-¡Vamos, vamos, vamos! ¡Vamoooooos!
Me retorcí en la cama mientras escuchaba a Justin insistir en que me levantara. Abracé la almohada dejándola debajo de mí y suspiré sin ninguna intención de abrir mis ojos.
-Señorita Queen—insistió Justin en un tono más meloso. Lo sentí colocarse encima de mí con sus manos a cada lado de mi espalda. Pronto empezó a repartir besos desde mis hombros bajando hacia abajo—. Si no se levanta, la castigaré.
-Hmmm … Eso ha sonado tan Christian Grey—me reí entre dientes.
-Tontita—se burló siguiendo su camino de besos hacia mi zona lumbar—. ¿Sabes? Me encanta que duermas sólo en braguitas.
De repente sentí un pequeño mordisco en un cachete.
-¡Justin! –me incorporé enseguida.
-¡Mueve ese precioso culo, nena! –se rió.
Suspiré cuando lo vi salir de la habitación y luego miré por la ventana frente a mí, la vista era preciosa. Empecé a escuchar alguna canción procedente del piso de abajo por lo que decidí vestirme y acompañar a Justin, fuera lo que fuese que estuviera haciendo.
Me hice una coleta informal mientras me dirigía hacia nuestro equipaje.Al abrir la maleta que habíamos traído empecé a rebuscar entre toda la ropa posible. Busqué y busqué por algún pantalón corto pero ni uno. Toda la ropa disponible para mí eran vestidos y ropa interior.
-Nota para el futuro: No volver a permitir que Justin empaque mi ropa—dije para mí misma.
Finalmente me decidí por un vestido veraniego blanco con estampado de pequeñas flores celestes. Me lo puse y bajé las escaleras con rapidez haciendo ondear la falda sobre mis rodillas. En aquel momento sonaba Stay With Me de Sam Smith en la radio. Justin alzó la vista ante el sonido de mis pasos y sonrió colocando lo que manejaba sobre la isla de la cocina.
-Estás preciosa— se acercó hacía mí.
-Menos mal … Teniendo en cuenta que elegiste toda la ropa que trajimos—respondí arqueando una ceja.
-Oh, vamos—bufó cogiendo mi mano y haciéndome dar una vuelta sobre mí misma. Un instante después mi pecho estaba pegado al suyo y su respiración chocaba con mi cara—. Sabes que tengo muy buen gusto.
Tragué saliva mientras sus ojos permanecían clavados en los míos. Sus manos sostenían mi cintura mientras las mías reposaban en sus pectorales. Lentamente empezamos a balancear nuestros cuerpos al ritmo de la melodía. I want you to stay with me, cause you're all I need” tarareó Justin en mi oído. Dio un suave beso en mi oreja y se apartó con una leve sonrisa.
-¿Desayunamos, bebé? Vas a necesitar energía para todo el día—me guiñó.
-¿Bebé? –sonreí divertida.
-Si … —mordió su labio sin darse cuenta en nerviosismo—. Lo que sea—sacudió la cabeza yendo a coger una cesta de mimbre que no había visto antes.
Rodé los ojos ante su falta de práctica a la hora de utilizar nombres cariñosos. Su mirada estaba fija en terminar de preparar la cesta con cosas para el desayuno, evitando topar con mis ojos. Caminé hasta ponerme a su lado y le di un beso en la mejilla poniéndome de puntillas, tal y como sabía que a él le encantaba aunque jamás lo admitiese. Una sonrisa contenida tirando de sus labios lo confirmó.
-¿Picnic? —pregunté para romper el hielo.
-Sí, nena. Te va a encantar este lugar.
Dicho aquello cerró la cesta, tomó mi mano y dio un beso en mi frente antes de que nos encamináramos afuera.
Observé el paisaje con más luz en ese momento. El agua del lago reflejaba el sol, al otro lado, a kilómetros de nuestra posición, se veía más tierra en el horizonte. Los pájaros sobrevolaban el lugar. La hierba de distintas tonalidades de verde nos rodeaba sin límite. Altos árboles se extendían por todas partes. El paisaje no se podía definir por otra palabra que no fuera maravilloso.
Seguimos el camino al borde del agua balanceando nuestras manos unidas hasta que Justin se detuvo al lado de una orilla llena de piedras.
-Aquí—declaró.
-¿Aquí?—cuestioné sin saber el motivo de su decisión.
-Es un sitio más oculto—se encogió de hombros—. Aunque esta isla sea un sitio poco transitado siempre hay gente que viene de pesca o algo.
Asentí comprendiendo mientras veía a Justin extender una manta en el suelo justo al lado de un árbol. Se sentó con la cesta a su lado y dio unas palmaditas en el suelo incitándome a ir a su lado.
Acepté su invitación y crucé mis piernas una vez sentada. De frente teníamos el lago, cosa que me relajaba al ver el leve movimiento del agua.
De un momento a otro, la tranquilidad y el silencio se interrumpieron cuando se escuchó el sonido de mi estómago rogando por comida.
-Muero de hambre—dramaticé llevando mis manos a mi estómago.
-Hmmm … Jamás permitiría que murieras de tal manera—se rió sacando unos botellines y comida empaquetada.
-¿Es que me dejarías morir de alguna otra?—traté de fastidiarlo un poco mientras cogía un botellín de yogur líquido.
-Puede—se burló tendiéndome lo que parecía un pastel con relleno de chocolate. Él escogió otro de crema y engulló la mitad de un bocado. Volvió su vista a mí observando la ceja arqueada que le estaba dedicando—. Podría dejarte morir por mis besos.
-Oh, sí … Desde luego, ni siquiera me daría cuenta de que me faltase el aire—le seguí el rollo. Reímos juntos y pasó su brazo por mis hombros para que me acomodara en su cuerpo.
-También podría dejarte morir mientras te hago el amor—susurró rozando con sus labios mi oreja.
Una corriente recorrió cada centímetro de mi cuerpo erizando todo mi vello. La urgencia de sentirlo mío en ese mismo instante fue como una ola impactando en mi interior. Como una fiera, giré mi cuerpo y con mi mano libre tiré de su nuca hacia mí para besarlo.
Justin sonrió sobre mi boca mientras su mano acariciaba mi mejilla con suavidad, algo que no encajaba con la ferocidad que estaba aplicando para poseer mis labios.
Lo empujé hacia abajo desde su hombro y se dejó vencer cayendo con su espalda al suelo sin romper nuestro beso. Quedé encima de él con mi cuerpo recostado en el suelo a su lado. Sentí su lengua acariciar el filo de mis labios antes de entrar a juguetear con la mía. Solté lo que fuera que sujetase en la otra mano y fui a acariciar sus facciones y sus hebras de pelo rubio para deleitarme. Jamás podría cansarme de apreciar la perfección y belleza que yo encontraba en su rostro.
Justin se separó dejando su frente contra la mía, manteniendo los ojos cerrados y tomando una fuerte respiración. Lo imité recordándome a mí misma la necesidad de aire. Realmente me asfixiaría sin darme cuenta mientras Justin me besara.
-Te amo—musité.
Y como si las palabras fueran combustible, Justin cobró energías para seguir besándome. De un momento a otro se levantó tirando de mis manos para que le siguiera. Caminó entre las rocas en la costa sin desenlazar nuestro dedos unidos.
Se deshizo de sus chanclas y yo hice lo propio con mis sandalias mientras él me sostenía para que no me cayera. En cuanto quedé descalza me soltó para quitarse la camiseta y la tiró lejos para que se quedara en la zona seca. Nuestros pies ya tocaban agua filtrada entre las piedras.
Un instante después sus manos tiraron desde los bordes de mi vestido hacia arriba para sacármelo y tirarlo al mismo lugar que su camiseta. Me quedé casi desnuda.
-¿Soy yo o estás cogiendo la costumbre de ir sin sujetador? —preguntó con diversión. Me encogí de hombros mientras lo veía quitarse sus pantalones cortos y mandarlos al mismo lugar—. No es que me queje—siguió riendo.
-Cállate ya—protesté abrazándole por el cuello con una sonrisa coqueta.
Se agachó para agarrarme por los muslos. Salté y enrosqué las piernas en su cadera, entonces él se paró al borde las rocas y tiró de la goma que sostenía mi cabello en una coleta para dejármelo suelto. Una pequeña brisa sopló revolviéndolo a lo cual Justin sonrió cuando se colocó en mi boca e hice una mueca. Retiró el mechón con una mano y picoteó mis mullidos labios.
-¿Confías en mí? –preguntó.
-Como una ciega—contesté sin pensarlo.
Y entonces saltó conmigo entre sus brazos. Di un pequeño grito en el breve momento en que estuvimos en el aire y un segundo después estaba sumergida en el agua. Fue ahí cuando sentí por primera vez un beso bajo el agua, con Justin. Salimos juntos a la superficie y reí. Los brazos de Justin rodearon mi cintura sin despegar nuestros pechos desnudos. Nos movimos poco a poco hacia las rocas y se sentó en una sumergida que hacía como escalón. La mitad de nuestro cuerpo estaba sumergido desde el torso.
Quedé a horcajadas sobre Justin. Él acariciaba mis piernas con las puntas de sus dedos mientras yo retiraba mi pelo hacia atrás para que cayera por la espalda. Su boca acudió a mi clavícula y me besuqueó desde allí hacia mi cuello haciéndome soltar un jadeo.
-Daría lo que fuera por hacerte mía aquí mismo—le escuché decir con su boca contra mi pecho.
-No hace falta que des nada—respondí dispuesta a quitarme lo que restaba de ropa interior. Ambos quedamos desnudos y dejamos la ropa en otra roca.
-¿Y que hay de un condón? –preguntó acariciando mi costado provocando que me estremeciera.
-Mierda … —Se me había olvidado por completo. Me incliné ocultando mi cara en el cuello de Justin y me centré en besarlo allí mientras pensaba y contaba días mentalmente—. Podemos hacerlo.
-¿Segura? –cuestionó con un tono algo impaciente. Impaciente por mí, por tenerme.
-Sí, creo que sí. —Faltaba poco para que me viniera la regla.
-¿Crees? –sonó algo irritado.
-Qué sí—me burlé y lo callé con un beso por el que no se pudo quejar más.
Sumergí mis manos siguiendo las marcas de sus abdominales hacia su camino feliz hasta poder rodear con mis dedos su miembro. Justin gimió en mi boca dándome pie a que jugara con él. Lo acaricié despacio de arriba a abajo y viceversa, aplicando mayor o menor presión. Sentí sus manos cerrarse en mi cintura con fuerza en un acto reflejo. Contemplé sus ojos cerrados y su forma de presionar su mandíbula cuando quería contenerse hasta que dejaba de luchar contra sí mismo y entreabría sus labios de forma tentadora para dejar escapar mi nombre en un jadeo.
Una de las manos con las que él me sostenía en la cintura fue bajando para dar comienzo a mi deleite. En el momento que sentí sus dedos pasar por mi centro desatendí un poco su excitación, pero no lo solté. Su pulgar presionó mi botón de nervios al tiempo que otros dedos se introdujeron en mi interior. Me vencí hacia adelante gimiendo de placer. Justin aprovechó la nueva proximidad para dedicarse a dejar su marca en mi cuello con el poder de su boca.
-____ —susurró con su voz ronca—, voy a hacértelo suave y despacio. Sin parar. Por horas si puedo. Y no me importa una mierda quien nos pueda encontrar porque soy un cabrón con suerte al que le gusta presumir que eres mía—siseó siguiendo su camino de besos por mi pecho.
Dichas palabras hicieron que me excitara en sobremanera y con sus hábiles manos me corriera enseguida.
No tardó en tomar mis caderas y guiarlas para colocarme en la punta de su virilidad. Agaché mi cara para besarlo al tiempo que me deslizaba hacia abajo por su gran longitud. Y cumplió su promesa: fue lento, haciéndome sentir el placer y cada corriente eléctrica por toda fibra de mi cuerpo en cada empuje. Nos movimos en el mismo compás creando nuestra propia melodía.
Me di el gusto de recorrer cada centímetro de su piel siento la fortaleza de sus músculos mientras sus manos apretaban mis nalgas controlando cuanto tomaba de mí. Revolví su mojado pelo y saboreé cada gota de agua en su cara. Nuestros cuerpos se enlazaron como una enredadera, haciendo al uno parte del otro, de manera que no se sabía donde empezaba Justin y donde terminaba yo.
Me abracé a él pasando mis brazos por su espalda e hincando mis uñas en sus omóplatos cuando me sentía no poder aguantar más. Gemí su nombre en su oído cuando llegué al clímax, sin gritar, sino rindiéndome sin energías entre sus brazos. Pero Justin no paró. No, él siguió conduciendo mis caderas con facilidad para que lo siguiera tomando hasta que volví a tocar el cielo pero esta vez junto a él, haciendo que sintiera el calor de su semilla en mi interior.
* * *
Estábamos tumbados bajo el mismo árbol en el que habíamos desayunado. Justin se había quedado con sus pantalones mientras que yo, por su petición, estaba cubierta sólo por su camiseta.
Mirábamos hacia arriba y veíamos los rayos de luz traspasar las ramas del gran árbol. Causaba una visión realmente mágica. Un recuerdo de la niñez llegó a mi mente y sonreí en el acto.
-Me acabo de acordar de cuando una vez fuimos al parque y desapareciste—me reí acurrucándome en su pecho—. Jesse y Derek no se habían dado ni cuenta de que no estabas …
-No los culpo ... Nunca hacía nada ni hablaba y parecía que no estaba—se burló Justin.
-Sí, pero tu madre y la mía sí se asustaron cuando no te encontraron—respondí cerrando los ojos y haciendo memoria de aquel día.
-¿Y tú te asustaste? –preguntó divertido acariciando mi espalda de arriba a abajo.
-Nah, yo sabía que debías de estar escondido por ahí para estar alejados de todos … Como siempre—suspiré—, pero empecé a buscarte para ayudar a nuestras madres. ¿Y dónde estabas? -dije en tono de adivinanza.
-En un árbol—rió.
-Y bien alto—añadí con veneración.
-Sí, pero eso no te impidió a ti ir a por mí—empezó a juguetear con las puntas de mi pelo—. Tuve miedo de que te cayeras.
Flashback
Miré hacia arriba del gran árbol. Justin estaba a unos tres metros de altura sentado muy tranquilo en una de las gruesas ramas y apoyando la espalda contra el tronco.
-¿Qué haces ahí? –pregunté desde abajo. Empezaba a dolerme el cuello de mirar hacia él.
-Nada. Vete—respondió tan seco como siempre.
-Jope, Justin—hice un puchero cruzando mis brazos para protestar pero él no me miraba—. Pattie y mamá te están buscando.
-Diles que estoy bien aquí.
Suspiré cansada por su desinterés, sin embargo, yo no iba a rendirme tan fácilmente. Miré a ambos lados viendo que no había nadie alrededor y luego estudié el árbol. A mis once años estaba muy segura de poder escalar cosas fácilmente gracias a mis clases de gimnasia.
Así pues, empecé a trepar el árbol. Justin no se dio cuenta de ello hasta que me puse de pie en la primera rama.
-¡Estás loca! –clamó al verme.
-Sí … Dicen que todo lo malo se pega—me burlé.
-Ten cuidado—siseó sin perderme de vista y haciendo caso omiso a mi comentario—. ¿Por qué tienes que seguirme? Aquí esta lleno de bichos, ¿sabes?
Cualquier chica hubiera gritado y hubiese salido corriendo de allí de un salto. Sabía que aquello era lo que buscaba así que me limité a hacer una mueca de asco y seguí escalando.
-Eres tan testaruda—bufó.
Le dediqué una sonrisa triunfante desde la rama bajo la suya, a lo cual reaccionó rodando los ojos. Tendió su mano ofreciendo su ayuda y me quedé estática. Justin y yo nunca teníamos contacto físico, cogerle la mano iba a ser una enorme novedad.
Estiré la mía y él me cogió empezando a tirar de mí para que me sentara enfrente en la misma rama. Una vez allí siguió sin soltar su agarre en mí, lo cual me extrañó.
-No mires abajo—me advirtió. Bastó que lo dijera para que lo hiciese. La altura causaba algo de impresión teniendo en cuenta la poca seguridad que tenía en aquella rama—. Mira que eres tonta—resopló. Fruncí el ceño dirigiendo mi vista a él—. ¿Por qué has subido?
No había manera en el mundo de que le respondiera que quería estar con él de cualquier manera porque estaba loquita por él a pesar de nuestra corta edad, así que me encogí de hombros. Su mano seguía sosteniendo la mía con fuerza. No pude evitar quedarme mirando el gesto.
-No te voy a soltar—aseguró.
Me mordí el labio algo nerviosa por ello. Se preocupaba por mí a pesar de que nunca lo demostrase. Tuve ganas de abrazarlo por aquella pequeña muestra de afecto pero sabía que si hacía eso se enfadaría, Justin no era como Jesse o Derek. A ellos podía abrazarles o darles un beso en la mejilla sin tener que preocuparme por sus reacciones.
-Gracias—dije mirando hacia arriba. Él árbol tenía varios metros más y los rayos de sol se filtraban entre las hojas y las ramas—. ¿Qué hacías aquí?
-Pensar …
-¿Y siempre tienes que estar solo y desaparecer? –cuestioné con algo de fastidio.
-Tú siempre me encuentras y no me dejas estarlo—respondió. Sus ojos mieles se clavaron en los míos y pude ver que apretaba los labios conteniendo una sonrisa.
-Acostúmbrate porque siempre será así—le saqué la lengua riéndome.
Y él no pudo evitar sonreír mientras sacudía la cabeza negando.
Fin de Flashback
Justin se levantó de golpe haciendo que mi cabeza cayera al suelo. Me quejé levemente y lo escuché reírse entre dientes. Lo miré mal pero él estaba concentrado en sacar algo de la cesta de picnic.
En cuanto se hizo con un cuchillo se aproximó al árbol bajo el que estábamos y empezó a treparlo con el instrumento entre los dientes.
-¿Se puede saber que haces? –le pregunté estupefacta.
Se sentó en la primera rama consistente que encontró y cogió el cuchillo con sus manos para empezar a tallar algo. Extrañada, decidí seguirlo subiendo a su misma altura.
-Me vas a acusar de cursi pero tengo ganas de hacerlo, así que me importa una mierda—dijo con vehemencia.
Me quedé de pie en una rama más baja viendo su obra. Había dibujado un corazón algo amorfo y dentro empezó a poner nuestras iniciales.
-Aw, eres un cursi—reí.
Sin embargo más allá de causarme risa, su gesto había calado hondo en mí haciendo que mi corazón latiera con rapidez. ¿Cómo puedo tener yo un chico tan perfecto como éste? Me pregunté a mí misma en mi interior.
Justin sacudió la cabeza siguiendo mi risa y se inclinó para darme un beso. Tomó mi mano y tiró de mí hacia arriba para que quedara en la seguridad de sus brazos, tal y como me hubiera gustado estar hacía siete años.
-No te voy a soltar—repitió aquellas palabras del Justin de once años—. Jamás—agregó el chico de dieciocho que era mi novio.
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Hey, babies!! Qué tal? :) Sé que no es un capítulo muy largo peeero es que no he tenido mucho tiempo de escribir, además los capítulos melosos como estos, no sé porqué, pero me cuesta más escribirlos, soy más de acción, ya sabéis. Además, hace más de una semana que no subo y por eso quería poneros algo para que no os olvidéis de Pick Me ;)
¿Qué os ha parecido? Demasiado romántico igual. No sé, yo opino que sí pero Biebs y Queen merecen un descanso de drama. Luego va a llegar más y a tope. Ninguna va a quedar indiferente respecto a lo que llegará en unos cuantos capítulos según lo que tengo planeado.
Empiezo las clases este lunes que viene y serán por la tarde por lo que a partir de ahora supongo que publicaré o bien por las mañanas o bien de noche si es que lo hago entre semana. No os pongo un día exacto en el que publicaré, porque sinceramente, no sé a que ritmo voy a escribir. Todo depende de la inspiración que tenga y lo ocupada que esté. Eso sí, seguiré intentando publicar cada semana o no pasarme de dos. No me gusta nada la idea de dejaros colgadas.
COMENTAD EL CAPÍTULO POR FAVOR. TENGO MUCHOS GANAS DE LEEROS. En serio, me subís el ánimo. Y VOTAD, PLEASE!!
I LOVE YOU ALL SO MUCH!! ^^
Miriam, @itsBieberFanfic