me quedo de espaldas a él, esperando que prosiga—. En unos minutos va a venir mi hermano a arreglar con usted todo el tema del trabajo, ¿puede esperarlo en recepción? —Asiento con la cabeza, mordiéndome los labios con algo de rencor—. Bien, intente no hacer tanto barullo con su amiga. Ya se puede ir.

Salgo de la oficina con velocidad, sin siquiera despedirme. Me siento una estúpida, él tiene razón. ¿Por qué tengo que darle una explicación si claramente no le intereso? Fui una tonta al venir, aguantarme su frialdad y, para colmo, no aguanto esta horrible emoción de dolor, decepción, como si durante todo este tiempo hubiese creído que Emanuel era distinto y me estuviese dando cuenta de que no es tan bueno ni respetuoso, sino que es malo, egoísta y frío. Me dan ganas de insultarlo, pero no de odio, ¡sino porque con esa maldita seriedad me sigue pareciendo tremendamente sexy! Estoy hecha un lío.

—¿Está todo bien? —pregunta mi amiga acercándose con preocupación. Aclaro mi garganta y asiento con la cabeza.

—Sí, excelente. —Esbozo una sonrisa y hace una mueca de incredulidad, pero no dice nada, simplemente me abraza y me río con amargura—. Soy una tonta —agrego. Noto que niega con la cabeza y me abraza más fuerte.

—No, preciosa, no sos tonta —replica—. ¿Qué te dijo Emanuel? ¿Te trató mal?

—No —comento respirando hondo para calmar mi risa nerviosa—. Bueno, un poco. Vos sabés que yo soy muy sensible, sobre todo en mis días, y él me dijo que no le intereso y que no le importa nada de mi vida, fue muy frío y eso es lo que no me gustó. ¡Lo odio!

—Ay, Mer... Este Lezcano es así, es frío y no le importa nadie más que él, o al menos eso demuestra... Pero lo bueno es que esto hace que te guste cada vez menos... —Esboza una sonrisa y vuelve a posicionarse detrás de su escritorio. Yo hago una mueca pensativa.

—Más bien, creo que esto hace que me guste cada vez más... —Admito, sentándome a su lado—. ¡Soy tan masoquista!

—La verdad es que sí. ¿Cómo puede ser que te guste? ¡Es malo, egoísta y creído! ¿Qué le ves? Lo único que tiene de lindo es su cara.

—Yo no creo que sea así —contesto frotando mis ojos—. Yo pienso que él tiene una especie de capa protectora, pero que por dentro es un osito de peluche. Y es ese mismo misterio el que me mantiene enganchada a él, quiero conocerlo, quiero saber cómo es él realmente...

—Ay, amiga, estás loca. ¿Cómo planeas hacer eso?

—No sé... —Nos quedamos en silencio y de repente chasqueo los dedos—. Tu nuevo novio es su mejor amigo, ¿o no?

—¡No es mi novio! Al menos por ahora. —Suelta una risita y yo no puedo evitar seguirla—. Sí, Rama es el mejor amigo de Emanuel.

—Genial, ahí ya tenemos un punto a favor. Otro punto a favor es su hermano. Si logro llevarme bien con él, puedo intentar sacarle información.

—Recién estabas odiándolo porque te trató mal y ahora estás haciendo planes para conocerlo. Merlina, me das miedo y me da miedo de que esto se vuelva tóxico para vos... —manifiesta mi amiga con el ceño fruncido de preocupación. Hago un gesto con la mano para restarle importancia.

—Lo tengo todo bajo control, no te hagas problema. Tuve suerte de no ponerme a llorar. Vos sabés que a veces lloro por cualquier cosa, y otras veces ataco y me defiendo como una leona. Hoy me tocó ponerme a la defensiva, hubiese sido un papelón si me ponía a llorar frente a él.

—Lo sé, si nos hicimos amigas cuando te vi llorando en el recreo porque te hacían bullying por tu nombre y después no parabas de contestar a los que te trataban mal. A veces pienso que llorar te da fuerzas... —responde sonriendo.

—Creo que cuando lloro mi mente se despeja y logro ver la solución al problema.

Su teléfono comienza a sonar, así que se aleja para atender y me quedo sola, pensado en lo que acabo de decir. Siendo sincera, Emanuel realmente me gusta. Creo que él no me trata mal porque quiere, sino porque intenta alejarme por algún motivo. Puedo notarlo en sus expresiones y en su incomodidad cuando estoy cerca, ¿pero por qué? ¿Tan mal le caigo?

Apoyo mi cabeza sobre el escritorio y cierro los ojos. Hace varios días que no puedo dormir a causa de los nervios y me siento demasiado cansada. Apenas empecé a trabajar y ya quiero vacaciones.

—Hola, ¿cambiaron a la recepcionista por una chica aún más hermosa? —dice una suave voz masculina frente a mí. Sé quién es inmediatamente, así que levanto mi vista con lentitud.

—Buen día, señor Lezcano Tres —murmuro. Él sonríe ampliamente y, a pesar de que su sonrisa no es tan resplandeciente como la de Emanuel, tampoco está nada mal. Por el contrario, creo que es lo más atrayente de él.

—¿Por qué "tres"? —interroga divertido, apoyándose sobre el mostrador con total confianza.

—El uno es su padre y el dos su hermano, por lo tanto, usted es Lezcano tres.

—Ahhh... —Arquea una ceja—. Señorita Ortiz, es usted muy ingeniosa.

—Ja, ja. No, solo soy infantil. En fin, ¿vino para arreglar lo del trabajo?

—Sí... Mi hermano quería hacer una reunión. —Rueda los ojos y bufa—. Una de sus aburridas reuniones de trabajo. Espero que no lo haga tan largo, tengo cosas importantes que hacer.

—Que suerte. Mi único plan para hoy es organizar lo que tengo que hacer mañana —replico con aburrimiento. Él me observa con atención y noto que intenta ocultar una sonrisa. Eso me pone incómoda, ¿tengo algo en la cara?

—Ya volví —anuncia mi amiga apareciendo detrás de mí, con una sonrisa de oreja a oreja. No me queda duda de que habló con ese tal Ramiro alias gallina—. Buen día, señor Lezcano. Ya mismo le anuncio su llegada a Emanuel así pasan a la reunión.

Sale disparada a la oficina del rubio y cruzo una mirada con mi acompañante. Creo que ambos estamos expectantes a la reunión, ya que tengo un pequeño presentimiento de que esto no se va a tratar de negocios.

—¿Tenés miedo de lo que piense sobre nosotros? —interroga Andrés con una media sonrisa que le hace una expresión traviesa.

—Para nada —contesto intentando sonar segura. Él suelta una risotada y tira su cabeza hacia atrás para darle más énfasis.

—Ya pueden pasar —avisa mi amiga mirándome con atención.

Suspiro, me pongo de pie y sigo al muchacho antes de entrar nuevamente a la oficina de su hermano. Ojalá mi presentimiento no sea real y solo hable de trabajo.

¡Hola! Sé que me tardé en subir, pero este capítulo se me hizo imposible, no me gustaba para nada cómo quedó e intenté modificarlo, pero sinceramente sigue sin gustarme jaja espero poder subir otro la semana que viene, odio hacerlas esperar. Mis lectoras saben que siempre actualizo bastante seguido, pero con esta historia se me está haciendo difícil jaja

Gracias por leer y esperar los capítulos. Bienvenidas a las nuevas lectoras, no saben cuánto me emociona leer sus comentarios y que la historia les vaya gustando. En serio, mil gracias <3

Continue Reading

You'll Also Like

2.3K 480 39
Ser la líder de una banda no es fácil. Peor aún si nunca tuviste opción de decidir lo que realmente querias. Tomar decisiones puede ser peligroso, po...
964 92 10
La vida es una ruleta " eso siempre lo he escuchado, hoy estamos bien, mañana no ,todo cambia, son cosas que siempre han dicho. Pero a mi vida esas f...
23.2K 1.8K 26
𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘥𝘦 𝘋𝘦𝘮𝘪𝘢𝘯, 𝘦𝘭 𝘩𝘪𝘫𝘰 𝘥𝘦 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰. 𝘌𝘭 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘢𝘣𝘰𝘳𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘢 𝘴𝘶 𝘱𝘢𝘥𝘳�...
137K 5.7K 67
MI NOMBRE ES ANDALUCÍA FERRER SOY DE HERMOSILLO SONORA TENGO 19 SOY LA MAYOR DE DOS HERMANOS UNA DE 15 Y OTRO DE 12 MI MAMA ME TUVO CON SU PRIMER ES...