Capítulo 41

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Después de un momento de calma mental que si bien pronto se acumularían más preguntas por lo menos su cabeza no estuvo nublada ni guiada por otro tipo de emociones nacidas gracias a la energia resentida. Desde su despertar esta fue la primera noche en la que pudo respirar sin algún pesar, como si le hubiesen quitado una gran roca que aplastaba sus pulmones y que cegado por su rabia en vez de intentar expulsarla lejos de su cuerpo solo se aferraba a ella hasta que el crujir de sus huesos romperse se hiciera presente.




—¿Debo pedirle perdón al señor conejo? O mejor prepararle una buena comidaWuxian vio como prioridad después de asentar sus pensamientos el agravio que causó al pobre animal al lanzarlo, si los conejos quisieran volar les habrían salido alas desde siempre—. Un lo siento y una canasta de verduras bastarán


¿Qué habría pasado si HanGuang-jun no hubiera ido tras el conejo?... O si no lo alcanzó a tiempo, porque debió atraparlo antes...



Lan Zhan tuvo que atrapar ese conejo ¿Cierto? Sino sumaria una muerte más a sus espaldas y una razón más para odiarlo. Si antes salvó a uno de su flecha no siempre podría proteger a todos.


Wei Wuxian, eres un estúpido asesino de conejos.

¡Conejocida!



No le sorprendería ser visitado por el alma de ese animal, le culparía de su desgracia y en venganza lo mordería hasta dañar su alma espiritual, al morir su castigo sería reencarnar en un conejo que corriera con la misma suerte o peor, que fuese empalado y asado hasta la muerte, dulce y jugosa muerte.

¡Ah!



No todos los animales son vengativos, Wuxian esperaba que este no fuera el caso, pero para evitarse desgracias futuras juró no volver a dañar a ningún animal esponjoso ni a comerlo en esta vida y las siguientes.



Dentro del monólogo sintió un cálido manto que lo envolvió desde atrás, solo así descubrió que era una noche en especial helada, no por nada sus articulaciones comenzaron a perder sincronía.





—¿Y Lan Zhan?... No, no, olvidalo —Pensar en él en ese instante solo echaría a perder su tranquilidad.




Tras su primer intentó de levantarse cayó con un golpe sordo al suelo, sus rodillas resintieron el haber permanecido mucho tiempo en esa posición pero esto no le impidió seguir absorto. —¡¿Pero qué haré?!




Su tranquilidad fue destruida por el mismo, otra vez.





—Tu... ¡Lan Zhan! Gran emperador de Gusu, gran tonto que tiene un harén para mantener su linaje ¡O no lo sé! ¿Le gustan las bellezas exuberantes como Tiang DanFeng? ¿O su lengua venenosa? ¡Este general tiene mas fuerza en una pierna que ella en todo el cuerpo! Me niego a ser una débil flor de loto ¡Esta honorable emperatriz nació con un bambú entre las piernas!




Una mano helada le sirvió de apoyo al ponerse de pie, el tambaleo de sus pasos duró pocos metros, en la penumbra del bosque su silueta se mezcló con la noche mas un par de ojos no lo perdieron de vista a seguirle de cerca.





Esta bien, fue este general quien te propuso acoger a esa concubina, ambos salimos ganando ¿Bien? Fue por la prosperidad de Gusu y la paz entre Yunmeng... ¡¿Tenias que darme la razón?! —La idea de estrellar su frente contra un árbol fue muy tentadora—. Antes que diga una palabra no debes creerla, no confíes en este general... Si te digo que vayas a su cama solo ignorame, si quiero que tengas un heredero mandame a las mazmorras, apuñalame, lo que sea...





Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Where stories live. Discover now