Capítulo 26

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En todas sus misiones, incluso en sus entrenamientos Wei Ying jamás se petrificó. Ya fuese miedo o sorpresa sus actos no flaqueaban y seguían su rumbo sin problema, por esta razón y más destacaba como un guerrero nato, viendo a través de la adversidad, siguiendo un camino trazado o creando alguno más con astucia.


El quedarse quieto e indefenso no fue una reacción natural en él... Hasta ahora.

Y solamente ante Lan Zhan.

Solo la intensa mirada del segundo jade logró detener todos sus movimientos incluido el respirar. Esos ojos de color ámbar, tan profundos e inquisitivos dieron justo en el blanco, en la moralidad que no sabia que tenia y que golpeó de forma consecutiva recordándole con un golpe certero que todavía debía tener vergüenza en lo mas recóndito de su ser. 


Sin hacer nada Wei Ying sintió que estaba contaminando al emperador con su toque, su sola cercanía seria capaz de mancharlo y dejar una huella imborrable en alguien quien se suponía debía quedar intacto, fuerte y puro para el bien de una nación. Con la culpa acrecentándose y las primeras reacciones de su cuerpo Wei Wuxian intentó apartarse de él, con una disculpa mental y la idea de salir deprisa no sin antes llevarse a su mascota consigo.





Pero, nada ocurrió. Sus intentos por alejarse se vieron interrumpidos por Lan Wangji al tomarlo en un agarre férreo contra su muñeca. Sin saber que pasaba por esa mente y al no poder descifrar sus pensamientos con esas expresiones estoicas la emperatriz permaneció en su sitio, esperando el siguiente movimiento de su esposo.


Pero esto tampoco ocurrió. 



Sé que soy hermoso Lan Zhan pero soy un hombre, antes estaba bien que me miraras pero ya no. Si lo sigues haciendo pensaré que te gusto demasiadoWuxian intentó disipar el ambiente tenso y que mejor manera que molestando al emperador. Sin embargo sus intentos tuvieron un efecto contrario a lo deseado.

HanGuang-jun no dijo una sola palabra, tampoco apartó la mirada de él ni mucho menos le soltó. Estaban en un punto muerto.


Esta bien, mirame todo lo que quieras, no te detendré pero eso no es justo para ambos




Con un nuevo nivel de cinismo y provocación terminó sentándose sobre el regazo de Lan Zhan ¡Esto en definitiva lo haría reaccionar! la vergüenza sentida segundos atrás se esfumó más rápido que la paciencia de Jiang Cheng.



Esta alteza también tiene el derecho de verte y tocarte —Wei Ying demandó, ignoró las alarmas dentro de su cabeza junto con la culpa de estar contaminando al segundo jade y se centró en hacerlo enojar. Esperó una reacción tardía en el emperador a causa del alcohol y la obtuvo al sentir que el toque sobre su muñeca perdía fuerza hasta volverse nada.

La victoria estuvo tan cerca de él que antes de tiempo se proclamó victorioso, adelantándose de la situación alguna clase de karma combinado con mala suerte destruyó todas sus expectativas al momento de sentir una suave presión sobre sus labios.


¡Lan Zhan le besaba!

Ahora, sus alarmas no se debieron a la culpa de tocarlo indebidamente sino alejarlo de él lo más posible antes de que lo culpara de haber cometido el mismo error dos veces, con la misma persona y por el mismo medio; el alcohol. La única diferencia fue la lucidez del antiguo general y su intento desesperado de apartarse del emperador.



Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Where stories live. Discover now