Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso

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Me había acostado conteniendo las lágrimas. No quería llorar más. Me sentía totalmente cansada sólo a causa del montón de agua que había tirado por mis ojos. Caí dormida fácilmente. El agotamiento que había acumulado era extenuante, sin embargo, aquello no me impidió tener pesadillas.

A mitad de la noche me desperté asustada. Ni siquiera miré el reloj para ver que hora era. Estaba sola en mi habitación y todo estaba muy oscuro. La tenebrosidad empezó a acongojarme por lo que encendí la luz de lamparilla para sentirme un poco más segura, pero el silencio y la soledad seguían siendo inminentes.

Acabé levantándome para ir al baño a refrescarme la cara y el cuello, además de dar un par de tragos de agua para la boca seca. En los últimos días se habían repetido las escenas en mi cabeza mientras estaba inconsciente … El caso era que cuando despertaba Justin estaba a mi lado, dormido para que me acurrucara con su cuerpo, o quizá se despertaba conmigo y me apaciguaba para que nos durmiéramos los dos de nuevo.

Las cosas habían cambiado, aunque estaba segura de que no podría dormirme más sola. Pero no podía volver a Justin después de todo lo que había pasado. Ni siquiera me seguiría sintiendo cómoda durmiendo a su lado. No dejaba de pensar en mi madre …

Salí de mi cuarto y sin pensarlo mucho, acudí a alguien a quien solía recurrir en mis malos momentos hacía semanas. Como por costumbre, abrí un poco la puerta para asomar la cabeza y ver que hacía. Jesse, al percibir el movimiento alzó la cabeza de su lectura para ver quien había irrumpido en su cuarto. Sonrió amablemente ladeando los labios.

-¿Qué pasa? – susurró.

-¿Puedo quedarme contigo? – pregunté por lo bajo.

Él asintió e hizo a un lado el libro que leía para hacerme un hueco en su cama mientras iba a tumbarme a su lado. Lo miré a sus ojos mieles, los mismos que tenía Justin, sólo que no tan duros. Sus vidas habían pasado por muy diferentes caminos y en sus miradas se reflejaban las grandes diferencias entre ellos. Jesse era el chico más dulce que había. El mejor amigo que podía tener.

Una sábana lo tapaba hasta la cadera pero vi que llevaba sus pantalones cortos. No llevaba camisa. Su piel era lisa. Ni un tatuaje y pocos músculos que marcar. Jesse era lo opuesto total al trillizo que me volvía loca.

En silencio, me acomodé a su lado y lo abracé mientras nos tumbábamos en la cama.

-Es muy tarde para estar leyendo – dije en voz baja.

-No podía dormir – respondió.

-Yo tampoco – suspiré.

-Siento haberme alejado de ti, ____ – comentó enseguida. Miré hacia arriba desde su hombro y sonreí tristemente –. ¿Me perdonas?

-Claro, Jesse. De todos modos … Tú tenías razón.

-¿Lo vas a dejar? – titubeó.

-He cortado con él – contesté tragando el nudo en mi garganta.

Apreté los ojos y lo abracé. Él suspiró tranquilo y me devolvió el abrazo sin tener idea de lo que yo estaba llevando por dentro.

Había algo que me repelía de Justin – y ese algo era la pérdida de mi madre – pero todos los años que había pasado obsesionada con él, observándolo … Las cosas tan buenas que habían ocurrido desde la graduación … Hacía que doliera el alejamiento. No me podía desenamorar de la noche a la mañana. Ojalá fuera así de fácil. De todos modos, siempre hay algo que te llamaba a lo prohibido y no a lo mejor para ti. Quizá pudiera haberme enamorado de Jesse con todos nuestros años de amistad si no hubiera existido un Justin Drew Bieber. Quizá, sólo quizá.

Pick Me (Justin Bieber y Tú)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن