En todas sus misiones, incluso en sus entrenamientos Wei Ying jamás se petrificó. Ya fuese miedo o sorpresa sus actos no flaqueaban y seguían su rumbo sin problema, por esta razón y más destacaba como un guerrero nato, viendo a través de la adversidad, siguiendo un camino trazado o creando alguno más con astucia.
El quedarse quieto e indefenso no fue una reacción natural en él... Hasta ahora.
Y solamente ante Lan Zhan.
Solo la intensa mirada del segundo jade logró detener todos sus movimientos incluido el respirar. Esos ojos de color ámbar, tan profundos e inquisitivos dieron justo en el blanco, en la moralidad que no sabia que tenia y que golpeó de forma consecutiva recordándole con un golpe certero que todavía debía tener vergüenza en lo mas recóndito de su ser.
Sin hacer nada Wei Ying sintió que estaba contaminando al emperador con su toque, su sola cercanía seria capaz de mancharlo y dejar una huella imborrable en alguien quien se suponía debía quedar intacto, fuerte y puro para el bien de una nación. Con la culpa acrecentándose y las primeras reacciones de su cuerpo Wei Wuxian intentó apartarse de él, con una disculpa mental y la idea de salir deprisa no sin antes llevarse a su mascota consigo.
Pero, nada ocurrió. Sus intentos por alejarse se vieron interrumpidos por Lan Wangji al tomarlo en un agarre férreo contra su muñeca. Sin saber que pasaba por esa mente y al no poder descifrar sus pensamientos con esas expresiones estoicas la emperatriz permaneció en su sitio, esperando el siguiente movimiento de su esposo.
Pero esto tampoco ocurrió.
—Sé que soy hermoso Lan Zhan pero soy un hombre, antes estaba bien que me miraras pero ya no. Si lo sigues haciendo pensaré que te gusto demasiado —Wuxian intentó disipar el ambiente tenso y que mejor manera que molestando al emperador. Sin embargo sus intentos tuvieron un efecto contrario a lo deseado.
HanGuang-jun no dijo una sola palabra, tampoco apartó la mirada de él ni mucho menos le soltó. Estaban en un punto muerto.
—Esta bien, mirame todo lo que quieras, no te detendré pero eso no es justo para ambos
Con un nuevo nivel de cinismo y provocación terminó sentándose sobre el regazo de Lan Zhan ¡Esto en definitiva lo haría reaccionar! la vergüenza sentida segundos atrás se esfumó más rápido que la paciencia de Jiang Cheng.
—Esta alteza también tiene el derecho de verte y tocarte —Wei Ying demandó, ignoró las alarmas dentro de su cabeza junto con la culpa de estar contaminando al segundo jade y se centró en hacerlo enojar. Esperó una reacción tardía en el emperador a causa del alcohol y la obtuvo al sentir que el toque sobre su muñeca perdía fuerza hasta volverse nada.
La victoria estuvo tan cerca de él que antes de tiempo se proclamó victorioso, adelantándose de la situación alguna clase de karma combinado con mala suerte destruyó todas sus expectativas al momento de sentir una suave presión sobre sus labios.
¡Lan Zhan le besaba!
Ahora, sus alarmas no se debieron a la culpa de tocarlo indebidamente sino alejarlo de él lo más posible antes de que lo culpara de haber cometido el mismo error dos veces, con la misma persona y por el mismo medio; el alcohol. La única diferencia fue la lucidez del antiguo general y su intento desesperado de apartarse del emperador.
—¡Hombre! —Con la primera oportunidad de librarse de ese sello Wei Ying exclamó—. Lan Zhan, soy un hombre, tocame. No tengo cofre, ambos tenemos lo mismo entre las piernas, recuerdalo
La explicación fue rápida, casi desesperada pero, en cambio HanGuang-jun siguió con un rostro impasible sin dejar de apartar la mirada de él, en un desvío de pensamientos Wuxian admiró tanta perfección en un sólo hombre. ¿Cuanta lucidez se le fue en ese trago para pensar que todavía era una mujer? Sus túnicas reales no ayudaban a corroborarlo del todo y en un estado de embriaguez debió confundirse con facilidad.
Seguramente fue eso, sin duda.
—Mm.
Con una respuesta tan escuálida de la que no supo como interpretar Wuxian entró en un nuevo modo de pánico al ser acorralado contra la mesa. Cuando HanGuang-jun volviera en sí lo odiaría un poco más.
—¡Segundo hermano Lan! No seas tan brusco, ten piedad de este general, ya no somos enemigos...
—Mi esposo —Algo de lo mencionado hizo enfurecer al emperador. Aquella mirada gélida logró hacerle temblar y reorganizar sus ideas, recordaría no volver a provocar a un borracho Lan Wangji si quería conservar su vida.
Todo era más fácil en un campo de batalla.
Pero claro, ni siquiera él lo creyó. Pese a los escalofríos provocados Wei Ying seguiría con sus intentos suicidas hacia él ¡Solo se vive una vez!
La adrenalina generada fue mejor que blandir una espada o montar un caballo a todo galope.
—¿Vas a empujarme contra la mesa y terminar con tus labores de esposo? Eso es malo. No tengo una flor de loto que tomar —Su boca siguió actuando por si sola, pese a la desventaja—. A menos que a su majestad no le gusten las flores... sino los brotes de bambú
Descarado y boca floja Wei Wuxian acentuó más su habitual tono varonil, de esta forma ayudaría a romper la ilusión del segundo jade.
—No flores, no bambú. Solo Wei Ying...
De nuevo, con una respuesta que dejó mucho que desear y con más de una pregunta en la punta de su lengua Wei Ying estuvo dispuesto a hablar. Sin embargo, esa noche nada salió como lo esperado y tal como el principio del caos sus labios se encontraron con los de Lan Wangji.
La única diferencia del anterior fue que el segundo logró corresponderlo al paso de varios titubeos y una pronta rendición. Después de todo Lan Zhan le odiaría de todas formas.
En su defensa nadie podría negarse al encanto de un Lan, menos a Lan Zhan.
Lejos de lo que se esperaría de un hombre sin expresión alguna la realidad fue que guardaba demasiadas emociones dentro de si que seria difícil dejarlas entrever. Debían buscar en otros medios, en cada acto.
Justo en ese momento Wei Wuxian lo descubrió, se remontó en su primer beso robado, siguió con el segundo dentro de la primavera fría y finalizó en su boda. Lan Zhan era un hombre apasionado, capaz de quemarle con un simple toque. Se lo recordó con más ahínco en ese instante donde no le dio tregua y sus labios terminaron hinchándose por la utilidad.
La falta de oxígeno se volvió molesta, al acoplarse de inmediato a sus besos no le resultó difícil respirar, el problema fue el mismo Lan Wangji que pareció querer quitarle el aliento. Con lo poco respirado Wei Wuxian captó su propio aroma mezclado con La Sonrisa del Emperador y lo mejor, la típica fragancia a sándalo de su esposo.
Lan Wangji no creó una falsa imagen sobre una doncella. En todo momento vio al verdadero general Wei, cada beso y toque fue para el hombre, no hubo ilusión. Y solo esa noche lo aceptó.
Y solo esa noche lo olvidaría.
—Lan Zhan... ¿Te gusto? —Con la boca semi abierta y un respirar errático Wei Wuxian se enfocó en el hombre frente a él, a medio camino de tocar su rostro se detuvo, justo a tiempo para que su pequeño hijo conejo apareciera dando brincos sobre la mesa, casi lo había olvidado.
Lan Wangji no dio respuesta, pareció haber huido de su propia habitación real llevándose consigo al animal.
Naturalmente, con el gobernante de GusuLan deambulando por los pasillos del palacio a mitad de la noche creó un revuelto entre guardias ocultos y sirvientes.
Con los pasillos iluminados entre linternas portadas por cada eunuco el emperador siguió un camino fijo, nadie sabría de su estado de embriaguez, incluso el mismo eunuco principal no lo notó y solo se extrañó de su comportamiento y es que Lan Wangji permaneció con su mismo semblante digno de cualquier monarca.
Al llegar a su destino faltaban horas para que el salón utilizado para la corte de cada mañana estuviese lleno entre funcionarios y nobles con poder político, aún así HanGuang-jun entró como toda mañana y llegó al trono del dragón sentándose en el.
Ningún guardia o sirviente lo acompañó al tenerlo prohibido y solo Wei Wuxian que le siguió el paso después llegó a ver tal escena. Lo siguiente que ocurrió tampoco fue visto pero el estruendo de la voz del emperador Lan fue clara.
—Mi hijo, Lan Wang. Primer príncipe de Gusu... Mi heredero
Lan Wangji proclamó como decreto real, ante la mirada atónita de Wuxian quien lo vio sosteniendo el esponjoso conejo en lo alto como si lo mostrara ante todo hombre con poderío dentro de su reino.
Definitivamente estaba ebrio y eso mismo hizo reír a la emperatriz.
—¡Es nuestro A-Wang!
... .. ...
Tras su cómica escena y una risa mayor al ver a cada miembro del palacio arrodillarse frente a un pequeño conejo negro Wei Ying tuvo una de las mejores noches desde que llegó a GusuLan.
Durante la noche restante se ocupó de velar el dormir de Lan Wangji, se atrevió a meterse en su cama y se pegó a él cual garrapata sin tener que dar explicaciones del porqué más allá de su propio gusto, por un corto periodo de tiempo deseó que despertara solo para molestarlo una ultima vez o bien, tener un nuevo arranque de besos antes de que fueran usurpados por otra mujer. Sin embargo el sueño del emperador se alargó y la hora de su despertar estuvo cerca.
Antes de despedirse tomó como suyo uno de los accesorios habituales de su majestad, algo que le gustó de una forma simple pero que a la vez dejaba una gran impresión de Lan Zhan cada que lo portaba; su cinta.
Desde los quince años Wei Wuxian recordaba ese tipo de cinta alrededor de la frente del entonces segundo príncipe, siendo un detalle para la dinastía Lan.
Lo único puro en lo que podría utilizarlo sería en su nueva flauta de bambú.
—Wang se queda conmigo hasta que Lan Zhan haga lo suyo —Después de abandonar la habitación real entregó el animal a YuHua. Seguidamente el andar de la emperatriz fue presuroso.
Si bien su humor mejoró de forma significativa al hacer las pases con su esposo no olvidó que esa misma noche su otra mujer llegaría.
—General, Suibian le espera en el jardín de su palacio, le urge hablar con usted desde que llegó —La falsa sirvienta le informó en un tono cómplice.
—Si es urgente ¿Por qué no vino antes? No es como si Lan Zhan y este general hallamos tenido nuestra noche de bodas atrasada, de ser así no estaría de pie ¿Has visto su 'pequeño amigo'? No respondas pero te diré, no podría estar de pie por días
Las divagaciones de Wuxian tuvieron que esperar y YuHua no estuvo más agradecida antes que la vergüenza se reflejara en su rostro. Solo le dejó a solas frente al hermoso jardín del palacio del loto rojo mientras se encargaba de hacer un hogar para el "príncipe heredero".
Pese a que el sol mostró unos tenues rayos ante el amanecer el jardín no perdió belleza, brillaba con luz propia entre múltiples flores y un estanque repleto de peces multicolor.
—¿Hay algo nuevo? —Al sentarse descuidadamente cerca del estaque Wei Ying no quedó solo por más de medio minuto, Suibian apareció haciendo honor a su nuevo cargo como guardia oculta, una sombra protectora para la emperatriz.
—Descubrí dos cosas, la segunda no te gustará —Por su parte la espada se entretuvo perturbando un par de peces cercanos a la orilla.
—¿Por qué la primera no?
—Porque esa me molesta a mi —Wuxian detectó el rastro de un bufido en su espada—. Hay alguien como Sandu y yo en el palacio
—¿Otra espada? ¿De quién es?
No era un caso extraño la aparición de algún arma espiritual humanizada pero si se trataba de un caso sumamente laborioso. Aquellos que portaban un arma con conciencia propia les tomaba años y un grado de suerte generar un cuerpo físico para sus espadas y en el caso de los dos orgullos de Yunmeng esto ocurrió como ultimo recurso ante un caso extremo.
Ambos tuvieron que verter la mayor parte de su energía para crear el cuerpo de sus espadas, por esta razón el parecido con sus amos era evidente. En Yunmeng eran los únicos con este tipo de armas pero en Gusu, por su anterior enemistad nadie tenia registro de ello.
—Tiene la misma expresión de palo que el emperador, debe ser de él —El solo recuerdo le produjo escalofríos a Suibian.
—Ya tienes un nuevo amigo ¿Logró verte?
—¡Mas que eso! Me encontró asaltando el almacén. Logré escapar pero lo encontré de nuevo en la azotea, es persistente pero tiene cara de aburrido dictador ¿Lo peor? Que me quitó casi todo el licor que me robé —Esa fue la gran pérdida para el guardia oculto, perder todo con lo que con esfuerzo se robó.
Ante esa confesión Wei Ying no pudo reprenderlo, habría hecho lo mismo de estar en su lugar. Pero, ya habría tiempo de encargarse de ese nuevo amigo.
—Con lo segundo...
Volviendo a la realidad y dejando de lado sus lamentaciones la expresión de Suibian cambió dejando entrever la poca seriedad que le quedaba.
—La nueva concubina imperial, tiene varios secretos de peso que traerá al palacio
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Notas finales: No se esperaban una actualización tan pronto? Pues yo tampoco [?]
Estos últimos capítulos fueron algo flojos peeero me gusta poner calma antes de lo bueno, después de 1 o 2 capítulos más sabrán a lo que me refiero.
Que pasará con el príncipe conejo?
Qué oscuros secretos tiene la nueva concubina?
Creen que Bichen sea activo o pasivo?
Estas leyendo esto con voz de narrador de novela? [?]
( ˘ ³˘)❤
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