Bailando sobre nieve// Miriam²

By ladelapeluca

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La estabilidad mas inestable de mi vida, en eso se convirtio miriam rodriguez. MD. More

El momento indicado
¿Nos mudamos?
Su mirada...
La mitad de mis pensamientos
El estreno
No todo se compra con dinero
Me voy
No eres estupida
No puedo enamorarme
Ni quiero, ni puedo
Solo importa el sur
Te elijo a ti
Tu parte de mi
La respuesta siempre seras tú
Vuelta a casa
¿Podemos hablar?
Una mas en su lista
Reptiles cabrones
Nyingdu-la
Mas que a mi vida..
No puedo perderla
Te mando flores
No habrá calma
Tu distancia
El principio del fin
Atando cabos

Señorita doblas...

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By ladelapeluca


Eran las 8 de la mañana cuando la malagueña se fue a la habitación de mimi, donde por supuesto estaba Ana también, para despertarlas, a aquellas dos siempre se les pegaban las sabanas, si no fuera por Mireya la mitad de las veces, no llegarían a ningún sitio

- ¡¡VENGA CHICAS ARRIBA!!- decía mientras daba unos golpes en la cama

Mimi y Ana se revolvían dentro de la cama, es que Mireya tenia verdaderas luchas para conseguir que se levantaran

- Me voy a meter en la ducha, os advierto que os quiero al menos despiertas cuando salga, y preparadas para ir a ducharos, si no me voy sola, avisadas estáis

- Que si mire- le decía Ana, aun con la cabeza escondida en el cuello de su amiga

Mireya se iba a la ducha, con la esperanza de que estas dos estuvieran levantándose cuando volviera.

- Mimi venga vamos- la canaria dejaba golpecitos en el abdomen de su amiga para despertarla- vamos mimi, venga mimi, vamos mimi, despierta mimi- los golpecitos subían de su abdomen hasta su cara. Si había algo que a Ana le encantaba era darle golpecitos por la cara a mimi mientras dormía, es que tenía un dormir tan profundo, que juro que si no fuera porque respiraba muchas veces dudarían de que seguía viva, y ella parecía una niña pequeña jugando con su nariz, con su boca, hasta que mimi se hartaba y no le quedaba otra que despertarse

- Joder banaba déjame dormir- Ana se apartaba incorporándose

- Hasta los huevos estoy de ti Miriam, hasta los huevos- mimi se reía, aun sin abrir los ojos- como me vuelvas a llamar banana te juro que cuelgo una foto tuya en pelotas por todo el edificio, a ver si aprendes

- No eres capaz, además algún día te robare el móvil para que borres esas fotos, y dejes de chantajearme- decía mimi abriendo los ojos

- Nunca, eso nunca, son mis fotos, y ya sabes que cuando estoy sola...pues me vienen bien- la canaria se reía levantándose de la cama.

Es verdad que cuando Ana y mimi se conocieron, Ana intento ligar con ella, se llevaban tan bien desde el primer momento que pensaron que aquello podía ir mas allá de la amistad, y un día de fiesta se liaron, pero en el momento en el que se besaron las dos se apartaron y se echaron a reír, entre ellas nunca podía pasar nada, estaba claro que eran muy amigas, y por eso tenían tanta confianza. Desde aquello no se volvieron a separar, al poco tiempo comenzaron a vivir juntas, junto a Mireya, y desde ahí la relación fue cada día a más, y ahora eran uña y carne, es verdad que estaban todo el día discutiendo o picándose, pero cualquiera dos habrían dado la vida por la otra, sin dudarlo ni un segundo

Mimi se levantó de la cama también, no quería escuchar otra vez a Mireya echarles la bronca porque todavía no se habían levantado, se dirigió a la cocina a servirles un vaso de zumo a las demás, y otro para ella cuando Mireya entro en la cocina

- ¿dónde está la banana?

-Ves tía, es que te lo digo siempre, al final me va a llamar todo el mundo así joder- las dos rubias se reían, Mireya sabía que lo odiaba y lo hacía por picarla

- Venga a la ducha chicas, que es tarde y aun os tenéis que duchar las dos. - decía Mireya

- ¿nos duchamos juntas así acabamos antes rubia?

- Anita que si no te llegan las fotos me lo dices, y renuevas la galería, no hace falta que pongas excusas- las tres se rieron- venga va voy a coger la ropa, las dos chicas salían de la cocina hacia la habitación

- ¡CHICAS OS RECUERDO QUE HAY TRES BAÑOS, AH Y TRES HABITACIONES!!- Gritaba Mireya desde la cocina

- LO SABEMOS- añadía la canaria alejándose

Y que sí, que aquella casa era enorme, y que habrían ahorrado el mismo tiempo si cada una se duchaba en un baño, pero es que estaban tan acostumbradas a ducharse juntas, a dormir juntas, a hacer todo juntas que se les hacía raro cambiar ciertas manías

Después de ducharse y cambiarse, las tres chicas subieron al comedor, encontrándose allí a algunos de los bailarines. Esta vez cogieron lo justo para desayunar, el haber comido tanto el día anterior, les paso factura en el ensayo y aunque habían querido contenerse en la cena, la verdad es que se habían puesto las botas, y sentían que en cualquier momento podían explotar. No todos los bailarines desayunaban juntos, porque algunos tardaban más en levantarse, en realidad el comedor estaba abierto desde las 7.00 de la mañana hasta las 00 de la noche, fueras en el momento que fueras podías comer, así que iban cuando les cuadraba

Desayunaron se despidieron de los chicos y metiéndose en el ascensor bajaron hasta la planta 1, que era donde Ricky le había dicho a Mireya que tenía su despacho.

Cualquier planta en la que parases, era lujo, es que no dejaban de sorprenderse estuvieran donde estuvieran. Petaron en la puerta del despacho de Ricky, que se levantó a abrirles y les pidió con un gesto con la mano que se sentaran en un sillón que tenía allí, mientras acababa su conversación telefónica

- No te preocupes por eso, lo tenemos todo controlado, yo cogería a dos más para el garaje, por la parte de atrás, el resto está todo más que cubierto. Vale, vale, bueno yo me encargo de buscarlos si estás muy liada. Ok, perfecto- Ricky seguía escuchando lo que la otra persona le decía por el teléfono mientras abría uno de los cajones de su despacho cogiendo unas cuantas llaves, de esas que son finitas como tarjetas - Eso tendré que hablarlo con Aitana, no he tenido tiempo todavía, pero tiene a agoney al mando, relájate todo va a salir bien. Vale ok, en cuanto lo confirme te aviso. Hasta luego- Ricky colgó el teléfono y se dirigió a las chicas

- Perdonad eh, pero es que esta mujer quiere tenerlo todo controlado al centímetro, se pone más presión de la que debería, en fin, ¿vamos?

Las tres chicas se levantaron del sillón, para salir delante de Ricky que les sostenía la puerta

- ¿qué tal dormisteis? ¿al final os quedáis aquí entonces? - las chicas asintieron- Es lo mejor, aquí vais a estar genial, la verdad es que tenemos de todo, prácticamente sin salir del edificio, y los pisos están genial, ¿o no?

- Una puta pasada- decía la granadina, a lo que Mireya le daba un pequeño golpe con el brazo, Ricky no dejaba de ser uno de los encargados, no estaba bien hablar así delante de él, pero Ricky que lo había visto se rió

- Déjala, si a mí me encanta que no tenga filtros, que soy un empleado como vosotras eh, que igual me rompen la cabeza más, pues también es verdad, pero poco más, así que conmigo total confianza chicas por favor, además nos vamos a ver mucho, así que ser vosotras mismas.

Les dejo pasar al ascensor mientras bajaban los pisos, les preguntaba qué tal los ensayos y como se iban adaptando mientras las chicas le contestaban ilusionadas. Llegaron al último piso, al menos uno y se abrió el ascensor en un pequeño pasillo que daba a una puerta, en cuanto Ricky abrió la puerta, un garaje lleno de coches, bmw, Audi, Porsche, todos los coches que había eran increíbles, en la esquina del garaje, tres furgonetas, eso sí, todos absolutamente todos los coches eran negros menos uno, uno que era blanco, con unas franjas en negro, un Audi R8. Todos los coches eran increíbles, pero aquel llamo especialmente la atención de mimi, no es que le encantaran los coches, pero es que aquello era un paraíso

- Bueno chicas elegid uno, y os doy la llave

- ¿es una broma no? - preguntaba la morena, mientras observaban los coches

- Ah claro, que no habíais venido hasta aquí todavía, ya la primera vez impresiona, podéis escoger el que queráis menos el blanco, ese es el de la leona, que lo deja aquí para cuando está en Barcelona.

- ¿la leona? - mimi se giró al escuchar ese nombre

- Si, bueno la jefa.

- ¿porque la llaman así Ricky? - preguntaba mimi acercándose a él, mientras las demás seguían montándose en cada coche, flipando de lo que estaban viendo

- Ay rubita- decía revolviéndole el pelo- esa historia es muy larga, algún día la sabréis

Joder es que el misterio que rodeaba a esta mujer no era normal, y a mimi cada vez le picaba más la curiosidad

- Este, este- Ana salía de uno de los bmw emocionada, a lo que Ricky se reía, y eligiendo la llave, se la lanzaba a la morena

- id con cuidado, que esto a poco que le pises, vuela eh - le decía a Ana, viendo lo motivada que iba, cualquiera se fiaba- Anita, no me hagas mandarte a la grúa, que tengo muchas cosas que hacer, hasta después chicas- Ricky salía por esa puerta y volvía al ascensor para volver de nuevo a su despacho

Las tres chicas se subían rápidamente al coche, poniendo música a todo volumen

- Chicas, pero no tenemos llave para abrir la puerta del garaje- les decía Ana una vez que estaban justo delante del portalón, y casi sin acabar la frase el portalón se abrió y una voz les sorprendió

- Disfruten del día- ostia ¿de dónde había salido esa voz? ¿y cómo habían sabido que tenían que abrirles?

Ana arranco, sin darle demasiada importancia, y se encaminaron hacia su piso, tenían que cruzar medio Barcelona, y Ana estaba encantada, porque aprovecharía al máximo para estrujar un poquito aquel coche, aunque llevando a Mireya en el coche no podía exprimirlo todo lo que a ella le habría gustado, porque ella siempre era el punto responsable y lo que les hacía falta es que el primer día que les prestaban un coche, les llegara una multa por exceso de velocidad, así que Ana tenía que controlarse. No tardaron nada en llegar al piso, y aparcar

- Chicas, voy a ir a los chinos de la esquina a ver si venden cajas de cartón para ir metiendo las cosas ¿vale? - les decía Mireya, y las dos chicas asentían, abriendo la puerta del portal

Subieron y en cuanto estuvieron arriba, las dos se fueron a sus habitaciones a ir metiendo, lo primero su ropa en bolsas de deporte, vaciando sus armarios, poniendo la ropa de las camas a lavar etc.

Mireya no tardo en subir con unas cuantas cajas de cartón, que aprovecharon para ir metiendo pequeñas cosas. La mañana se les paso rapidísimo, aún tenían muchas cosas que recoger, pero tenían que ir poco a poco, y la verdad estaban cansadas, así que en cuanto dio la una, recogieron las bolsas de deporte con parte de su ropa y volvieron a su trabajo

Fueron a dejarle las llaves a Ricky que les dijo que no se la devolvieran hasta que no tuvieran que utilizarlo más, que por ellos no había problema

El resto del día fue tranquilo, más comentarios sobre la jefa a los que mimi no podía dejar de dar importancia, pero que nadie le aclaraba todavía. Se habían topado unas cuantas veces con Ricky en el comedor y cada vez tenían mejor relación con él, sobre todo mimi, parecía que hubieran conectado, como si se conocieran de hace mucho tiempo.

El resto de los días, se iban a dormir pronto, iban a su piso por la mañana, seguían empaquetando todo, y volvían a trabajar, ensayaban hasta tarde y después de una ducha y una buena cena volvían a dormir, la verdad es que el ritmo de ensayos las tenía cansadas, entre despertarse temprano todos los días para ir a su piso a recoger, y el trabajo, estaban bastante agotadas, así que ni cuenta se dieron de que ya había pasado prácticamente toda la semana.

Era viernes y mimi no podía dormir, Ana ya hacía rato que dormía apoyada en ella, y Mireya seguramente llevaba horas en su quinto sueño, pero es que ella estaba inquieta y no sabía porque, no sabía ni qué hora era, pero estaba cansada de dar vueltas en la cama, así que se levantó intentando no despertar a Ana. Los sábados no trabajaban y según les había dicho agoney, iban a hacer un ensayo general en el escenario de la sala, para fijar bien las posiciones, pero hacia las 8 de la noche, y después harían otro ya el miércoles, antes de que abriera la sala.

La apertura estaba prevista para el jueves, y aunque las chicas tenían más que preparado el show, no dejaban de ensayar para que todo saliera perfecto, si algo tenia agoney es que era súper perfeccionista, y por lo que les había dicho, estaba encantado con ellas, pero suponían que Aitana les exigía que todo saliera al dedillo, por lo que habían escuchado la famosa leona, tenía que tener todo bajo control, y aunque esta parte la delegaba en Aitana, sabían de primera mano que también controlaba esto, a su modo.

Mimi salió de la habitación y se dirigió a la cocina, iba a prepararse un vaso de leche templada, para ver si así era capaz de dormir. Metió el vaso en el microondas cuando el ruido de coches le llamo la atención, la gran cristalera de la cocina daba a la calle por donde salían los coches del garaje así que se asomó a mirar a que se debía, y en cuanto bajo la vista, vio aquel coche blanco, el que Ricky les había dicho que solo usaba la leona, estaba allí parado, con el motor en marcha, cuando vio como un chico, que le parecía Ricky se bajaba del asiento del copiloto, y el coche arrancaba

A ver si ese coche solo lo utilizaba la jefa, entonces es que era ella quien lo conducía, entonces estaba aquí. Y mira es que mimi llevaba demasiado tiempo queriendo ponerle cara, y con sus investigaciones por internet no había descubierto nada, así que no dudo nada en ponerse un pantalón de chándal, calzarse sus zapatillas y salir de aquel piso cogiendo las llaves, y su tabaco antes de salir por la puerta

Cogió el ascensor y se paró en la planta baja, salió del edificio y lo bordeo, para quedar justo al lado de la puerta de aquel garaje, quizás no tardaba en volver y podía verle al menos la cara, no quería nada más.

- ¿qué haces aquí a estas horas? - la voz de Ricky la asusto

- Ostia que susto tío, casi me da algo- mimi se echaba la mano al pecho- no podía dormir, y baje a que me diera un poco el aire, y a fumar un cigarro, ¿y tú?

- Pues ya ves, haciendo algún que otro recado todavía, ¿me invitas a fumar? - mimi sacaba su cajetilla y se la tendía a Ricky- ¿si te cuento un secreto me juras que quedara entre tú y yo? - mimi se giraba para mirarlo

- Claro, sabes que puedes fiarte, te recuerdo que tenemos un contrato de confidencialidad

- No seas boba, esto no tiene nada que ver con eso, - mimi le daba una palmadita a Ricky quitándole importancia

- Vamos cuenta- le insistía la rubia

- Es solo que a veces siento que no estoy a la altura- la rubia lo miraba sorprendida- Tu no la conoces mimi, de verdad que es una tía increíble, es súper buena, pero quiere que todo, absolutamente todo salga perfecto, y bueno nosotros somos humanos y a veces nos equivocamos

- ¿pero es que es de estas locas que si algo le sale un poco mal se pone histérica?

- nono nono, o sea ella nunca me ha levantado la voz, es solo que cuando algo no sale perfecto, es ella quien viene personalmente y lo soluciona, no se supongo que el que sea tan buena gente, me hace exigirme más a mí mismo, para que ella no tenga que solucionar mis marrones

- ¿Venga Ricky, si es como decís, tiene que confiar muchísimo en ti para que estés en el puesto en el que estas, no te exijas tanto, ella se equivocara alguna vez no? - Ricky se echó a reír

- A ver, que sí, que alguna vez las cosas no le han salido como las tenía marcadas, pero es que la tía siempre tiene una solución rapidísima para todo

- mira Ricky yo no llevo aquí mucho, pero os he visto trabajar a ti y a Aitana, y de verdad que sea como sea tiene que estar contenta de teneros en su equipo, es que no paráis, no descansáis, estáis todo el día pegados al teléfono, pendientes de cualquier cosa, no sé cómo no acabáis mal de la cabeza

- Bueno en realidad no estamos demasiado bien, hazme caso, ella te lo hace fácil, de verdad, en realidad a veces tienes que ser tu quien le convenza de que puedes encargarte tú de las cosas, si no se lo carga todo a ella misma, y aunque a veces parezca que no, es humana

- Ricky, pero ¿sois amigos? ¿o sea tenéis más relación que la profesional? - Ricky sonrió

- A ver supongo que me tiene algo de cariño, estoy seguro de que, si necesitara un riñón, ella misma me lo daría, pero es que ella es así con todos. Mira, Un día vi de casualidad a su padre.

A ella no le gusta nada mezclar lo personal y lo profesional, pero tenía que ir a recogerla al aeropuerto, y su padre venía con ella, él se iba en otro coche, que ella había dispuesto para el para que se lo llevaran a una de sus casas, pero yo lo pude ver desde el coche, y en cuanto vieron el coche, ella misma le quito la maleta a su padre dándosela al chico del coche, se giró hacia él, le dio una palmada en el hombro diciéndole algo, y no sé qué más le dijo al chofer y se fue. Ni un beso, ni un abrazo, nada.

Nunca la he visto tener un gesto de cariño con nadie, y se por Aitana que con el resto de la familia también es así, es como súper fría, parece que no tuviera sentimientos, pero en el fondo es un trozo de pan. Mira no debería decirte esto, porque madre mía como salga de aquí, me estoy jugando mucho mimi

- Nada de lo que me cuentes va a salir de aquí Ricky, de verdad

- Aitana y yo un día nos quedamos hasta tarde trabajando teníamos muchos papeles que entregar, unos informes importantes, en fin, trabajo, era tarde entonces pedimos que nos subieran algo de cenar y unas cervezas para hacernos el trabajo más ameno, y la verdad es que acabamos el trabajo, pero estábamos tan a gusto que decidimos bajar hasta el piso de Aitana y tomarnos algo más. Hasta ese día yo pensaba que Aitana era como yo, una empleada que se desvivía por Miriam, a veces para mí de forma exagerada pero ese día lo entendí. Después de unas cuantas copas, Aitana, que no bebe nunca, ya estaba muy borracha, y se le soltó la lengua. Me conto que su madre la había tenido de forma accidental, que cuando ella nació, su madre estaba muy enganchada a las drogas, y en cuestión de meses, asuntos sociales le quito su custodia, por lo que se pasó sus primeros años de vida en orfanatos. Su padre no se sabía quién era, y sus abuelos ni siquiera sabían de su existencia por lo que les daba totalmente igual su vida.

Imagínate con apenas meses de vida, estas absolutamente solo en la vida. Bueno el caso es que cuando tenía cinco años, una familia la adopto, una familia de Galicia, no tardó mucho en adaptarse a aquella casa, no eran millonarios, pero tenían una casa lo bastante grande en un pueblo, y la trataban genial, le daban el cariño que ella nunca había tenido, y eso para ella obviamente era indispensable. Los señores que la adoptaron tenían otros dos hijos, el mayor que se llama Efrén y la pequeña Miriam- mimi la interrumpió

- mira como yo- Ricky se rio

- Bueno el caso es que Aitana se pasó allí los primeros años de su vida, sin conocer a aquellos chicos. Según los padres, los dos hermanos estaban en otro país estudiando, para poder ser algo en la vida, es verdad que el padre les exigía muchísimo, en cuanto a estudios, pero era una persona maravillosa, por lo que me conto Aitana. Cuando Aitana cumplió 10 años, Efrén volvió a casa, tenía pues- Ricky se puso a contar con los dedos- 18 años, si Efrén tenía ya los 18 y entonces ya era "libre" para estudiar lo que quisiera. Venía a pasar un año, porque el siguiente había decidió irse a estudiar empresariales a Madrid, y después hacer un master en Londres, pero necesitaba descansar, tanto tiempo fuera de casa era muy duro. Mientras Efrén estuvo en casa, se encariño muchísimo de Aitana, él y Miriam se querían muchísimo, pero habían pasado mucho tiempo separados, y eso que los primeros años estudiaban en el mismo colegio, pero por la diferencia de edad, habían tenido que separarse.

Y pasar tiempo con Aitana, pues supongo que a Efrén le dio la vida. Eran uña y carne. Cuando paso el año, y Efrén tenía que marcharse le pidió llevarse a Aitana, ellos ya habían pensado mandarla a un internado a estudiar fuera igual que sus hermanos, pero Aitana que lo había pasado muy mal en los orfanatos, no le hacía gracia la idea. Así que después de mucho discutir dejaron que Aitana se fuera con él a Madrid, la matricularon en una de las mejores escuelas, y mientras estudiaban Efrén se ocupaba de ella, solo salía del colegio para dormir con su hermano, así que eso le daba tiempo a él a seguir con sus estudios

Los años pasaron y cuando Efrén se mudó a Londres, dos años después, Aitana se tuvo que quedar acabando sus estudios, pero para aquel entonces Aitana que ya había hecho amigos en la escuela, decidió quedarse allí, interna al menos los cuatro años que le quedaban para acabar sus estudios. Cuando tenía vacaciones iba a ver a sus padres, y a Efrén, pero es que habían pasado todos esos años y no conocía a Miriam todavía.

- ¿pero los padres no veían a Miriam tampoco? Vaya padres, con lo mona que tenía que ser con ese nombre- Ricky se rio

- Déjame acabar maricona- mimi se rio y se calló- Claro que los padres la veían, pero eran ellos quienes viajaban cuando tenían tiempo. Cuando pasaron los cuatro años a Efrén le quedaba un año de master y Aitana tenía que decidir qué carrera elegir, y como sus padres tenían un par de empresas, eso y que idolatraba a su hermano, decidió elegir empresariales igual que él, así que se quedaría en Madrid estudiando, y después haría el master que había hecho Efrén si las cosas salían bien.

Empezó la carrera y Efrén volvió a Madrid en cuanto acabó el master instalándose de nuevo con su hermana, tenía que hacer prácticas y no quería que fuera en la empresa de sus padres, así que las iba a hacer en una importante empresa de Madrid, bueno lo importante que me estoy liando, Miriam por fin había acabado sus estudios y volvía a casa, la tía era la mejor de su promoción, tenía a todo el mundo loco, había hecho algunas propuestas de negocio impresionantes, y más de una empresa le tenía el ojo encima, era una oportunidad de oro tenerla en su equipo, pero ella tenía claro que iba a tener sus propias empresas, que ganaría dinero pero para ella misma y para su familia.

Bueno el caso es que Miriam volvió, pero directamente a Galicia, sí que es verdad que viajo a Madrid y vio a Efrén, pero creo que Aitana estaba de viaje con unas compañeras en ese momento, el caso es que habían pasado años y estas dos no se conocían. Bueno ahora que Miriam estaba en España, empezó a desarrollar sus ideas, se metió en la empresa de sus padres y en cuestión de meses, los beneficios se triplicaron, y la abalaron para que pudiera desarrollar las ideas que tenían. Efrén se puso a trabajar con ella en cuanto acabó el master, porque a ella le hacía falta ayuda, y sin duda su hermano, sabía lo que hacía.

- ¿pero estando aquí seguían sin conocerse? - interrumpía mimi- esto es como una película tío

- Vale, tranqui y baja la voz, como nos oiga alguien en serio que me matan- mimi asintió- es que no había pasado ni un año y Miriam ya tenía dos empresas, todavía pequeñas a su nombre, y no paraba de viajar, Barcelona, Madrid, valencia, en fin...llegaron las navidades y Aitana la verdad estaba emocionada, todos viajarían de nuevo a casa para pasarlas allí, la verdad es que hacía muchos años que no podían coincidir, pero por fin podían conocerse. Llego la nochebuena y Aitana emocionada corrió a abrir la puerta cuando timbraron, vio a Efrén, y cuando vio a Miriam, se tiró a abrazarla, claro la pobre no sabía cómo era Miriam, que se quedó totalmente fría, Aitana se apartó y Miriam le dejo dos besos. A los demás no les extrañaba porque conocían lo cuadriculada que era, pero claro a la pobre Aitana si-

- Espera espera, que creo que estoy descubriendo quien es esa Miriam, no me jodas Ricky ¿se llama Miriam? - Ricky asintió y se rio- madre mía lo que me faltaba ya, venga sigue que necesito saber cómo acaba

- Si me dejas acabo, el caso es que después de ese encontronazo, tuvieron que empezar a pasar más tiempo juntas Aitana tenia trabajos que hacer, alguna practica que otra, y obviamente las hacía en la empresa de su hermana que se había instalado definitivamente en Madrid de aquella, empezaron a compartir tiempo, y bueno supongo que la relación cada vez fue a más. El caso es que la Aitana que conoces ahora, es la hermana adoptiva de tu jefa, si si, a ver ella sabe perfectamente que en el trabajo no son más que jefa y empleada, pero he de decir que creo que Aitana es su debilidad, tenías que ver como se preocupa por ella, y porque no le falte de nada. Pero es que lo mismo hace Aitana con ella, no quiere que tenga que preocuparse por nada, quiere tenerlo todo perfecto para que su hermana este orgullosa de ella, por eso Aitana se queda aquí y no se va a Madrid con ella, para tener todo controlado.

- Ostia Ricky, pero es que esto es un bombazo

- mimi por favor, ni una palabra, no lo sabe nadie, más que yo y porque Aitana me conto todo esto colocada. De hecho, cuando viene Efrén, que el sí que es súper cariñoso, y por cierto está buenísimo- mimi se echó a reír, poniéndole ojitos al mallorquín- tienen que limitar esas muestras exageradas de cariño a cuando no hay más gente delante, aunque como Efrén es así con todos, pues nadie sospecha nada, pero vaya que sí, que son hermanas

- Pero esa tía es un poco estúpida ¿no? -

- No lo es, simplemente ha tenido una infancia complicada mimi, estuvo lejos de su familia tirando ella sola con sus problemas prácticamente toda su infancia en países de los que no conocía ni el idioma, tuvo que madurar muy rápido y bueno ahora simplemente es muy recta, pero no es estúpida de verdad- el sonido de un motor hizo que Ricky le tapara la boca a mimi que iba a hablar- ostia es ella, que rápido ha vuelto, venga vámonos para dentro

- Ricky no tío, quiero verle la cara-

- Haz lo que quieras, pero no vas a ver nada, los cristales están tintados, y a la quinta planta no tienes acceso, yo me voy antes de que me vea y me riña por no haberme ido a dormir. Buenas noches rubia- dejo un beso en la cabeza de la granadina - y ni una palabra de todo esto por favor

- Duerme tranquilo Ricky, que de esta boca no sale una palabra, pero me debes unas cervezas por escucharte

- Cuando quieras rubia- decía el chico mientras entraba dentro del edificio.

En cuanto el entro, vio como el coche giraba la esquina de la calle, la verdad es que el motor de esa máquina se escuchaba a varias manzanas, mimi se puso de pie, quería verle la cara, y estaba dispuesta a intentarlo al menos, se quedó allí apoyada al lado de la puerta de entrada al garaje, fumándose un cigarro. El coche llego hasta la puerta del garaje y mientras la puerta se abría, la ventanilla del coche se bajó, tan solo unos centímetros lo justo para que mimi no pudiera verle la cara, pero si ver un poco de pelo rubio, súper rizado

- Debería dejar de fumar señorita doblas, no es bueno para la salud.

Y antes de que pudiera replicarle, el coche entro a toda velocidad en el garaje, y mimi que no entendía como la había reconocido, si ella no sabía ni como era su cara, corrió dentro del edificio para intentar cruzársela al menos en el ascensor, pero no le dio tiempo, en cuanto llego a la puerta del ascensor, vio como este subía a la 5 planta, y después volvía de nuevo hacia abajo.

Lo volvería a intentar por la mañana, se subió en el ascensor y volvió de nuevo a su piso, se quitó la ropa y después de intentar investigar de nuevo algo en internet esta vez con algo de información no llego a nada claro, no sabía ni sus apellidos, solo un nombre y un apodo. Así que volvió a su cama, tenía que descansar, al día siguiente acabarían de recoger lo que les quedaba en casa, y Ricky les ayudaría a ir trayendo algunas cajas. Se metió en su cama, se abrazó a su amiga, que en cuanto la noto, se acurruco en ella, y dándole vueltas a la cabeza se quedó dormida

La mañana llego, y Mireya que siempre se despertaba temprano, se acercó a la habitación de las chicas, pero prefirió no despertarlas todavía, eran cerca de las 7 y al fin y al cabo era sábado, podían ir más tarde al piso, por eso se sorprendió de ver a mimi en la cocina tomándose un zumo

- ¿qué haces tú despierta? ¿has dormido, o estas de reenganche? -decía la malagueña al entrar en la cocina, sorprendida

- no seas boba, claro que dormí, no mucho la verdad, pero tengo que hacer unas cosas, antes de irnos

- Pues ya deben ser importantes las cosas, creo que no recuerdo haberme cruzado tan temprano contigo desde que te conozco vaya-Mireya le sonrió, robándole el zumo de la mano para darle un sorbo- ¿vamos al comedor a desayunar?

- Jo mire, me encantaría, pero mira ya sé que vamos a hacer, voy a bajar un momento, a coger tabaco, y en cuanto suba te digo si me da tiempo a desayunar - mimi dejaba un beso en la cabeza de su amiga, y salía corriendo

- Muy misteriosa estas tú, ten cuidado con lo que haces Miriam no la jodas eh, avisada estas

- QUE SIII- gritaba la granadina saliendo por la puerta

A ver Ricky había dicho que siempre que estaba en Barcelona utilizaba el coche blanco, que solo ella lo utilizaba, si el coche estaba en el garaje era porque Miriam todavía no se había ido, o eso o que se había vuelto a Madrid, a Galicia, o a donde quiera que estuviera cuando no estaba allí.

Así que se subió al ascensor y pulso el botón del garaje, suspiro al ver que el coche no estaba allí, pues sí que madrugaba la leona esta, al menos en algún momento tendría que volver para dejar allí el coche, así que estaría atenta, a ver si veía a Ricky y le sacaba algo de información. Subió decepcionada y entro en el piso

- Mire, que sí que voy a desayunar contigo, ¿estas ya preparada?

- sí, sí, venga vámonos- Mireya salía al paso de su amiga

- ¿despertamos a Ana? - preguntaba la granadina

- Déjala, es sábado, que duerma un poco, es temprano mimi, pero claro tu no estas acostumbrada

Las dos chicas subieron a desayunar, cruzándose con rafa y araron que eran los unicos que estaban despiertos a esas horas, y se sentaron a desayunar con ellos, mimi no dejaba de mirar si veía a Ricky, pero nada, si no lo veía ahora, lo veria después, como fuera.

Desayunaron entre risas, y comentarios sobre los bailes y el ensayo que tenían por la tarde en la sala, estaban nerviosos, por el estreno, pero tenían el baile más que ensayado, y todo iba a salir perfecto. Acabaron de desayunar y bajaron para volver al piso, mimi decidió bajar hasta el despacho de Ricky, quería contarle lo que le había pasado ayer, y sacar algo más de él. Mireya mientras iba a despertar a Ana, para que se duchara y pudieran ir todas al piso.

Nada, Ricky no estaba en su oficina, busco por el resto del edificio, pero ni rastro de él, tampoco tenía muy claro cuál era su piso y la verdad no se atrevía a molestarlo, era temprano, hablaría con el después, seguro que estaba después del ensayo, y quizás la leona también se quedaría a ver el ensayo.

Así que volvió a su piso, a ver si las chicas ya habían acabado

- Chicas, ya estoy aquí- decía mientras dejaba las llaves en la entrada

- Que hija de puta mimi, que callado te lo tenías- mimi ponía una mueca de sorpresa

- Buenos días a ti también banana, ¿se puede saber de qué coño me hablas?

- Ah no mi niña, coño el que te estas comiendo tú y no nos lo contaste- le reprochaba la morena

- Anita, no seas pesada, que no todas somos como tú, no nos tiramos todo lo que tiene dos piernas- añadía la malagueña acercándose a mimi con algo en la mano

- Bueno también me tiro cosas que tienen tres piernas- se alejaba la morena indignada por la sala

- Toma, esto estaba en la puerta cuando llegue del desayuno, es para ti- Mireya le entrego un pequeño paquete

- ¿para mí? - mimi estaba tan sorprendida como ellas, o más incluso, el paquete traía una pequeña tarjeta con su nombre, y antes de abrirlo, leyó la tarjeta

<< Espero que al menos te sirvan de ayuda, alguien tan bonito no debería tener vicios tan feos >>

Ni firma ni nada, tan solo eso, se apresuró a abrir el paquete, una caja de chicles de nicotina, entonces creyó entender todo, tenía que haber sido ella, ¿quién si no? ¿la persona cuadriculada, fría con todo el mundo se había preocupado de dejarle un regalo en su puerta? Ahí había algo raro, tenía que haberlo, se quedó demasiado tiempo pensando, pero las chicas la sacaron de su pensamiento

- Espabila mimi, ¿de quién es? - le decía Mireya

- ¿chicles de nicotina en serio? Que regalo más cutre tía, - le decía quitándole los chicles de la mano- la próxima vez tírate a alguien con más pasta, que tu vales más que esto

- No, no se de quien son, seguramente cualquier compañero que ha querido hacerme la gracia, no me estoy tirando a nadie Anita, - Mireya la miraba confusa- de verdad mire, si me estuviera tirando a alguien os lo diría joder.

- vale vale no te alteres, es raro, admítelo- decía Mireya mientras volvía a la sala con Ana detrás- venga va, vámonos que se nos va a hacer tarde

Las chicas recogían sus cosas, y salían de nuevo hacia su piso, a recoger unas cuantas cosas, pero en cuanto bajaron a por el coche, en el garaje, Miriam había vuelto porque su coche estaba allí de nuevo, ahora no podía dejar tirada a sus amigas así que decidió irse, después encontraría a Ricky costara lo que le costara y le sonsacaría información, aunque le costara la vida misma.

La verdad era que el domingo tenían pensado ir con los chicos a recoger ya las cajas, e instalarse definitivamente en el que era su nuevo apartamento, así que hoy tenían que dejar todo listo para que cuando llegaran los chicos, no quedase nada por empaquetar. Después de gran parte de la mañana recogiendo, empaquetando, tirando, estaban realmente cansadas, así que como ya era prácticamente hora de comer decidieron darse un descanso. Las tres estaban nostálgicas, en ese piso habían pasado tantas cosas, tantas noches de confesiones, de risas, de películas, noches de llantos, de discusiones, de cariño.

Es que aquellas paredes lo sabían todo sobre ellas, y ellas no podían evitar sentir que allí se quedaba un trocito de ellas, que sí, que ahora Vivian en un palacio comparado con eso, pero que no todo era el lujo, desde luego aquello era todo lo que conocían como hogar, y no podían evitar que les diera algo de miedo salir de lo que había sido su refugio, no podían evitar sentir que abandonaban un trocito de ellas en esa casa

- Banana te toca llamar a ti, que siempre te escaqueas- Ana bufaba, es que por mucho que le repitiera que no le gustaba ese nombre, estaba claro que mimi disfrutaba llamándola así.

- Tengo las manos ocupadas, llama tu mimi porfa, a la próxima llamo yo, lo juro- gritaba Ana desde la habitación

- NO, ni una más te paso, llamas tu o te quedas sin comer

- Mimi...- la canaria usaba ese tono siempre que quería obtener algo de su amiga, y normalmente le funcionaba, depende del humor de la rubia, aunque claro, Ana siempre tenía algún arma para obtener lo que quisiera de ella.

- Yo juro que tendré 90 años y seguiré sin entender como coño os he aguantado tanto tiempo- la malagueña entraba en la cocina, quitándole el móvil a mimi de las manos- ya llamo yo ¿qué os apetece?

Mimi dejo un beso en la cabeza de su amiga, Mireya siempre era una especia de pilar entre aquellas dos locas, seguramente si no la hubieran tenido a ellas, no habrían aguantado tanto tiempo en Barcelona, y no por ellas, porque ellas donde hubieran acabado lo habrían hecho juntas eso seguro, pero ninguna de las dos era Mireya, ella era la calma cuando se les iba la mano discutiendo, era el hombro de una y de otra. Era la de los consejos serios, la que sabía cuál era siempre la forma correcta de actuar, era su pepito grillo, el de las dos, y eso era algo que a las dos les hacía bastante falta.

Y una vez más tuvo que mediar entre la que quería pizza, y la que le apetecía comer sushi, eran tan distintas y se parecían tanto, que a veces, llegaban a ser adorables. Así que después de jugárselo a cara o cruz, la rubia se salió con la suya y las pizzas no tardaron en llegar.

Un mantel viejo, en aquella mesa, que tantas conversaciones a la hora de comer había escuchado, dos cajas de pizza encima, y tres latas de refresco. Ana levanto su lata.

- Por los años que dejamos atrás, porque la vida nos dé un respiro y sobre todo porque pase lo que pase y donde pase, siempre estemos juntas. Chicas sé que siempre estamos de broma, pero siento tener que ponerme intensita para esto, porque me da pena, sé que el cambio es a mejor, pero me da pena irme de aquí- Ana empezaba a emocionarse, cuando mimi la interrumpió

- Banana, banana, espera

- Joder mimi tía es que todos los putos momentos me los jodes, ¡¡¡¡¡ES MI MOMENTO!!- Mireya no podía dejar de reírse mientras mimi saltaba de la mesa a rebuscar en sus cajas, después de un par de intentos, saco una especie de estuchito, era como un neceser pequeño

- Listo, ahora sí que podemos brindar- se acercó a la mesa bajo la mirada de las otras dos chicas, abrió el neceser y de él fue sacando una a una aquellas botellitas pequeñitas de ginebra, de ron, de whiskey, debían ser unas 10 botellitas

- Que callado te lo tenías rubia, ¿y esto?

- Una chica que conocí que era algo así como promotora de cosas de estas, no me acuerdo- mimi sonreía recordando a aquella chica, porque, aunque se hiciera la loca sabía quién era las demás también lo sabían, porque tan solo una noche les había servido para muchas risas después

- SUELTALOOOO SUELTALOOOO- Las otras dos chicas empezaron a cantar a la vez y las tres comenzaron a reírse a carcajadas

- Tía- Ana intentaba respirar entre risas- porque te conozco si no hubiera pensado que tenías a esa tía ahí forzada.

- Pues imagínate mi cara, es que era un cuadro esa tía, estaba muy buena, pero vaya una y no más, es que la solté, joder imagínate que te pasa a ti, estas con una tía y cuando se está corriendo te grita que la sueltes-las otras dos chicas lloraban de la risa, pero es que mimi ahora intentaba explicarles que sí que ahora se reía, pero que en el momento no le había hecho ninguna gracia- es que la sueltas joder, claro que la sueltas, como que yo me aparte corriendo de ella, es que estaba flipando, pero claro le habrá pasado con todas las tías con las que se acuesta, porque me dijo que no podía evitarlo tía- ahora si mimi se unía a sus risas

- Tía eso tienes que poder controlarlo, porque si me pasa a mí y cuando me voy a correr tengo que gritar suéltame, es que me meto a monja, porque pasaría la vergüenza de mi vida- añadía la malagueña

Después de unas cuantas risas más recordando la cara de Mireya al salir al salón y ver a Ana partida de risa en el sofá, con la situación, abrieron un par de esas botellitas, y esta vez sí brindaron

Brindaron y lloraron, las tres, porque es que mimi no podía aguantarse cuando su Anita se ponía intensa, y ver a Mireya llorar, las hacia llorar a las demás. Y mimi, mimi ya era la debilidad de cualquiera de ellas, así que al final lloraban todas, unas por otras. Lloraban de felicidad porque se tenían, y se iban a tener siempre, porque estaban juntas en esto, y porque les daba mucha pena irse de allí definitivamente.

La comida la pasaron entre risas y lágrimas, se bajaron las botellitas todas que tenía mimi, bueno en realidad se las bajaron mimi y Mireya, porque Ana tenía que conducir de vuelta, y sí que había bebido algo, pero poco, se tomaría la revancha una vez estuvieran allí, después del ensayo. Menos mal que habían recogido casi todo por la mañana y lo poco que les quedaba lo hicieron rápido, porque se pasaron el resto de la tarde con música, bailes risas, y abrazos, muchos abrazos, aquella era su forma de despedirse de aquel sitio, de su sitio.

Eran las 6.30 y Ana prácticamente que las obligo a marcharse, así se duchaban antes de ir al ensayo, y se les pasaba un poco el ciego que llevaban. Ahí estaban a las 7.30 de la tarde duchadas, ya en su nuevo piso de vuelta, bastante mejor, aunque aún seguían teniendo el puntillo, al menos no se les notaba tanto. Mireya tirada en el sofá mirando sus redes sociales en el móvil. Ana veía alguna serie en la televisión, mientras no daba la hora. Y mimi, mimi estaba, pero no parecía que allí, vaya que físicamente estaba allí, pero es que aquella mujer no salía de su cabeza, y eso que no la había visto.

En otra situación les habría contado todo lo que se le estaba pasando por la cabeza a sus amigas, pero estaban hablando de su jefa, y estaba segura de que sus amigas lo que harían seria pararle los pies, obligarla a alejarse de aquello, y ya se veía incapaz de dejar este tema a un lado. Y a ver tampoco es que ella estuviera flipando, es que la tan inaccesible leona, le había dejado un paquete en la puerta, a ella, que ella no era nadie, era una bailarina a la que le pagaba un sueldo, mucho más alto de lo que jamás se hubiera imaginado, pero nada más.

¿qué significaba eso? ¿que pretendía la leona? Es que tenía que encontrar a Ricky ya o le iba a estallar la cabeza.

- Chicas, voy bajando a ver si veo a Ricky y me fumo un cigarro antes de los ensayos- decía la rubia levantándose de allí

- No venga bajamos todas ya, si total queda media hora, seguro que ya están abajo- Mireya se levantaba detrás de mimi y Ana, después de bufar un poco las seguía.

Una vez abajo, agoney, rafa y Sam ya estaban allí en uno de los escenarios, hablando.

- Hola bombones, ¿cómo estáis? - la voz de Ricky las asustaba

- Ostia Ricky que susto- la morena se echaba la mano al pecho- bien, cansadas con el rollo de la mudanza ¿mañana vienes no?

- Si claro, mañana por la mañana me llevo a un par de chicos así acabáis de una vez, bueno os dejo que tengo que atender gente

- Ricky- El mallorquín se giraba- ¿no tienes tiempo par aun cigarro con tu rubia favorita? - sonreía acercándose de nuevo a ella, agarrando de su mano

- Uno rápido rubia, que me matan, vamos

Los dos chicos salieron a la puerta que daba justo al garaje, donde la noche anterior habían compartido aquel momento de confesión por parte de Ricky. Mimi le ofreció un cigarro, mientras ella se encendía otro

- Cuéntame rubia ¿qué pasa? - mimi se giraba interrogante

- ¿tiene que pasar algo para que quiera fumarme un cigarro contigo Ricky?

- Rubia tu veras, tengo cinco minutos escasos, podemos perder el tiempo discutiendo si tienes algo que decirme o no, o que me lo digas directamente, que eres muy transparente mimi- mimi se reía

- Vale , a ver- es que era ir a hablar de ella y se tensaba, se ponía nerviosa y no sabía ni porque, a ver que obviamente seria por la intriga, y que claro ella pensaba que la leona era una pureta que llevaba toda su vida reprimiendo su orientación sexual, pero es que según lo que había contado Ricky, y por las cuentas que ella había hecho una vez que llego a su piso, debía de tener 3 o 4 años más que ella, así que barajando siempre la posibilidad de que la tía fuera una amargada reprimida que no se aguantaba ni a ella misma, puede que no fuera así, y quien sabe, es que la verdad no tenía ni idea ya de que esperar, llevaba tantos días dándole vueltas a la cabeza que le podía explotar en cualquier momento, y claro después de lo del regalo pues mucho mas.- Te cuento

- Apura rubia por favor

- Si, si, después de lo que me contaste ayer, la leona esa se acercó con el coche abrió un poco la ventanilla y me dijo: - no debería de fumar señorita doblas, no es bueno para la salud. Y se fue- ahora Ricky sí que tenía toda la atención puesta sobre ella-

- ¿pero la viste?

- no, no es que bajo unos 3 centímetros la ventanilla, solo vi un poco de pelo rubio y rizo. Pero hay mas

- ¿más? - Ricky estaba flipando era súper raro que Miriam se dirigiera así a una empleada, y no porque fuera una estúpida arrogante, es que ella muy pudorosa con su identidad, no quería que la gente la relacionara con las empresas y fama que tenía ahora mismo en el mercado empresarial, así que procuraba no dejarse conocer demasiado.

- Es que hoy cuando volví de desayunar, Mireya me dijo que alguien había dejado un paquete en la puerta, tenía una nota - mimi saco la nota del pantalón de su chándal y se la dio a Ricky- Un paquete de chicles de nicotina, ¿Ricky puedes explicarme algo? Porque no entiendo nada, no se supone que esta tía es súper fría con la gente, que no se acerca a nadie...

- No, no, es que estoy flipando mimi, de verdad que estoy flipando, llevo años trabajando para ella y nunca la he visto hacer este tipo de cosas. Deja que intente averiguar un par de cosas, ¿vale? intentare enterarme de algo, pero no prometo nada. Me voy, porque debería estar dentro cuando llegue- Ricky dejo un beso en la cabeza de la rubia y abrió la puerta para marcharse, aunque antes de irse volvió a asomar la cabeza

- ¿te imaginas? - se echó a reír y ahora si se fue.

Mimi se quedó todavía más rayada, al final la poca conversación con Ricky le había servido de poco, aunque tenía la esperanza de que se enterara de algo y se lo dijera, pero un momento ¿¿cuando llegue?? ¿¿cuando llegue quién?? ¿¿es que ella iba a estar en el ensayo?? Vale ahora sí que mimi se había puesto nerviosa, es que no le había dado tiempo ni a asumir lo que había dicho Ricky, y no le había preguntado quien era la que llegaba.

Joder, joder, y ahora que hacia porque claro sus amigas no sabían nada, y a ella le temblaban las piernas, porque algo dentro de ella quería impresionar a esa tía, pero a ver que solo era un ensayo, miro el reloj, le daba tiempo a otro cigarro, pero es que las necesitaba, no iba a contarles lo que de verdad le pasaba, pero las necesitaba. Así que fue a buscarlas, y las convenció para que salieran a fumarse un cigarro con ella. Y eso que Mireya no fumaba, pero la conocían demasiado bien

- ¿qué te pasa mimi? - mimi las miraba interrogante

- Va, mimi, que tenemos que ensayar, las dos sabemos que algo te pasa así que habla- la canaria no le gustaba nada andarse con tonterías, o se habla o no se habla, pero las medias tintas no le gustaban nada

- No, es solo que estoy nerviosa, no se esto es grande, quiero decir sé que hemos actuado en sitios grandes, pero es que este trabajo es el mejor que hemos tenido, y joder tenemos que estar a la altura, no podemos permitirnos perderlo, es solo eso, me da miedo no estar a la altura

- Rubia por dios- la canaria tiraba de ella para abrazarla- tienes todo el nivel del mundo, tu nunca deberías sentirte insegura sobre lo que haces encima de un escenario porque es brutal, no hay otra palabra que lo defina, es brutal, y lo sabes, y lo sabrá todo el mundo que venga a verte cada noche. Es que tu no estas a la altura, tu marcas la altura.

- Joder que bonito banana, al final voy a creerme que debajo de toda esa fachada tienes un corazoncito

- Rubia no me jodas que tengo una reputación- las tres chicas se echaron a reír

- Va mimi, ¿eso es todo lo que te tiene así? ¿seguro? - le preguntaba la malagueña

- Si mire, de verdad no quiero cagarla, tenemos esto gracias a ti, y no sé, que quizás me siento un poco presionada, además creo que habrá gente viendo el ensayo- Mireya se acercó a ella, agarrándole una mano

- Mimi, ¿y qué? es solo un ensayo no tiene por qué salir perfecto, y además tu siempre te has venido arriba cuando hay público, hay algo mas mimi....

- Mire de verdad que no, tendré un mal día en serio no os preocupéis, venga vamos dentro

Estaba claro que mimi estaba nerviosa, y eso de que era solo por el ensayo era algo que las otras dos no se acababan de creer que sí que mimi era muy exigente consigo misma, pero esta vez estaba inquieta, y eso no podía pasar desapercibido para ellas, aunque tampoco quisieran insistirle demasiado, si tenía algo que contarles, lo haría, estaban seguras de eso. 



Bueno aun estamos al principio queda mucha historia, me alegro de que os este gustando ya desde ahora, gracias por leer y por comentar y apoyar. En unos dias actualizo de nuevo .

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