MARÍA
--E Nominis patri et filli et espíritu sancti—había dicho el tío Fernando, tenía dificultad para mantenerse de pie. Pero esa era una ocasión especial y por eso tenía que mantenerse erguido. Despidiendo a su hermano.
--Amén—respondieron todos los presentes.
Su hermana estaba llorando y su madre le tenía en los brazos. Ella no dijo nada. María fue entonces quien se acercó a la tumba. Y agarró el primer puñado de tierra y lo dejó caer sobre el féretro de su padre. Y miró a Cesar con esa mirada afilada que siempre le había traído problemas.
Su tía margarita y la prima Jessica estaban sin pronunciar palabra, nadie ahí estaba de humor. Incluso Fernando 2 estaba usando un traje. La situación era seria, pero no sabían que o quien lo había matado. Lo habrían encontrado muerto en un bar en la avenida principal. Cualquiera pudo haberlo matado. El crimen era más común en Casa Solariega. Las fuerzas de los Reyes se componían de hombres y mujeres de guerra y cuando no había a nadie con quien pelear peleaban entre ellos. de igual manera hicieron un juicio falso para dar cierre a este caso.
María había asistido al juicio falso la mañana anterior. El presunto culpable era un hombre alcoholizado que supuestamente confundió al padre de María con otro borracho. Y le mató ahí. Pero no había forma de que Cesar supiese que el padre de María había dejado de tomar desde hacía años. María sabía que Cesar le había matado, pero no sabía la razón aún.
Entonces sintió la suave pero consistente apretón en el hombro. Era el tío Marco Antonio que vestía sobre la cabeza ese gran sombrero de cuero, aunque usara un traje que lo acrecentaba todo. O lo habría acorriendo en el viejo mundo. En el nuevo ya no había importancia.
--Siento lo de tu padre. —Le había dicho Marco Antonio. Un olor a alcohol emanaba de su persona. Saber que un bastardo le asesinó sin más como un perro corriente. Es inaudito. Espero que Satán le tenga el castigo más cruel para él. –respondió su tío.—Si necesitas hablar puedes hablar conmigo—respondió Marco Antonio.
Cesar no se acercó a dar las condolencias a María, y ella entendía porque de estar cerca de él probablemente le mataría ahí. No desperdiciaría la primera oportunidad que tuviese para matarle.
Cuando su madre y su hermanita regresaron a su alcoba María las siguió. Entró a la alcoba y puso el cerrojo. No permitiría que alguien entrase en ese momento. Tenía que hablar por con su madre.
--Mamá, sabes lo que pasó ¿verdad? —le preguntó María.
--A que te refieres.
--Papá no fue asesinado por un borracho. No todo ese juicio fue una cobertura. El verdadero enemigo está dentro de la casa—respondió María.—Hoy lloramos a Papá pero Mañana lo vengaremos.
--¿De que estas hablando?, ¿Tú crees que alguien aquí mataría a tu padre, el hermano de Marco Antonio Reyes?
--Así es mamá. Cesar lo mató. Porque probablemente mi padre no aceptó que me casara con él.
--Hija, estás haciendo una acusación muy seria—respondió la madre de maría. —Si fuese como tú dices, si en verdad fuese así matar al hijo de tu tío marco...
--Su bastardo—respondió María.
--Mija, yo sé que estás herida, sé que amabas a tu padre. Pero a veces la mente te juega bromas, no eres capaz de aceptar lo que pasó.
--Mamá, Solo Cesar pensaría que papá todavía tomaba, el dejó de tomar años atrás. Porque residiría justo ahora. Y porque la noche que murió sería convenientemente la única noche que dejo la mansión.
--¿Pero Cesar?, Él no parece, él no es de ese tipo...el simplemente no hace nada—respondió su madre.
--Los hombres de Sergio dicen que han visto a Cesar frecuentar un burdel en la ciudad. Y pide siempre la misma prostituta, de ojos verdes—respondió María. –Ese es un comportamiento anormal en Cesar, todo cuadra. Él me quiere tanto para sí. que la única manera de saciar su inconformidad sería...
--María Basta., ¡Ya Basta!—respondió ella.--¿Qué crees que va a pasar?, ¿Qué crees que va a pasar si matas a Cesar, como crees que esto haría ver a tu tío. María si vivimos como vivimos es por tu tío. Porque le respetan. Porque le temen. Porque le consideran intocable. Esto ha hecho que a los perros allá en la ciudad tengan hambre, y vendrán por nosotros. Este es momento de unidad no de pelear contra nosotros.
--Madre, me pides que acepte algo que no puedo tolerar, me pides que haga vista ciega ante los crímenes de Cesar, no lo puedo permitir, si tu no quieres hacer nada, entonces...Solo te pido que, mañana no salgas de tu cuarto y atranques la puerta. —dijo María. Y se despidió de su madre y de su hermana. Sabía lo que tenía que hacer.
En la entrada de la mansión estaba Sergio. Su leal capitán. El hombre todavía estaba comiendo con los demás guardias cuando vio a María dirigirse hacia la ciudad. Entonces el hombre se levantó y se fue corriendo tras su dueña.
--Jefa, ¿A dónde va? —le preguntó Sergio.
--¿A dónde crees?
--¿Quiere que reúna a los hombres?
--A todos los que encuentres y llévalos al barrio sur. Diles que salimos a primera hora en la mañana.
--Está bien Jefa, pero usted, ¿a dónde va? —preguntó la mujer.
--Tengo asuntos que resolver con la gitana—respondió María. Y subió a uno de los jeep que estaban estacionados en el aparcamiento de la mansión. María condujo hasta que llegó a la furgoneta de la gitana, ella le estaba esperando sentada en una silla. De jardín fumando de su pipa.
--Señora María, le estaba esperando—respondió Fareeha. La mujer entonces corrió la puerta de la Van y las dos entraron. María cerró la van tras ella. –¿Entonces en que puedo ayudarte?
--Quiero saber cómo moriré. —dijo María.
--Disculpé, señora no oí bien, acaso ha dicho ¿qué quiere saber cómo morirá?
--Así es Fareeha, dime, como es que moriré.
--El problema es que revelada la verdad no puede ser ignorada nunca más, mi señora, está segura que está dispuesta a correr ese riesgo, y por el resto de su vida hacer una agonía.
--¡Quiero saberlo! —respondió maría.
--¿Qué le dice esa voz dentro de usted?
--Que no lo le haga caso—respondió María.
--Y no cree que sería sabio hacerle caso a esa voz.
--No esta vez—respondió María.
--Este conocimiento solo puede ser revelado a través de un sacrificio—dijo Fareeha.
--Ya le di mi sangre, y solo me dio voces que hablan en mi cabeza, quiero saber algo que importe esta vez, necesito...sé que mi destino es llegar a esa ciudad en las montañas. Ahí es donde mi destino me llama, pero necesito saber.
--Este sacrificio no es con su sangre, solo la vida puede pagar por la muerte, está dispuesta a dar ese paso. ¿Dar muerte por vida?
--¿Moriré si se la verdad?
--No—respondió Fareeha.
--Entonces sí, daré muerte de lo que sea necesario para vivir—respondió María.
--Muy bien entonces—respondió Fareeha y sacó de un cofre negro la osamenta de una cabra. Y de una de las velas comenzó a derramar la cera caliente sobre la osamenta, un olor nauseabundo inundó el interior de la van. Un olor a azufre a muerte y establo. El sonido de miles personas susurrando alrededor y la llama de las velas tintineando. Las sombras de María y Fareeha bailaban en las paredes laminadas de la van. Mientras Fareeha hablaba en un idioma extraño, su garganta sacaba voces cada vez más graves y cavernosas eran ruidos guturales. Y así como inició todo se calmó.
--Si, lo veo Señora María Cristina Reyes de la Cierva y Usted morirá el día que la cabra negra deje de balar Y el águila eclipse el sol con sus alas.
--¿Águilas, cabras?, ¿eso qué significa?
--Te pedí que me dijeras como moriré no un acertijo. No estoy aquí para jugar, esto es serio gitana.
--Y estoy hablando enserio señora María, pero esto es lo que los espíritus me dejan ver. No mas no menos. Usted pidió que le mostrase como iba a morir y ellos solo me mostraron a la cabra balar y el águila eclipsar el sol.
--No hay cabras negras y ninguna ave es lo suficientemente grande para tapar todo el sol—respondió María.
--Entonces no tiene nada que temer—respondió Fareeha.
--O tal vez solo me tomas el pelo—respondió María. —A tu única aliada de verdad. O tal vez todo lo que me dijiste sea solo una mala broma. Y me hayas mentido todo este tiempo.
--Usted tiene miedo porque no sabe si mañana morirá, el día que del golpe a Casa Solariega. Pide y duda por su madre y su hermana y porque sospecha que su padre fue asesinado por Cesar el bastardo de Marco Antonio Reyes. Está haciendo lo correcto y no morirá por eso—respondió Fareeha.
--¡Como supo todo eso!
--Es parte de su destino. Que haga todo eso, eso es lo que los espíritus me mostraron—respondió Fareeha.