Durante los años de entrenamiento para aclimatar su cuerpo fue necesario largas sesiones en medio de bajas temperaturas, no importaba que tanto su hermano como él fuesen futuros monarcas, mientras vivía su padre imperial los entrenó bien bajo las órdenes no de un emperador sino de un guerrero del ejército real, debían ser dignos de ganarse una espada y un escudo, de fortalecer su cultivo para que algún día el más frío invierno solo llegase como una brisa a su cuerpo, indolora e insípida, no importó el duro entrenamiento si los resultados serian favorables, con la alta disciplina de Lan wangji fue sencillo adoptar ese pensamiento casi al punto de convertirse en su mantra diario.
Después de esos años de recuerdos memorables pero dolorosos solo quedaba eso, un buen entrenamiento y un recordatorio de que su padre había ascendido a otro plano hace tiempo, con su memoria latente en su hijo menor y la esperanza de poder abarcar solo un poco de la magnificencia que fue en vida, como emperador.
Las dudas atormentaron al segundo príncipe, ahora heredero en los días de meditación, la amenaza latente de Wei Ying a sus espaldas, en posición de loto sobre una roca al igual que él restó importancia al momento de meditar, abrir su mente y dejar fluir cada pensamiento al ritmo de la cascada que caía a solo un par de metros de ellos, pensamientos fugaces, ridículos, inexplicables y banales que poco a poco se ralentizaron hasta que, fue palpable para Lan Zhan, evocarlos como un recuerdo tan vivido que por unos instantes olvidó que solo eran espejismos de sus propios deseos, de su mente encarcelada en sensaciones.
Pero ahí estaban. Los días de infancia como un niño curioso y precavido más que por miedo a lo desconocido, siguiendo los mismos pasos de su hermano, con pisadas más firmes que solo se dirigían a la habitación real donde su madre emperatriz descansaba, las criadas siempre decían eso, la emperatriz consorte descansando de deberes reales que ninguno de los infantes sabia ¿Por qué decirles algo a un par de críos mimados? Escuchó más de una vez la misma pregunta odiosa y aunque desconocía el contexto con solo cuatro años de edad lo supo, supo que era algo malo.
¿Por qué debía ser malo querer ver a su madre? A pesar de ser un deseo arrastrado de su hermano mayor, si él era feliz viendo esa mujer entonces Lan Zhan lo seria también. Y por esa misma razón, con su cuerpo regordete y pasos de pato fuera del estanque logró escabullirse un día a la habitación imperial, tan esperanzado que en algún punto perdió el equilibrio en un segundo y al siguiente se incorporaba con nuevas energías de llegar hacia la cama, con las emociones de su hermano y suyas.
Solo en ese instante comprendió cuanto extrañaba a esa mujer, "su madre imperial"... Su mamá y al mismo tiempo, al correr la tela del dosel que cubría su visión hacia la cama descubriría que seguiría extrañandola hasta que enterrara ese fragmento de memoria.
La decepción de ver una cama vacía.
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Lo que se presumió ser el segundo día de meditación el avance fue progresivo, de la niñez a la adolescencia, con un cambio significativo en su físico detallando con honor las facciones de la dinastía Lan entre la belleza y el buen porte tanto él como Lan XiChen sobresalieron entre sus predecesores en temas estéticos, Lan Huan llevando la delantera por su impecable sonrisa que lograba trasmitir tranquilidad al pueblo. En cambio él... ¿Qué era él? El segundo príncipe, de semblante estoico, muchas veces confundido en arrogancia pero vilmente calumniado por su aparente prepotencia, sin embargo, lo que menos pudo definir a Lan Zhan fue la prepotencia, ni siquiera la diferencia social por el simple hecho de importarle poco, porque no, HanGuang-jun no era toda dulzura y amabilidad, sólo se desligaba de cosas sin importancia.
Lo único verdaderamente importante en su ambición fue proseguir con los entrenamientos con su padre, aunque la guerra estuviese en su auge, aunque fuesen solo minutos antes de ser interrumpido lo otros funcionarios con nuevas noticias del frente de batalla. Si era así ¿Por qué no convertirse en un guerrero del ejercito imperial? Dar a conocer su progreso, ser de utilidad para el imperio, ya no era ningún muchacho ignorante dormido entre almohadones de seda rellenos de plumas de cisne, su estatus de alteza podría pasárselo entre las piernas y entregarlo a cambio de una espada, por el bien del reino, por su propio ego y aceptación de su progenitor.
Y estas últimas fueron su perdición, una envuelta en armadura manchada y cubierta de nieve carmesí.
Con el apoyo del emperador y las estrategias de Lan Wangji solo se necesitó efectuar su plan, dar un golpe significativo a Yunmeng con parte del ejército imperial de la Nube, pese a su corta edad, con solo quince años el segundo príncipe se consolidó como un gran estratega y guerrero con varias batallas ganadas en nombre del imperio, nadie se atrevió a cuestionar su nuevo plan con la fé ciega hacia uno de los hijos bendecidos del cielo ¿Qué podría salir mal? Cada soldado, inyectado de euforia y amor a su patria desfiló hacia su destino vitoreando su futura victoria con arcos y flechas en la espalda, con una espada en la mano y la otra alzada hacia el cielo hecha puño, agitándose al compás de los cánticos, ninguno sintió el frío colarse en sus huesos, la amenazante tormenta sería más que una brisa de verano.
La victoria estaba a un paso se marcarse en la historia, con solo una pincelada esperando para ser plasmada, tan cerca que el cambio abrupto de los hechos dejó desconcertado hasta a los mismos dioses ¿El causante? Apenas una doncella, ágil y vivaz, como si decapitar a los guerreros de Gusu sobre uno de sus corceles fuese una caminata en el jardín, tan sencillo que su espada pareció otra extremidad más en su cuerpo, moviéndose a su voluntad con ligereza, con cortes limpios, sin titubeos, sin la espera de ser salpicada en sangre... Un verdadero demonio.
Un demonio que custodiaba la frontera de YiLing a favor de Yunmeng, un demonio que aterrorizó a fuertes guerreros, un demonio que solo se trataba de un prodigio entrenada ferozmente de manos de la tercera dama de YunmengJiang, la entonces emperatriz Yu.
Solo una niña para algunos que lograron verla en silencio, expectantes a sus movimientos, tras su ataque sorpresa las fuerzas de Gusu se dividieron, muchos siendo acorralados y llevados sin contenciones hacia el abismo donde cayeron y perecieron, los restantes se defendieron ferozmente de un enemigo que los sobrepasaba apenas en número y agilidad, con el destino sellado los planes se vinieron abajo y con nuevas ordenes del general en turno su único deber fue defender a su alteza, el segundo príncipe.
Aquel hombre que sirvió al igual que sus antecesores en el ejército de la Nube lo vio venir demasiado tarde y con solo un grado de esperanza y coraje desobedeció las órdenes de HanGuang-jun de seguir atacando y ordenó a sus hombres proteger a su majestad a costa de su propia vida. Porque lo sabia, aquel demonio iba tras el segundo príncipe y ellos habían caído en la trampa.
Las fuerzas de Yunmeng jamás estuvieron debilitadas sino todo lo contrario, con una nueva carta del triunfo y una trampa tentadora para el enemigo Gusu cayó en la telaraña, atrapada e indefensa ante la araña. Wei Ying contó confiadamente que el ejército de la Nube pasaría por YiLing en camino hacia Yunmeng, el sitio rocoso fue perfecto para una emboscada, siendo ese lugar junto al abismo sus nuevas tumbas y el entierro del honor del ejercito caído.
El único error del demonio de YiLing fue dejar con vida a su objetivo, Lan Zhan.
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El tercer y último día de meditación los recuerdos avanzaron, las heridas fueron abiertas y en compañía de decenas de preguntas consigo el agotamiento mental comenzó a hacer estragos en él. Viejas memorias que no quiso volver a recrear en su mente, las imágenes siguieron vivaces, cada pequeño fragmento acomodado en su sitio siendo más claras en sus últimos años de joven-adulto donde solo predominó la culpa y el arrepentimiento.
Con un temperamento más frío, sin ningún tipo de expresión facial vista más allá de la que su hermano mayor pudiese ver, el constante odio a Wei Ying alimentándose por cinco años. Después de la caída de su padre nada fue lo mismo, de no haber perdido esa batalla... De no caer en la trampa de esa arpía su padre jamás hubiese enfrentado al emperador de Yunmeng ni habría muerto en combate... De haber peleado con ella en vez de admirar su belleza en silencio su padre seguiría con vida, honraría a los soldados caídos que lo protegieron con su vida y GusuLan se mantendría en gloria.
" Es tu forma de redimirte, el error de tu adolescencia debe pesarte."
Sus principios le ataron en la búsqueda de venganza y en cambio buscó la paz que tanto le debió a su pueblo, a su familia.
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Notas finales: Un pequeño recordatorio, esta parte se remonta un poco al prólogo pero se señala un punto importante. Todos creyeron erróneamente que el ataque hace 5 fue para detener a Gusu, ósea un contraataque y lo fue hasta cierto punto pero, el objetivo principal de Wei Ying era asesinar a Lan Zhan y no lo hizo, en los recuerdos de LZ "ella" jamás intentó atacarlo después de acabar con su tropa.
| Hace unos días me encontré con una sorpresa, la pagina de Mo Dao Zu Shi Fans recomendó este fic y hablaron muy bien de el, me sentí especial (?) ❤. Me sorprendió más que algunos pudieran leerlo en otros idioma (gracias al traductor) o que esperaran directamente la traducción al inglés o indonesio, cosa que no puedo hacer porque apenas sé español (?)
En fin, agradezco mucho eso 🐰❤
Pd. Con respecto al Sonfic van alrededor de 40 canciones hasta ahora, la mayoría para Lan Zhan y WiFi y solo uno de SiZhui y Jin Ling
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