Intransigente | Mo Dao Zu Shi |

Capítulo 29

Dentro de sus planes principales imaginó un gran estallido cerca de la entrada del palacio real. Gran cantidad de guardias imperiales en alerta yendo hacia el punto de la explosión y más guardias ocultos custodiando la seguridad del emperador Lan el cual tendria que dejar su lecho nupcial y ser protegido en alguna cámara secreta.

Sin embargo, nada de esto pudo efectuarse ya que al llegar al palacio de jade y antes de hacer algún movimiento grandioso junto con Sandu, Wei Ying se encontró en serios problemas tan pronto intentó evadir la primera linea de seguridad.

De alguna manera descubrieron su desaparición.

El volver a entrar por la misma ruta donde salió fue mas dificultoso de lo que imaginó, gracias a la espada de Jiang Cheng -no sin antes pasar por un proceso de regaño masivo muy similar al que le hubiese dado su hermano de crianza-, logró crear una diminuta oportunidad para volver sin ser visto del todo, por desgracia el adentrarse a su propio palacio/patio fue imposible. Sin la posibilidad de comunicarse con YuHua o YuMei estaba solo.

Escondido en un punto ciego sobre el tejado Wei Wuxian permaneció a la espera. Varios hombres debajo custodiaban cada entrada y otros más seguían sus rondines en búsqueda de la emperatriz. Gracias a sus sirvientas incluso los guardias fueron cautelosos en su búsqueda bajo la advertencia falsa de que a la emperatriz no le gustaría ver desconocidos entrando en su recinto de paz y dando la excusa de que solo estaba jugando como normalmente hacía en Yunmeng de lo contrario no serían capaces de descartar algún secuestro o peor, una traición por parte del reino al que tanto atacaron en el pasado.

Externamente Wei Ying se mostró todavía como todo un hombre común aunque sospechoso gracias a la capucha. De divisarlo ¿Qué explicación daría? Si nadie más allá de sus sirvientes y Lan Zhan sabían su secreto. 

Además, decir que era la famosa emperatriz de Gusu, la antigua matriarca YiLing seria un golpe a su imagen y uno mayor a su hombría casi extinta, sin contar el hecho de que nadie le creería y sería ejecutado al momento.

¡Todo era culpa de Sandu y sus visitas lujuriosas a burdeles!

—Wei Ying... —En un tono familiar pero no encajando del todo la emperatriz fue 'llamada' haciéndole dar un brinco involuntario sobre su sitio ¡Fue descubierto!

Sin dar la cara del todo al estar de espaldas Wuxian giró con lentitud sobre su hombro buscando al hombre quien lo llamó. Su voz tuvo casi la misma entonación que Lan Wangji pero incluso sonó aún más estoica que él. Algo que hasta ese momento no creyó posible. 

—¡Hola! ¿No es una bella noche para pasear? —A solo un paso atrás para saltar del tejado Wei Ying inspeccionó al hombre, le tomó breves segundos saber que era la misma clase de persona que Suibian y por el parecido dedujo que se trataba del arma de su flamante esposo. Alguien más que sabia de su secreto. Para cualquier otro la presencia de la espada habría significado un shock pero, teniendo a unas de las pocas armas espirituales con alma propia su presencia pasaba como otro ser humano normal... Normal pero de sumo cuidado.

—Su espada... ¿Donde está?

Hombre de pocas palabras igual que su dueño, pensó para sus adentros el general.